Cuando Michael Stuart entró de lleno en la salsa, en 1996, tuvo momentos de cruzarse en los escenarios o en las oficinas de la desaparecida discográfica RMM con los grandes del género, Celia Cruz, Tito Puente, Eddie Palmieri, Louie Ramírez, José Alberto “El Canario”, Oscar D’León, India, Marc Anthony.

“Me tiraron a los leones desde jovencito”, recordó de sus inicios, con 21 años de edad.

La entrada a la salsa en tiempos en que todavía muchas de sus figuras legendarias estaban activas a nivel artístico no fue fácil, no obstante, reconoció el sentido de “familia” que se fomentaba entre los talentos del sello discográfico del famoso promotor de la música latina, Ralph Mercado.

"Todos nos apoyábamos, dijo. “Hacían muchos conciertos en el Madison Square Garden, que hice alrededor de siete cuando estaba con RMM, y ahí cantábamos todos: Marc Anthony, La India, José Alberto ‘El Canario’...”.

Las promociones de sus shows eran entonces de “guerrilla”. Repartía flyers, o los colocaba en los parabrisas de los carros en festivales musicales, y así se fue ganando las referencias de “boca en boca” hasta madurar su carrera como solista.

Desde entonces suma alrededor de seis producciones discográficas y decenas de canciones y colaboraciones. Su más reciente sencillo, “La latina” evoca ese sonido de la salsa tradicional que lo formó desde su crianza en Nueva York.

Si le tocara ahora probarse en el género que lo impulsó a otras vertientes artísticas como el teatro, el cine y la televisión, la historia no incluiría flyers ni referencias de boca en boca.

“Ahora no, ahora hay mucho dinero envuelto, porque hay que meterle a la carrera de un artista, entre relacionista, redes sociales, stylist, porque ahora se tienen que ver en la onda tratando de competir con lo que está pasando, pero creo que en la salsa es ser genuino, no tratar de parecernos a nadie, que fue lo que representaba e identificaba a los de antes. Escuchas a Héctor Lavoe y nadie se parece”, destacó el cantante de 45 años.

Sobre quién tiene la responsabilidad en la difícil tarea de establecer un talento nuevo en la salsa, dividió la respuesta a partes iguales entre la radio, el público seguidor del género y los intérpretes.

“Un cantante que quiera sacar un disco ahora se le hace bien difícil y todo esto pasó por culpa de todos. No puedo echarle la culpa a los reguetoneros que vinieron y se quedaron con el canto porque ellos hicieron el trabajo que nosotros no hicimos. Ellos agarraron una emisora para sonar su propia música, ellos se metieron como se tenían que meter en un momento en que no estaba pasando mucho en este estilo de música”, expuso antes de escapar del aislamiento social para darse un gusto en las olas de la costa de su pueblo, Arecibo.

Hace falta salsa en Puerto Rico. Nos llamamos la Capital de la Salsa y lamentablemente tenemos que meterle más"

-Michael Stuart, cantante

“Y cuando estábamos pegaos, cobrábamos demasiado, y en Nueva York se cayeron todos los clubes, porque un artista que iba al Copacabana, luego iba y hacía un Madison Square Garden u otro estadio en Estados Unidos, y cuando querían que contara en el Copa, tenían que pagarle 20 o 30 mil dólares en un club que los vende, pero los vende un Marc (Anthony)”. abundó.

Esas prácticas y modalidades en la música, a juicio de Stuart, le quitaron el valor bailable a la salsa, y actualmente países sudamericanos, como Colombia y Perú, son los que están exportando nuevos talentos.

“Todos los que somos fanáticos de la salsa, empresarios, dueños de clubes, o de exclubes, debemos hacer algo. Poner costos para salseros de acuerdo a su trayectoria, pero hace falta salsa en Puerto Rico. Nos llamamos la Capital de la Salsa y lamentablemente tenemos que meterle más. Colombia nos va a comer los dulces. Perú está sacando un montón de artistas y mujeres”, advirtió el conductor del podcast “Siempre salsa”, de La Música App.

De su tema en promoción, “La latina”, no tuvo más descripción que una oda a la mujer con esas raíces.

“Quise hacerlo un poco más a lo que es para mí cuando veo una mujerota latina, el cuerpo, la sabrosura, la cadencia, la parte de que son guerreras, que donde quiera que las pongas, caen parás. La mujer latina predomina dondequiera que va, representa dondequiera va y están buenas todas”.