El deseo de volver a hacer lo que le provoca, de escribir las cosas que “todavía no estaban escritas”, componer “las canciones que quiere hacer” y finiquitar el libro de poemas (Los otros versos) que comenzó hace dos años, ayudó al cantautor y poeta Antonio Cabán Vale “El Topo” a salir de la gravedad de salud que experimentó en el último tiempo.

“Me siento bien”, dijo, ya repuesto de una operación de corazón abierto y de una emergencia que tuvo en su condición de diabetes al duplicar la dosis de un medicamento.

“Cometí el error de usarla dos veces al día, y era una sola y me bajó la glucosa que me quedé casi sin glucosa, y por poco me muero”, compartió del evento que lo hizo repensar su estilo de vida. “Eso me causó una serie de complicaciones en el estado de ánimo, aspectos psicológicos, uno cae en una depresión severa, que te quedas en el limbo, te deja así como eslembao”.

El artista mocano, de 75 años, recibió tratamiento en dos hospitales psiquiátricos y, afortunadamente, logró salir del estado de depresión que le afectó. “Es un estado que te deja incapacitado, porque se daña la voluntad. El brío es diferente”.

Tomar de nuevo la guitarra para interpretar las canciones que lo conmueven a él y a sus seguidores, como Verde luz, Hay patria si yo pudiera y Antonia, le despertaron el afán por darle continuidad a la gestión artística que inició hace cerca de 60 años. Pero lo hará por tres a cinco años más, antes de acogerse al retiro.

“Voy a estar un chispito más, pero no mucho”, adelantó el padre de tres hijos. “Quizás a los 80 (años) creo que ya está bien, porque todas estas cuestiones (de salud) que pasaron me afectaron mucho”.

“Creo que lo quería, lo conseguí, y creo que pude conseguir un trabajo con excelencia y eso aquieta a uno, pero si puedo seguir, sigo”.

El domingo, 14 de octubre, esta voz defensora de la independencia patria presentará el recital Celebrando Verde Luz, en la Sala Sinfónica del Centro de Bellas Artes en Santurce. Será ocasión para dejarle saber al público que está Vivito y coleando, como dice su reciente salsa. 

Con el público revisitará los temas más populares de su récord musical, sin dejar fuera sus acercamientos a la plena y el bolero.

Lo acompañarán los colegas que pasaron a ser sus amigos, pero las identidades aún se las reserva.

El himno del pueblo

El Topo -mote que le dio un amigo poeta en un rato de tertulia y vinos- compuso Verde Luz guiado por el sentimiento que le invadió al tener la necesidad de salir de la Isla para trabajar en servicios sociales en Nueva York. La canción viajó en la maleta hasta que regresó a Puerto Rico y con ella, el músico contrastó su frustración por los problemas históricos causados por la relación con Estados Unidos. La primera vez que la cantó fue hace 52 años en una actividad estudiantil.

“De inicio fue una canción que causó admiración y llamaba la atención, pero no sabía que iba a llegar a ser un himno, por la manera que el pueblo la recibió y se aferró a ella. Esas cosas se van dando en la vida”.

Hay patria si yo pudiera y Antonia son canciones que el cantautor separa de su repertorio por el valor personal que le tienen.

“La música tiene una cualidad, que es que brega con las emociones, los sentimientos, y por ahí, si tú conmueves, cuelas (un mensaje), porque las canciones tienden a concientizar y hacen que la gente se identifique ”.