A los hermanos Munet Solís les llamaban “los musiquitos” cuando fundaron la Sonora Culebrense, pero su contagioso calipso cautivó a miles de espectadores quienes reclamaban su participación por encima de artistas de renombre en la década del 80.

Sin pretenderlo, su fama se extendió en y fuera de su natal Culebra que, hasta llegaron a alternar con grandes exponentes de la música caribeña, entre estos, el fenecido Ziggy Marley, en un evento realizado en el estadio Hiram Bithorn de San Juan.

De hecho, sus compueblanos le cambiaron el nombre al lugar donde se criaron al dirigirse a “la calle de los Munet”, que oficialmente es la Pedro Márquez en el casco urbano de la Isla Chiquita, a donde culminaban sus rondas musicales 10 días antes de Navidad.

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Por eso, el equipo de Somos Puerto Rico se dio a la tarea de conocer a esta familia que llenó de orgullo a los culebrenses y que años después de disolverse la Sonora, siguen cosechando el cariño que sembraron en su gente.

Se trata de José Antonio, Rubén, Pablo, Yamira, Lilliam y Julio Enrique, alias Wiki; sin dejar a un lado a su madre, doña Arcadia Solís, de quien parece que heredaron su alma alegre.

“Somos una familia muy unida y muy alegre. Nos gusta la música; de hecho, mis hermanos varones son músicos. Eso lo heredaron de mi abuelo materno, Juan Solís, que tocaba en las fiestas patronales y creador de Los Matutinos (agrupación musical), que se juntaban 10 días de Navidad a tocar por la madrugada en las calles. Entonces, desde chiquitos les gustó mucho la música y aunque no tuvieron estudios (formales) de música, tienen buen oído”, contó Yanira, la menor de los hijos de Arcadia.

“Cuando eran chiquitos, hicieron una orquesta de latas y lo bien que sonaban… le sacaron música a eso. Yo era bien pequeña y recuerdo haberlos visto frente a la casa donde había un árbol de ‘aprin’ y, allí se acomodaban con latas. Era el combo de Wiki… sino era en el patio de aquí o en el patio de mi abuela”, acotó.

Por su parte, Wiki, que es considerado un personaje por su innato carisma y don de gente, recordó que el ruido que hacían con las latas provocaba que los sacaran de todos lados y “terminábamos (tocando) frente al mar”.

“Era el punto de encuentro y de ahí nadie nos botaba”, confesó al provocar en sus hermanos un mar de carcajadas.

“Todo el mundo quiere a Wiki porque es una persona que no tiene malicia, él le ayuda a todo el mundo. Wiki es de la gente y por eso es que lo quieren tanto”, mencionó su hermana Lilliam.

Así las cosas, los Munet formalizaron su pasión musical a través de un primo que creó la primera agrupación en la que participaron. Se llamó Los Isleños.

“El grupo primero se llamaba Isleños y luego la Sonora Culebrense. Mi primo era el director musical y tocaba el dron. Ellos fueron muy famosos en su tiempo, para los 80 con la Sonora Culebrense”, resaltó Yanira.

“Yo tocaba un tambor de carro. Tocaba la música calipso, para el tiempo de nosotros se escuchaba más calipso, como estamos cerca de Saint Thomas, pues se escuchaba más que otro tipo de música”, sostuvo Wiki por su parte.

Fue Vieques la primera plaza artística donde oficialmente se presentó la Sonora.

“Cuando llegó el momento de presentarnos, ellos primero empezaron a tocar y en aquel tiempo uno de los salseros no trató un poquito despectivo. Nos decían los musiquitos, pero nosotros, humildemente le decíamos: ‘Dale pa’ lante’. A nosotros nos pusieron en la glorieta y a ellos en la tarima, y cuando pegamos a tocar el primer calipso nos quedamos con aquel canto”, relató Rubén.

“De ahí en adelante, llegamos a tocar en las Fiestas Patronales de Puerto Rico, por eso nos hicimos famosos porque la música empezó a pegarse. Tocamos en Boston, en un festival latino. Alternamos con Ziggy Marley también en el Hiram Bithorn. Nos pegamos un montón, los salseros querían grabar con nosotros, con ‘los musiquitos’”, expuso Toño Munet.

Asimismo, mencionaron que, en otra ocasión, no había dinero para que su grupo se presentara de noche en una de las festividades de la región este, por lo que estaban en lista para tocar temprano. Sin embargo, “cuando la gente nos vio, empezó a preguntar si íbamos a tocar y empezaron a cargarnos los instrumentos para que tocáramos nosotros”.

“En otra ocasión, tocábamos por el día en un conocido maratón, pero el alcalde nos dijo que no tenía el dinero para que tocáramos por la noche y como a las 2:00 de la mañana, la gente a tocarnos las ventanas de donde nos estábamos quedando y nos dijeron: Levántense que ustedes van a tocar ahora, ya conseguimos el dinero para que se presenten”, resaltó Toño.

“La gente sacó la orquesta que estaba y cuando llegamos, el sonidista no quería darnos sonido porque estaba contratado por el otro grupo y yo no sé qué hicieron, que apareció un sonidista más y pegamos a tocar. Bueno, eran las seis de la mañana y estábamos todavía tocando. Terminamos como a las nueve”, reveló el gran Wiki que también se caracterizó por imitar la instrumentación con su boca.

Aunque el éxito de la Sonora Culebrense marcó su propia pauta, no tardó mucho en disolverse la agrupación ante la mudanza de uno de los integrantes que se fue a los Estados Unidos. Eso fue a principios de la década del 90.

“Lo que nos faltó fue grabar, no habíamos grabado y estábamos bien pegados, quizá hubiéramos viajado el mundo entero, pero parece que Papa Dios no quería eso para nosotros. Bueno, supimos de un muchacho que estaba vendiendo casetes de nosotros, que nos grababa en vivo”, asintió Toño.

Pero la música de los Munet continuó con otro grupo: La nueva Sonora Culebrense.

“Después que mi primo se fue, la cogió Milton Díaz e hicimos un grupo más pequeño, pero era con cantantes. En la Sonora había trompeta, trombones, saxofón, todo era instrumental. Cuando crean la nueva Sonora Culebrense, todos estos instrumentos eran electrónicos, hacían la música con la secuencia”, explicó Rubén.

Para el nuevo milenio, Wiki formó otra rumba que tocó por 16 años en los restaurantes más conocidos de Culebra. Ahora, desde el balcón de su hogar, los Munet siguen reuniéndose los fines de semana para compartir y recordar la importancia de la música en sus vidas.

“La música ha sido clave, es lo que somos, lo que hemos tenido en la sangre desde siempre. Es algo mágico. Si nos reunimos tiene que haber música, algo natural en nosotros. Nuestro antidepresivo”, dijo Lilliam al señalar que también se juntan para tocar en la iglesia.

“Le damos gracias a Dios por los padres que nos dio. Por ellos aprendimos valores, respeto y humildad. Aunque tenemos problemas como todas las familias, siempre estamos juntos”, expuso Toño, no sin antes formar un rumbón en el que bailó hasta su nonagenaria progenitora