La noche del sábado fue de LímiT-21. Desde una semana antes se pronosticaba que su cita en concierto en el Coca-Cola Music Hall sería una verdadera fiesta tropical y así fue. La agrupación que ha tocado en todos los rincones de esta Isla, en la mayoría de los bailes de graduación y en los que faltarán, se quedó con el moderno espacio de espectáculos con una producción completo, en lo musical como en lo técnico.

Lími-T 21 se entregó ante una salsa llena a capacidad con cerca de 5 mil personas que bailaron, cantaron y gozaron canción tras canción.

Ante la euforia del público, Elvin, Ramiro y Javier salieron al escenario a las 8:45pm. Vestidos de etiqueta y con sus gafas oscuras, uno de los tres vestuarios que utilizaron a lo largo del show, comenzaron la fiesta sin precedentes que se extendió por dos horas. Desde las primera canciones “Para siempre”, “Estás enamorada”, y “Quiero quemar la pista”, los presentes se levantaron de sus asientos a bailar sin parar.

Con un espectáculo de llamativos efectos visuales, la fiel orquesta de 12 músicos y un vibrante cuerpo de bailarinas, el concierto transportó al público a todas las etapas del grupo desde 1991 hasta el presente.

El concierto se dividió en diferentes bloques y previo a cada uno se proyectó un video. Interpretaron grandes éxitos, tales como “Como tú me quiere a mí”, “Eres mi chica”, “Comenzaré otra historia”, “Alegría Pal Pueblo”, “No Vale La Pena Sufrir” y “A la nena”. Contaron además con la participación especial de Elvis Crespo para cantar el tema “Tiburona” y del Caballero de la Salsa, Gilberto Santa Rosa, en el tema “Con las manos arriba”. Sin lugar a dudas dos momentos que causaron gran emoción entre el público.

Uno de los momentos nostálgicos de la noche, Elvin, Ramiro y Javier se dirigieron al piano en donde recordaron a aquellas personas que han sido parte de la carrera de Lími-T 21 a lo largo de su trayectoria y hoy ya no están, interpretando el tema “Gracias”. Más adelante, alrededor de las 11:00pm se despidieron del público y agrediceron el apoyo incondicional. Pero el público les pidió “otra” y ante esta solicitud, salieron una vez más cerrando el concierto con broche de oro.

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