Jowell sobre su idea de una escuela de música urbana: “Yo la veo bien clarita”
El intérprete espera respuesta tras una reunión en La Fortaleza en la que presentó su propuesta.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 1 año.
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Ya van cerca de dos años de tocar puertas para su proyecto. Pero ninguna se ha abierto para llevarlo a implementar el concepto de una escuela dirigida a fortalecer el talento de adolescentes que anhelan sobresalir en la industria de la música.
Más que un sueño, para el intérprete urbano Jowell se trata de trabajar en el anhelo de nuevos aspirantes. El artista ha logrado cruzar el umbral del éxito en la música con presentaciones en escenarios a nivel internacional, la marcada aceptación de numerosos temas y el nombramiento de diversos reconocimientos. En una trayectoria de poco más de dos décadas, su plan para darse a conocer ya se cumplió. Por eso, afirma que con su propuesta no busca lucro. Lo que interesa es encaminar a una nueva generación a contar con opciones gratuitas en diversas ramas del arte.
“Es darles herramientas que nosotros no tuvimos”, dijo un entusiasta Joel Muñoz en un encuentro con Primera Hora en la que fuera la escuela elemental Horace Mann, en Cataño, que forma parte de la larga lista de planteles escolares que cerró hace unos años por orden del Departamento de Educación. Allí, a la sombra de un gazebo con algunas enredaderas y viejas latas de cerveza en el suelo, despintadas por el efecto de las inclemencias del tiempo, Jowell expresó su frustración por tanto espacio en desuso que puede servir para materializar su propuesta.
“Me crié por aquí cerquita”, dijo. “Me acuerdo cuando yo estaba creciendo, que yo realmente hablaba con el yo mío interior y decía ‘Dios mío, si yo tuviera una ayuda, ¿tú te imaginas que alguien me dé una ayuda, que alguien me dé una mano?, si tuviera un lugar donde yo acudir para aprender a escribir, a componer, a producir música’, y como que siempre tuve ese deseo, que decía ‘si se me da algún día que yo me ponga bien, pues me gustaría de alguna forma hacer un proyecto y así ayudar a los que vienen’ “, compartió al evocar las dificultades en sus orígenes, y confesar la nostalgia que le provoca la escuela abandonada.
“También quería que (el encuentro) fuera aquí porque este es mi pueblo. Aquí estudió mi familia, mis tíos, mi mamá”, dijo mientras miraba zafacones tirados en varias áreas, botellas de agua vacías y hasta un set de llaves oxidadas que encontró en una esquina de la estructura que todavía luce paredes con coloridas estampas infantiles.
El concepto que propone, que en un principio describió como una escuela urbana, ha evolucionado para incluir diversas disciplinas que no son exclusivas de este género musical. “Queremos integrar las artes también”, especificó sobre la idea que visualiza para estudiantes de noveno a cuarto año de escuela superior, en un programa “after school” o después del horario escolar.
“En el trabajo de nosotros nos dimos cuenta de que hay muchas artes también envueltas”, expuso. “Cada vez que vamos a hacer el lanzamiento de un álbum o de un tema, hay que buscar un artista gráfico”.
El aprendizaje sobre escenografía, sonido, luces, maquillaje, baile y manejo son otros que se añadirían a las opciones.
“Muchas escuelas que están abandonadas... es rescatar estos espacios. Ahora mismo estamos hablando y mira… una bolsa de droga por ahí. Estamos utilizando estas escuelas para hospitalillos de droga. Ahora mismo haciendo una entrevista y nosotros viendo esto aquí”, lamentó. “Condones, caballos, están siendo mal utilizados estos espacios y la realidad es que se multiplica mucho porque en todos los pueblos de Puerto Rico estamos viendo que hay escuelas abandonadas”.
La gestión más reciente en su paso para materializar su aspiración fue su visita a La Fortaleza a mediados de febrero. El encuentro, nos confesó, lo hace sentir optimista, porque revela que, más allá de las contrariedades, prefiere enfocarse en las posibilidades.
“Agradezco muchísimo a la oficina del gobernador (Pedro Pierluisi), porque me atendieron. Yo creía que tal vez no se me iba a dar”, manifestó el hijo del fallecido periodista Avelino Muñoz. “Estaba un poquito pesimista con eso porque ya son casi dos años. Me atendieron y me atendieron bien, me prestaron atención, un poquito más de la que estaba esperando. Estamos muy esperanzados”, reveló y especificó que aunque no tuvo oportunidad de hablar con el gobernador, la reunión se dio con la hermana del primer mandatario, Caridad Pierluisi, y otros ejecutivos.
“Se presentó la propuesta, que es un primer paso”, valoró dentro del esfuerzo. “Tengo la esperanza más alta que nunca porque ya he tocado tantas puertas; pero sí, yo confío mucho en que ellos van a hacer lo que tienen que hacer. Obviamente, tienen que tener unas reuniones internas entre ellos y el Departamento de Educación, escuelas especializadas y todo el andamiaje de ellos, ver de qué forma ellos lo pueden traducir a una realidad. Pero sí, ya tenemos otra fecha que vamos a estar dando seguimiento, qué pasó con esto, para dónde vamos”, dijo sin especificar cuándo, pero expresando su deseo por ver su proyecto correr en agosto próximo o enero.
El ofrecimiento para establecer su idea con una alianza privada ha estado sobre la mesa diversas veces, pero Jowell lo ha rechazado empeñado en que exista acceso gratuito para los nuevos talentos.
“Yo quiero que esto sea accesible a los chamaquitos de bajos recursos”, expresó con énfasis. “Nos pusimos a sacar números y dijimos, ‘mira, a estos chamaquitos hay que cóbrales 1,500 pesos la matricula”, dijo el propietario del sello disquero Well Done Music. “Ponte a pensar. Les estamos restando oportunidades a un chamaquito de Llorens Torres, que a lo mejor tiene un hambre brutal (de incursionar en la música), a uno de Manuel A. Pérez...”, mencionó a modo de ejemplo. “Yo toco las puertas de todo el mundo”, reiteró. Una de esas fue a través de la administración municipal de Ponce, que en 2021 puso a disposición del reguetonero una escuela con la posibilidad de poner en marcha su proyecto.
“Fue el primer municipio que me abrió las puertas. Ellos han estado detrás de nosotros constantemente, dando seguimiento a ver qué ha pasado con eso. Obviamente, el financiamiento no lo pone el municipio, así que es un poquito más fuerte porque tenemos que conseguirlo nosotros”, aclaró, y compartió que el concepto que presentó en sus inicios, con un currículo en un horario tradicional, sería más costoso. “El modelo de Ponce, que fue la escuela que nos dijeron, abandonada, completamente para nosotros, acondicionarla completamente a nivel de fachada, estructura y equipo, salía alrededor de $2.5 millones ponerla completamente nueva”, detalló.
“Entiendo que de la forma que se quiere hacer ahora (after school) va a ser mucho más económica en la parte de que ya las escuelas están montadas y hay una operación que está corriendo con la nómina del Departamento (de Educación), que sería un presupuesto adicional para el programa como tal”, agregó, y expresó que en el proceso, también ha sido escuchado por representantes del Departamento de Educación.
Ayudar a combatir la deserción escolar se une a su propósito. “Tratar de sacar a los chamaquitos de la calle lo más que se pueda, porque también hay veces que los chamacos salen a las 3:00 de la tarde y ‘no tengo para dónde ir’, y se ponen a coger para donde no hay que ir”.
En lo que llega la respuesta que anhela, sigue firme. “Quiero que los niños salgan de la escuela las 3:00 de la tarde y tengan un centro para dónde ir”, dijo con una amplia sonrisa.
“Si tienen un sitio, la emoción sería, ‘loco porque sean las 3:00, voy para el estudio, tengo fiebre, con los panas, a hacer pistas, hacer fotos’, los que son fiebrú de fotos, los que son fiebrú de videos, los que son fiebrú del arte… Yo la veo bien clarita. Yo la veo ahí, y la verdad, vengo a estos lugares y me la imagino, imagino a los chamaquitos con las caras felices porque están haciendo algo que de verdad que les agrada”.