Exestrella de “Objetivo Fama” deja los escenarios para ayudar a sanar corazones como pastor
Javier Baerga habla de su decisión de dedicarse a predicar la fe cristiana.

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El mundo de la música le encanta. También, la receptividad del público que admira su talento. Pero a la hora de estar en un escenario prefiere hacerlo para llevar mensajes de fe y de adoración a Dios.
El vocalista puertorriqueño Javier Baerga conoció la experiencia de la popularidad cuando participó en la quinta temporada del programa de realidad “Objetivo fama” en 2008. El alcance de su interacción en el “reality” musical lo siguió incluso hasta el año siguiente. Pero todo lo bueno que pudo encontrarse en este corto trayecto no tuvo el peso de convencerlo de que fuera la mejor opción profesional. Había una razón principal: desde la adolescencia sintió ese llamado de predicar y servir a la comunidad.
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“Mi papá fue pastor, mi abuelo también”, reveló Baerga, quien reside en Orlando, Florida, y donde predica en la iglesia cristiana Revival Place. “Ya desde mi adolescencia tenía pasión por esto. Fui líder de jóvenes, predicaba. Desde los 14 años, aproximadamente, yo tenía una conciencia de que me iba a enfocar mucho en este plan, en el trabajo ministerial, y ayudar a las personas en la mayor medida que a mí me fuera posible”.
Ha pasado más de una década de su compromiso religioso. “Llevo operando como pastor de congregaciones desde hace muchos años. Desde 2012 o 2013 ya me habían nombrado pastor en diferentes funciones en iglesias. Pero pastor de la congregación que Dios me entregó fue en marzo 12 del 2023, con mi esposa”, dijo al referirse a la también pastora puertorriqueña Cielo Ortega, con quien procreó a Eden, de 9 años, Hosanna, de 3, y a Grace, cuyo nacimiento está previsto para finales de mayo. Ortega también es cantante de música sacra.
Con su labor se siente pleno al no solamente impartir su fe, sino de ser testigo del cambio que le manifiestan algunos feligreses cuando le dicen que sus palabras les han servido de bálsamo en momentos de dificultad y desesperanza.
“Yo veo semanalmente a Dios sanando las mentes y los corazones”, afirmó. “Yo tengo semanalmente gente que estaba batallando con su vida, que estaba en depresión, estaban peleando con pensamientos complicados y complejos, y de momento que digan ‘estoy sano, ya no estoy esclavo’, ‘soy libre’, Creo que no hay una sanidad más importante que es pasar de la muerte espiritual, a la vida espiritual”.
No era lo que esperaba
Baerga confesó que atravesó un cuadro depresivo como resultado de su tiempo en el famoso “reality show”, porque además de conocimiento valioso, aplausos y admiración, también le regaló un lado del entretenimiento que no le encantó.

“Algún día yo me sentí así, y un día Dios me sanó y fui libre, y nunca más he vuelto atrás”, confesó complacido. “Precisamente, después de ‘Objetivo Fama’ fue la única temporada en mi vida que me he sentido de esa manera”, prosiguió sobre la experiencia que se dio a sus 21 y 22 años.
“Para mí lo más significativo es que fue una escuela profesional”, dijo el pastor, quien cuenta con un bachillerato en comunicaciones. “Recuerdo los maestros todavía, maestros de altura. Tenían maestros de canto, de baile, de los mejores camarógrafos de la Isla, los mejores sonidistas”, valoró.
Pero este ofrecimiento no le hacía sentir pleno.
“En esos dos años yo me expuse a un mundo que nunca había experimentado”, dijo quien en ese entonces también recibió el apodo de “Papi Chulo”, lo que no abrazó con encanto. “Era el mundo en que mis nuevas amistades eran gente de lo que se le conoce como el medio artístico. Antes de eso, mis amigos eran mi familia y gente de la iglesia”.
A esta realidad se sumaba la privacidad con la que creció, pero que fue perdiendo.

“Cuando entro en este mundo era un niño, muy ingenuo, inocente. No tenía malicia y creo que me decepcionó mucho la dinámica que vi en ese ambiente. No sabía que ese era el mundo real. El trato. De repente sentí deshonestidad, falta de genuinidad en las personas, porque mis padres hicieron muy buen trabajo en protegerme de todo eso. Los honro por eso”, expuso en detalle Baerga, natural de Caguas.
El desánimo se fue arrimando en su entorno. “Tenía mucha madurez para muchas cosas, pero no tenía madurez para esto. No sabía en lo que estaba. Sentí que eran engaños. Yo siempre fui bien honesto, bien transparente, bien abierto, y de repente sentir que la gente me tomaba de bobo, me mentía. Caí en la única, posiblemente, depresión agresiva que tuve en mi vida. Me sentía depresivo y llegué a tener pensamientos de ‘yo no quiero estar aquí’ ”.
Una conversación con un amigo fue determinante para un cambio en su ánimo. “Tengo mi aniversario con Dios, como yo le llamo, que fue en diciembre 13 del 2009. Ese fue el día que a través de un amigo, que en ese tiempo no era mi amigo, simplemente me predicó y me citó una palabra bíblica de primera de Corintios 2, y en ese instante Dios hizo un milagro, el milagro de sanarme mi mente y mi corazón”, recordó en detalle. “En ese instante se fue todo, la depresión, se fue todo el malestar y ya era feliz de nuevo. Volví a ser el Javier que estaba con gozo, pero ahora tenía una nueva relación con Dios, que aunque yo era cristiano, no había experimentado antes esa profundidad que experimenté en ese momento”.
Ese nuevo camino está lleno de contantes logros, tanto en lo personal, como con esa familia extendida de su congregación.
“Revival Place es la congregación que Dios nos ha entregado a mí y a mi esposa”, dijo sobre lo que comenzó en su casa y que luego se mudó a un lugar para permitirles reunir a una cantidad mayor de feligreses. “Ahora estamos en un local que ya es nuestro, en el área de Kissimmee, en el cual recibimos aproximadamente unas 200 personas”.
Baerga no pudo evitar emocionarse al hablar sobre la plenitud que siente con la decisión de enfocarse en su fe. “No creo que haya una satisfacción más grande que saber que, literalmente, toda mi vida se trata de ayudar a gente”, dijo entre lágrimas. “Después de atender mi casa, que es mi prioridad, mi esposa, mis hijas, saber que Dios me ha dado el privilegio de ser lo suficientemente bendecido para que, además de poder atender mi casa, poder atender otras familias. Saber que, todo lo que hago afecta positivamente a alguien de alguna manera u otra. Eso para mí, mientras te lo digo, me conmueve”.
Además, cuenta con una academia de música. “Ofrecemos clases privadas de piano, canto, batería, violín, chelo, o sea, técnicamente casi todo”, describió. “Pero está estrechamente relacionada con el ministerio y aunque está abierta a todo el mundo, obviamente está influenciada por nuestros valores cristianos”.
Si bien disfruta cantar, el líder religioso reveló que no es una prioridad destacarse como artista. Ha colaborado en temas de su esposa, pero no centra su atención en planes que apunten a esa dirección.
“Dios me dio la oportunidad de aprender a hacerme un ingeniero de mezcla y empezar a hacerle las mezclas a muchos artistas cristianos”, expuso. “Es la persona que se encarga de hacer que el disco suene bien, y entonces eso se convirtió en mi fuente de ingresos”.
No llenar vacíos
Numerosos aspirantes han manifestado su deseo de formar parte de la séptima temporada de “Objetivo fama”, para las cuales ya han comenzado auscultar talentos potenciales a través de competencias de karaoke y cuyas audiciones dan inicio en mayo. El “reality” estrenará en agosto. A la hora de perseguir sueños, Baerga manifestó que no critica el anhelo de cada quien, pero sí reflexionó sobre el valor de tener presente no buscar llenar vacíos existenciales.
“Yo no creo que sea vano querer impactar al mundo. Creo que hay gente que nació para eso. Me viene a la mente un Juan Luis Guerra, por ejemplo. Creo que es una persona que Dios le dio un talento increíble. Creo que ha dado una medida de cómo se puede mantener una relación con Dios influenciando un mundo que no es fácil. No lo conozco personalmente, pero pienso que su felicidad no proviene de su fama ni de su éxito musical. Proviene de su relación con Dios y de su conocimiento, de quién es él como persona, no de la validación de otras personas”, analizó pensativo.
“(A los aspirantes) Les diría que primero consigan estar plenos y gozosos con Dios y con ellos mismos antes de buscar estar plenos y gozosos con la fama y con gente desconocida”.