Johnny “el Bravo” aprende a perdonar
Reconoce que confiando en Dios ha logrado que la plena sea aceptada.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 13 años.
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El músico y productor Johnny “el Bravo” no sólo se encuentra celebrando los 18 años que tiene con su grupo Los Pleneros de la Fe, sino también cómo en este tiempo Dios se ha manifestado en su vida, ya sea a través del perdón o la sanación en las personas que se le acercan.
Johnny “el Bravo”, quien este domingo se presentará con su agrupación en un concierto gratuito en la Primera Iglesia Bautista de Carolina , narra cómo Dios, en una de muchas ocasiones, tocó su corazón para llevarlo a perdonar a aquellas personas con las que tuvo alguna diferencia, como le sucedió con su colega fenecido Tommy Olivencia.
“Yo aprendí a perdonar a través del ministerio y una vez en el sepelio de Cepeda llegó una persona (Tommy Olivencia) con la que tuve problemas grandes en el mundo secular después de haber sido grandes amigos. Él no quería saber de mí y yo no quería saber de él, pero Dios me decía que lo abrazara y yo no quería y le decía al Señor que cómo lo iba a abrazar. Pero, Dios me dijo que yo era un hombre renovado en Cristo y fui a abrazarlo, él se quedó como un témpano de hielo”, revela a Primera Hora.
Su encuentro se quedó ahí, y no fue hasta el sepelio del sonero Marvin Santiago en 2004 que hubo una reconciliación porque fue el legendario trompetista quien se le acercó y lo abrazó.
Johnny “el Bravo”, cuyo nombre real es Johnny López, cuenta que “él me dijo: “Johnny, tanto que tú y yo peléabamos antes”.
Luego, en un culto de oración realizado por el conguero Ray Barreto, Tommy Olivencia “aceptó al Señor como su único salvador”.
“Ésas son las cosas del perdón y en 18 años, por medio del ministerio, hemos visto cómo Dios se ha manifestado. Llevar raíces de amargura no es lo mejor para que las personas, conozcan o no al Señor. Sentí que Dios me había sacado una carga de encima y unas raíces de amargura que no me dejaban predicar la palabra mientras yo estuviera sin perdonar. Y en mí ahora hay paz”, precisa.
“Eso que viví fue un milagro de Dios y es parte de lo que he vivido en estos 18 años”, dice.
A través de la plena, Johnny “el Bravo” asegura haber visto cómo Dios toca a las personas en Estados Unidos y en Puerto Rico con milagros de sanidad y conversión al Evangelio.
Algo que lo ha marcado fue una visita que hizo a una iglesia en Atlanta donde una madre de un niño de nueve años que era autista le contó que su hijo con su música de plena cambiaba de actitud y alababa a Dios.
“Ese niño nunca se había identificado con nada y quería conocerme. Me impactó ese niño de nueve años cuando me dijo sin haberme visto antes: ‘Tú eres mi mejor amigo’”, expresa con la voz entrecortada y emocionado.
Agrega que “hemos visto la palabra de Dios cumplida por medio de su palabra, hemos visto también matrimonios restaurarse y presos recibir indulto tras convertirse”.
Si hay algo que desea Johnny “el Bravo” es poder levantar junto con su esposa su iglesia para ambos pastorearla, sin embargo, sus planes de hacerla en Colinas de Montecarlo, en Río Piedras, se han visto afectados por las quejas de varios vecinos.
“Nosotros comenzamos la iglesia (Plenitud de Alabanza y Bendición) en Colinas de Montecarlo, pero en el vecindario se opusieron varias personas y amenazaron con una protesta y yo sé que Dios me tiene el salón en otro lugar. Lo que he hecho es seguir llevando la palabra de Dios en Estados Unidos con nuestra palabra y música”.
“Creo que el Evangelio no es para problemas; si Dios no está, no hay paz”, manifiesta.