Su infancia en Aguadilla estuvo llena de retos económicos. Pero las numerosas limitaciones no opacaron la gran felicidad que vivió en esos días cerca del mar, jugando con sus amigos, recibiendo el amor de su madre y aprendiendo que la alegría no se resume en dólares.

La memoria del galardonado cantautor urbano Justin Quiles guarda muchos recuerdos inolvidables de su crianza en el pueblo costero. A casi dos décadas de vivir en Florida, la nostalgia se asoma en cada visita a su terruño. Los buenos momentos que experimentó, todavía lo llaman. “Nosotros éramos pobrecitos, pero nunca se sentía”, expuso en un encuentro con Primera Hora para hablar del lanzamiento de su cuarto álbum, “Permanente”, que estrenó anoche. Pero el entusiasmo al rememorar sus andanzas en Aguadilla tuvo mayor peso desde el inicio de la conversación.

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“Fíjate, yo no sabía nada… yo nunca sentía que era (pobre) ni estaba pendiente a eso”, dijo la voz de éxitos como “Medallo” y “Loco” sobre las dificultades económicas. “Como que no me importaba. Yo me divertía mucho. Igual salía por ahí, jugaba en la playa, jugaba con mis amigos. Para mí, éramos ricos. No sé… Yo siento que a veces no es todo el dinero, porque yo tuve una infancia superfeliz”, precisó el artista, quien nació en Connecticut.

La sonrisa se dibujaba continuamente de solo repasar algunos momentos durante el encuentro con este medio. “Cuando tenía 1 año, llegué a Puerto Rico, directamente a Aguadilla. Allá conviví con mi abuela un primer año, y después estuvimos viviendo en un ‘shelter’ con mi ‘mai’, en un refugio. Éramos tres hijos de ella en casa de mi abuela”, dijo el menor de los hermanos. “Mi abuela estaba casada con un nuevo esposo, entonces, mami no quería molestar. Se sentía incómoda, y terminamos viviendo en un refugio en la Base Ramey año y medio, dos años casi, en lo que Sección 8 nos daba una casita”.

La ayuda del programa de Vivienda llegó. “Nos dieron una casita y nos mudamos para un barrio en Villa Linda, en Aguadilla, y ahí fue como que toda mi crianza”, prosiguió con orgullo en la comodidad de un hotel en San Juan, con su mirada puesta a lo lejos. “No había sillones. No teníamos nada. Fue como que, paso a paso. Creo que nos regalaron unos sillones. Después empezamos a poner unos ‘mattress’. Después, mami compró unas camas, y fue todo un proceso hasta que tuvimos nuestra casita con todas las cosas ya”.

Entre las anécdotas, salió a relucir una muy emotiva. Fue cuando su vecino Gaby le regaló una bicicleta. “Fue mi mejor amigo durante muchos años”, destacó con ilusión quien hace años reside en Miami, Florida. “El veía que yo no tenía bicicleta, y todos los nenes andaban en bicicleta. Él se encontró una bicicleta en un zafacón, Sin decirme nada, la iba montando. Le compró gomas con el papá, que lo ayudó, y me la regalaron. Eso nunca se me olvida”, afirmó con una amplia sonrisa sobre el detalle que recibió cuando todavía cursaba escuela elemental. Gaby murió, a sus veintipico. Pero al día de hoy, la hermandad que surgió sigue presente en el músico, quien atesora entre sus enseñanzas el verdadero valor de la amistad.

“Cuando me mudé a Estados Unidos (adolescencia) y regresaba, todos los veranos me quedaba en la casa de él, con ellos, con su familia. Me cuidaba mucho. Era como un hermano mayor para mí”.

Esa crianza lo ayudó a distinguir la diferencia entre el valor del dinero, y el afán por los lujos. “La fama es una obsesión y una adicción, y es como que todo el tiempo uno… No hay garantías, y uno deja todo y sacrifica muchas cosas que a lo mejor en realidad no vuelven, y hay que aprovecharlas”, reflexionó, y confesó que ese aprendizaje “viene con el tiempo”.

Su visión lo ha mantenido apartado de muchos colegas, en lo personal. “No tengo muchas amistades dentro del género (urbano)”, sostuvo enfático. “Yo creo que, a última hora, todo el mundo ‘jala’ para su lado, y es un género que, todo el mundo lo sabe, es un género medio hipócrita”, prosiguió. “Tengo grandes amigos dentro del género, pero también tengo muchos colegas que son de trabajo y los trato como un trabajo, y me mantengo en mi esquina”. En esa esquina, su familia es su motor principal. También lo es separar tiempo para despejar su mente.

“Para mí lo más importante es ser feliz. Ese balance lo he conseguido y no tiene precio”, aseguró el cantautor, quien previo a la entrevista, nos dirigió entusiasmado a conocer a su pareja, Tiyada, y a su pequeña Lyla, de 10 meses de nacida, quien se mostró risueña en sus brazos.

¿Qué te provoca felicidad?

“Estar con mi familia, estar disfrutando de los días que Dios nos regala, también. Yo conseguí un balance entre trabajo y mi vida personal y estoy en el momento de mi vida en que me siento más feliz que nunca. Cuando estaba jovencito, que estaba dedicado a la música 100%, solo me importaba eso. Era lo que me importaba. Me deprimía mucho. Sentía que me daban muchos bajones. A veces no quería salir de mi casa por días. Ya gracias a Dios no siento eso como por tres años o cuatro años, desde que conseguí ese balance”.

¿Cómo es Lyla?

“Siento que me ha cambiado la vida para bien. Me encanta estar con mi hija. Cuando estoy mucho tiempo (fuera), las viajo, como ahora, las viajé para acá para que vinieran y compartir con ellas. Ella es tranquila. Mi hija no llora ni nada. Es bien calladita. Eso sí, es activa, pero no se pone a llorar ni nada. Lo que quiere es jugar. La mamá es tailandesa”.

¿Qué significan los premios?

“Tengo canciones que han salido en ‘Fast and Furious’ (‘Fast X’), en juegos de PlayStation. He tenido grandes éxitos número uno en Billboard, varios. Míos (como intérprete) creo que he tenido tres número uno en Billboard. Canciones que he compuesto para otros artistas, se suman como otros diez número uno. Muchos discos multiplatino durante todos estos años. Me regalaron una placa los otros días por más 7.2 billones de ‘streams’. (…) He tenido muchos premios, muchos logros, pero lo veo como trabajo. Mis logros yo se los doy a mi mamá. Yo no los tengo ni en mi casa. Los tiene mi madre todos. Tengo solo el Grammy en mi casa. El resto, todas las placas, todos los (certificados) número uno, se los doy a mi ‘mai’. Ella se los disfruta más que yo”.

Celebra su trayectoria

Su nueva producción discográfica, “Permanente”, es mucho más que un álbum en el que expuso su creatividad musical. Lo ve como una celebración por sus esfuerzos en la escena artística.

“Le puse ese nombre porque como llevo diez años de carrera, y me salió así, natural, porque dije ‘llevo diez años de carrera y seguimos permanente’”, compartió sobre el álbum de 11 canciones, que refleja su personalidad.

“Describe mucho mi versatilidad. También tengo canciones que hablo del corazón”. Esto incluye la introducción, en la que relata su pensar en diversos ámbitos. “Hablo de todo un poco, de Gaby, una parte de mi amigo. Hablo de cómo me siento a veces hacia el género, de cómo me siento a veces en mi diario vivir, y cositas así”. “Su gato”, que estrenó en mayo, fue el primer sencillo como anticipo de “Permanente”. Le siguió en junio “Boom Boom”, con la colaboración de la banda venezolana Rawayana, la única invitada a su álbum, porque su interés principal es mostrar su talento para brillar en solitario.

El corte promocional es “Tu ropa”. “Me inspiró un tema de Wisin y Yandel, se me quedó tu olor en mi ropa”, dijo sobre el origen que la nueva canción.

La versatilidad de ritmos se plasma en los temas. “Tengo reguetón, ‘reggae’, una canción romántica. Tengo ‘afrobeat’, diferentes fusiones. Jugué mucho con diferentes sonidos en este álbum”, describió con entusiasmo. “Yo siempre balanceo mis discos entre lo comercial y lo ‘underground’”, expuso, y lo presenta como un reflejo de que “crecí en los dos mundos”.

Seguir vigente en la música le recuerda que valió la pena confiar en que lograría su aspiración musical, la que trabajó desde su adolescencia mientras lavaba carros y cortaba grama en patios para generar dinero, y luego ir a los estudios de grabación a aprender y fortalecer su talento. “Nunca hubo una duda de que lo iba a lograr, desde nene”, rememoró. “Es muy fuerte lo que uno llama con la mente, y yo siempre me lo creía y lo decía, ‘voy a ser cantante’, hasta que se dio’”.