El padre de la malograda cantante Amy Winehouse había acabado de llegar a Nueva York el 24 de julio cuando recibió una llamada en la que le comunicaban que Amy había muerto inesperadamente en su casa del norte de Londres. Mitch admite que nunca olvidará ese triste día.

"Estaba en Nueva York cuando me enteré. Estaba en casa de mi primo abrazando a sus nuevos bebés. Me había estado preguntando qué tal estaba Amy y le había dicho que estaba bien. Entonces sonó el teléfono. Era Andrew, su guarda de seguridad, llorando. Me dijo que algo terrible había pasado. Amy había muerto. No le entendí a la primera. Me quedé helado. Me quedé helado como un pepino. Le dije que me lo repitiera. Me quedé en estado de shock. Allí sentado", contó al periódico The Sun.

Tras conocer la muerte de Amy, Mitch voló a Reino Unido y pasó todo el vuelo en estado de shock.

"Estaba sentado ahí. El vuelo a casa fue horrible. En mi mente estaba diciendo, 'Deja de liarla, Amy'. Ella era una bromista y esperaba que no fuera verdad, aunque sabía que sí lo era. Fue horrible. No pude llorar. No podía hacer nada. Estaba paralizado", explicó.

Mitch cree que Amy murió de un paro relacionado con su desintoxicación del alcohol.

Aunque Mitch aún no puede ver vídeos de ellos dos juntos, trata de ser positivo, y sigue manteniendo relación con Reg Traviss, el que era su novio en el momento de su muerte.

"No puedo ver ningún video de ella. Me destroza ver vídeos de los dos en la televisión. Pero quiero recordar todo de ella. Los buenos y los malos momentos. No quiero olvidar nada", aseguró.

La causa de la muerte de Amy aún no ha sido determinada, aunque un examen toxicológico ha sentenciado que ni las drogas ni el alcohol contribuyeron a su muerte.

Mitch lanzará esta semana la Fundación Amy Winehouse, una organización que ayudará a gente joven con problemas de adicción.