El músico y cantante puertorriqueño Jerry Medina se define como un “hombre de ritmo”. Y tiene toda la razón, porque mantiene un ritmo singular en su manera de hablar, a la vez que alza y baja sus manos con movimientos repetitivos. Es como si emitiera música constantemente.

“Soy un hombre de ritmo. Sin ritmo, no somos nada. Caminamos con un ritmo, nuestro corazón late a un ritmo. Desde que tuve mi primer encuentro con Batacumbele, el ritmo del tambor me voló. Ése ha sido el denominador común con los muchachos de Calle 13, que son unos bravos”, dijo el trompetista en referencia a sus colegas de la banda boricua Calle 13, a la que se unió desde el pasado octubre.

Después de un largo caminar con figuras de la talla de Eddie Palmieri, Ángel “Chachete” Maldonado y Miles Davis, por mencionar algunos, Medina se sumó al grupo Calle 13 en calidad de trompetista y sonero.

Y, aunque su humildad no le permite pronunciarlo inmediatamente, el artista reconoció que sus conocimientos en rock, salsa y jazz latino, además de sus tonos de voz, le han dado fuerza a la potente propuesta del grupo liderado por René Pérez (Residente) y Eduardo Cabra (Visitante).

“Me gustó mucho la sapiencia de René en los temas, la profundidad y la transparencia. Soy salsero de la mata, pero cuando salió Querido FBI, me voló la cabeza. No estoy con ellos por ser Jerry. Mi mentalidad es que soy uno más que va a aportar para que, cuando el conjunto suene, le vuele la cabeza al público”, expresó el sonero, quien suele tener una destacada participación en directo en el tema La Perla, cuya versión original se nutre de la voz de Rubén Blades.

“Al principio, muchos los catalogaban como reguetón, pero ya se han pasado para el otro lado. Están en constante evolución, porque los músicos tenemos que abrirnos a otras vertientes. Y esto se combina con la voz fuerte de un artista que dice basta ya y dice las cosas en blanco y negro”, agregó el ganador de un Grammy al acentuar que aprendió del compromiso que debe tener un artista cuando conoció a la legendaria cantante argentina Mercedes Sosa.

Esa vivencia con “La Negra” le confirmó que un artista no puede enajenarse del mundo.

“Con ella aprendí que tienes que ser tú. Necesitamos artistas que sean claros y no se dejen amarrar por los medios, el dinero o el qué dirán. Cuando tú logras eso, recibes del público una energía que te eriza la piel, como nos pasa cuando tocamos Latinoamérica. Cuando veo al público conectado, soy feliz”, señaló uno de los fundadores de Batacumbele.

El padre de los cantantes Kianí Medina y Medina Carrión, quienes lo acercaron al reggae y al hip-hop, arma su propia propuesta musical, al tiempo que colabora con artistas como el grupo de plena Atabal, el dúo cubano Gema y Pavel, y el grupo de rumba catalana Sabor de Gracia.

“Vendrá de todo. Es que estoy entre el jazz latino y la salsa. Para mí, los dos van juntos. Es como cuando me preguntan si soy trompetista o cantante, que les digo que ni trompetista ni cantante, porque son parte intrínseca para mí”, mencionó el músico de 58 años, quien continuará la gira de conciertos de Calle 13, del álbum Entren los que quieran, por Perú, Colombia y Venezuela.