Feid: el encantador de Medellín
Crónica de una cincuentona en el concierto del reguetonero colombiano.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 2 años.
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MEDELLÍN, COLOMBIA. Una cincuentona que creció con las canciones de Menudo, se enamoró con Yordano, se casó con Glenn Monroig y está pegá con Alejandro Sanz, ha tenido que adentrarse al mundo de la música urbana, el reguetón y el trap. Primero, por la naturaleza de mi trabajo y, segundo, por tener una hija y un hijo en los veintitantos que son fanáticos de muchos de los emergentes en estos géneros.
Sin entrar en debates del contenido de las letras y lo que puedan o no incitar –lo mismo que en su tiempo decían de la salsa erótica o del heavy metal, y miren dónde estoy- hay que abrir la mente y reconocer que el mundo de la música cambió, que hay exponentes con un encanto especial para atraer a miles de seguidores en y fuera de sus países, y que una forma de saber quién es quién ayuda a cortar la brecha generacional.
Eran las 10:00 de la noche del viernes cuando llegamos a la Plaza de Toros La Macarena. Abriéndonos paso entre la gente, logramos acceso al interior del recinto donde cientos de jóvenes esperaban ver a su ídolo, Feid o Ferxxo, como le llaman, en el primero de los tres conciertos que daría en este recinto. Sabíamos que se trataba del primer artista en lograr tres “sold outs” en este escenario con su Ferxxoo Nitro Jam.
Al fondo sonaba la música de Don Omar, Tego Calderón, Bad Bunny; la salsa de Héctor Lavoe, la cumbia, el vallenato y otros temas que en mi vida había escuchado, pero a todo pulmón cantaban los pelaítos y las pelaítas –sí, chamaquitos y chamaquitas-, porque por lo más santo que si habían cinco cincuentones como yo era mucho. Cientos de cuerpos que bailaban, brincaban, bebían y, según pasaban los minutos, la impaciencia crecía. “¡Ferxxo, Ferxxo, Ferxxo!”, empezaron a gritar esperando que este apareciera.
¡Y se hizo la luz! A las 11:00 p.m., una silueta se dibujó en el telón blanco y, como un acto de magia, desveló un montaje con enormes pantallas sostenidas por unos andamios. “Ahora es que es”, dije… ¡y fue!
Trepado en una grúa apareció Feid, con un colorido jacket, mahón, gafas blancas, gorra y tenis. Aquello se quería caer, literal, porque los gritos de su fanaticada, y el sonido de su música, hicieron que todo vibrara.
“Buenas noches morrr, buenas noches… Cómo estamos pues Medellínnn. Qué chimba (chévere) toda la gente que vino a ver a el Ferxxo, a parchar (reunirse) con el Ferxxooo. Una noche súper especial para mí, para Feid, para Salomón, para mi equipo de trabajo. Qué chimba traerles mi música pa’ ponerlos a bailar reguetón a todos. Los que se vinieron con las gafas de Ferxxo, con su ropa verde, los parceros (panas) con el bozo (bigote) del Ferxxo. Qué rico estar compartiendo con todos ustedes, la gente de acá adelante, toda mi gente de allá atrás, allá arriba, qué chimba”, dijo (y ni se crean que sabía toda la jerga; esa la tuve que preguntar).
Feid se movía, la gente gritaba; Feid cantaba, la gente le hacía coro; Feid preguntaba, la gente contestaba como si estuvieran bajo los efectos de un encantador.
Y allí, en medio del encanto, estaba esta boricua cincuentona sentadita, aunque por aquello de darse un estirón se levantó una que otra vez a darse su bailaíta. Sin esperarlo, y cumpliendo eso de que dondequiera hay un puertorriqueño, dos monoestrelladas aparecieron entre el público, agitándose para llamar la atención del intérprete.
Había pasado una hora sin apenas darnos cuenta. De pronto, como por arte de magia, el enorme andamio que sostenía parte de las pantallas giró desvelando un monster truck. El resto fue otra hora con un espectáculo de luces, humo, efectos de pirotecnia y perreo intenso.
“Medellín es mi casa y siempre que estamos por fuera tratamos de llevar un poquito de nuestra ciudad por el mundo… Ya tenemos a mucha gente hablando como nosotros de las letras del Ferxxo y nuestra jerga. Morrr agradecerle a todo el mundo que vino a parchar con el Ferxxo de buena. Toda esa gente que está por allá arriba hasta el último que está por allá lo vi y sentí la energía más chimba… Nea valoro mucho todo el esfuerzo que hace toda la gente por venir a los shows del Ferxxo, pa’ venir a perrear y pasar un rato bien chimbaaa… Dios los bendiga morrr. Los amo muchoooo”, dijo como despedida en medio de fuegos artificiales a las afueras de La Macarena.
Ya de madrugada, camino al hotel, con el cansancio de esta doñita pasá de su hora de dormir, repasaba esta experiencia.
¿Qué tiene este joven de 30 años que tanto atrae a la juventud en su natal Medellín? Música que les llega, mucha energía en el escenario y alguien a quien ven como referente en ese anhelo de lograr lo que se proponen.
Ahora el próximo paso será entrar de lleno al retante mercado de Puerto Rico más allá del party post Justas donde estuvo a principios de este año, o sus featurings con Mora y Eladio Carrión. El primero ya lo dio en su tierra, el resto ya sabremos.