Jorge Drexler, cantante y compositor ganador de un Oscar, se ha establecido como uno de los más importantes poetas y autores de letras en el pop latino. Pero en su nueva producción Bailar en la Cueva, de Warner Music Latina, el foco está en el baile y la música.

Bailar en la Cueva “es una celebración de la danza y la música como determinantes de nuestra identidad humana”, sostuvo el uruguayo, quien ha sido nominado varias veces al Grammy y el Latin Grammy, según una comunicación escrita.

“Juntarnos alrededor de un fuego a llevar un ritmo en conjunto es algo que probablemente hiciéramos, inclusive, desde antes de tener un lenguaje estructurado”, añadió.

El disco, que será lanzado en Estados Unidos el 22 de abril y fue grabado en Bogotá y Madrid es su duodécima producción discográfica e incluye nuevos giros como canciones al ritmo de cumbia, ranchera y algo de cumbia peruana.

También cuenta con colaboraciones de artistas que incluyen al cantautor brasileño Caetano Veloso, la cantante Li Saumet, del grupo colombiano Bomba Estéreo; la cantante franco-chilena Ana Tijoux, el productor y músico inglés basado en Bogotá Will “Quantic” Holland, y el músico y productor Eduardo Cabra, mejor como "Visitante" del dúo puertorriqueño Calle 13.

“En un plano personal, es un intento de recuperar la relación entre mis canciones y el baile. Yo me crié en un país en dictadura, donde no se bailaba porque era igual de mal visto, tanto por el régimen militar, como por el círculo de intelectuales de izquierda en el que crecí. Llegué a poner en una canción ‘los músicos no bailamos’... Bueno, esa idea, caducó”, explicó.

El propósito de su nuevo proyecto, señaló, era hacer un disco para el cuerpo, “ampliar el mundo de las emociones y el intelecto, en los que ya me muevo más cómodamente, y meter las canciones en un plano más físico: escribirlas desde los pies”.

“Trabajamos el ritmo sobre todo con percusionistas colombianos. Gran parte de las canciones surgieron desde la base rítmica. Es un disco en el cual casi siempre, las letras son más sintéticas, más concretas y breves que en los anteriores. En casi todas las canciones dejé fuera la mitad de la letra y la mitad de los acordes”, mencionó.

Sus letras…

El disco incluye canciones de amor, sin embargo, hay otros temas; por ejemplo, en Bolivia cuenta una historia muy personal al cantar sobre sus abuelos y su padre, quien tenía entonces cuatro años y escapaba de la Alemania Nazi en 1939, encontrando refugio en Bolivia.

En la irónica “La Plegaria del Paparazzo” le pide a Dios “concédeme el olfato, la caradura y la santa paciencia, de las que vivo”, atributos necesarios para “esperar la presa, burlándose de los que viven de sacar fotos comprometedoras para publicaciones basura.”

En “Data Data”, Drexler habla de la avaricia de estos tiempos cantando sobre “la codicia del glamour y el glamour de la codicia”, y en “La Luna de Rasquí”, saluda al cantante y compositor venezolano Simón Díaz, quien falleció en febrero.

Su historia musical

Drexler comenzó a escribir canciones en 1989 mientras aún iba a la universidad donde estudiaba medicina. Su primer disco, La luz que sabe robar, salió en 1992, el mismo año en que se recibió de médico con especialidad en otorrinolaringología. Después del lanzamiento de Radar (1994), su segundo disco, se fue a España donde grabó su tercer álbum, Vaivén (1996), el cual incluye colaboraciones con Joaquín Sabina, Luis Eduardo Aute y Javier Álvarez.

En el 2005 Drexler ganó un reconocimento internacional al recibir un Oscar por la canción "Al otro lado del río", de la película Diarios de Motocicleta. Su triunfo también marcó un hito histórico: la suya fue la primera canción en español en ganar este premio.

 Drexler  ha continuado escribiendo, grabando, tocando en vivo y componiendo música para cine y para ballet; asimismo, protagonizó "La Suerte En Tus Manos" y experimentó con música y tecnología en su proyecto “App N,” una aplicación que permitía a los usuarios intervenir en tres de sus canciones, recomponiéndolas en tiempo real.