Hacer labor social es algo que le complace al dúo reguetonero Dyland & Lenny, máxime cuando se trata de aconsejar a los jóvenes a través de una “charla sin cantaletas”, como hicieron ayer miércoles con los estudiantes de la escuela pública República de Colombia, en Río Piedras.

Esta visita del dueto forma parte de Proyecto poderoso, una iniciativa del entrenador Edwin Benítez que consiste en clínicas de ejercicios, charlas sobre nutrición y condición física con mensajes y testimonios de superación en la voz de varias figuras reconocidas, y en esta ocasión le tocó el turno al binomio.

“Nos llena mucho este tipo de actividad; estuvimos dándoles una charla de motivación a los jóvenes sobre nuestra experiencia. A nosotros, los jóvenes, nos molesta la cantaleta, pero que alguien igual que ellos les diga lo que les conviene no les molesta”, expresa Lenny.

En su conversatorio, las voces de Quiere pa’ que te quieran expresaron ante casi 200 estudiantes que para lograr sus sueños y convertirse en personas de bien tienen que trabajar con empeño, disciplina y una buena base de valores.

Además, les recalcaron que no crean todo lo que ven a lo largo del glamoroso mundo de la farándula y la televisión, porque no siempre es cierto.

“Les enseñamos la otra cara de la moneda. Les hablé del vídeo Nadie te amará como yo, en el que me bajo de un (auto lujoso) Lamborghini de $300 mil y les dije que ese carro no era mío, sino prestado, porque no todo lo que ven es real. La fama se trabaja desde high school, desde las buenas notas, pero nada lo verán (realizado) hasta que no trabajen por lo que quieren”, acota.

Para Lenny, el problema que existe en nuestra sociedad con los jóvenes es el modelo por seguir y los valores que no se inculcan.

El cantante indica que tanto él como su pareja musical vienen de un hogar humilde porque sus padres se criaron en barrios, pero se esforzaron con muchos sacrificios para darles una vida de calidad con valores y educación.

Para lograr el éxito que al presente los arropa en tan corto tiempo, les manifestaron también a los presentes que se prepararon estudiando el género del reguetón, tomando clases de música, guitarra y piano, porque “es lo que amamos y no queríamos pasar por la música sin dejar una huella”.