“Con mi burrito sabanero, voy camino de Belén”, canta un niño en el villancico ‘Mi burrito sabanero’, también llamado ‘El burrito de Belén’, que cada Navidad se escucha en los hogares, no solo de Colombia, de toda Latinoamérica.

Con una voz tierna y acompañada de guitarras y un coro infantil, la pista nació en Venezuela hacia 1972 de la mano del productor y maestro Hugo Blanco. Su éxito ha sido tan grande que la revista estadounidense ‘Billboard’ la nombró en 2021 como uno de los 100 mejores villancicos de la historia.

“Ha sido versionado por muchos artistas, incluidos Juanes y Aloe Blacc, pero es el lanzamiento original de 1972 del grupo musical infantil La Rondallita que perdura, casi 50 años después. Se ha convertido en un elemento básico atemporal en los países latinoamericanos e inyecta nostalgia en cada temporada navideña”, puntualizó el medio especializado en música.

Además de la historia de peregrinación de pastores que buscan ver el nacimiento del niño Jesús, ‘Billboard’ destacó “su ritmo galopante”, en el cual surge el “tuki, tuki, tuki”.

¿Qué pasó con el niño del villancico ‘Mi burrito sabanero’?

Hugo Blanco quiso que las letras que había plasmado fueran interpretadas por niños. Por tanto, le hizo la propuesta a Raúl Cabrera, el director del Coro Infantil de Venezuela, para que le ayudara a elegir a los cantantes pequeños. Cuando ya estaban en el estudio con el seleccionado, el asunto no fluyó.

En aquella época, Ricardo Cuenci tenía ocho años y hacía parte del coro. Justo pasó en frente del estudio de grabación.

“Me decían que yo tenía buena voz. Empecé a cantar en los pasillos, a tararear y a silbar. Estaban grabando, pero el que estaba cantando no les servía. Me hicieron pasar y me pusieron a cantar. (…) Yo no pronunciaba la ‘s’, decía ‘tabanero’”, recordó entre risas en una charla con el músico César Muñoz, del programa ‘La Cata Musical’.

Las horas y horas pasaron tratando de que dijera bien ‘sabanero’. Como le fue imposible, el maestro Blanco en la madrugada aceptó que se escuchara un tanto raro la palabra por la dicción del pequeño artista.

Sin importar ello, el villancico se popularizó. Así que, para aprovechar el éxito, el maestro Cabrera creó el grupo La Rondallita con los niños de su coro que habían participado en la pista navideña. Cuenci viajó de gira por el continente y casi abandona Venezuela del todo por aventurarse con el grupo Menudo en Puerto Rico, sueño que se truncó porque sus padres rechazaron la propuesta.

“¿Se imaginan si yo hubiese estado con Menudo? Otro gallo hubiera cantado, no estaríamos con mi familia en esta situación. Lo que no fue, no fue”, aseguró con nostalgia.

La difícil vida de niño del villancico ‘Mi burrito sabanero’

La fama se opacó. Pese a que fue la voz de semejante pista, Cuenci ha dicho que permanece en el olvido: “Nunca recibimos nada, ni el coro ni La Rondallita. Quisiera que se hiciera justicia conmigo porque tengo gente detrás que me necesita”.

Según le había dicho a EL TIEMPO años atrás, por una disputa entre su padre y el compositor Blanco, él no recibió ninguna ganancia. Tras pertenecer a La Rondallita, trató de continuar en la música, pero todo se esfumó tan pronto fue creciendo.

Lo acusaron de hurto cuando cumplió la mayoría de edad en Venezuela, por lo que estuvo detenido durante varios años. “Mi refugio siempre fue la música, pero en la cárcel vi a psicólogos y psiquiatras, y entonces ya estoy bien”, le expresó a este diario en el 2006.

Para dicho año, se desempeñaba en el saneamiento de tuberías y en labores de herrería. Además, estaba esperando que el gobierno de Venezuela le entregará una casa para su familia, conformada por su esposa y cuatro hijos.

“Nadie me había llamado para saber de mí como cantante. Yo he querido ir a la televisión para decir que el ‘burrito sabanero’ sí existe. Yo quisiera que la gente lo supiera, que yo soy un hombre de buen corazón”, le comentó a este medio en su momento.

Ahora con 55 años, en la reciente entrevista para el músico César Muñoz, ha pedido ayuda a todos aquellos que han escuchado el villancico, pues atraviesa difíciles momentos: su casa, dijo, fue robada y desvalijada.

En la plataforma GoFundMe, se abrió una cuenta para recolectar cinco mil dólares.