Doble despedida para Cheo Feliciano en Ponce
Llegó al camposanto a eso de las 2:25 de la tarde, aunque desde antes de la 11:00 de la mañana decenas de personas esperaban el arribo de la comitiva fúnebre. .
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 10 años.
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El cantante Cheo Feliciano tuvo hoy dos despedidas en el cementerio La Piedad, en Ponce.
La primera estuvo a cargo de familiares y amigos, quienes tuvieron un momento íntimo con el artista, del que el pueblo ponceño no puedo ser testigo. La segunda estuvo a cargo del pueblo, su gente. Muchos se quedaron hasta el final para despedirse de su ídolo.
El cuerpo del sonero, quien falleció el jueves, llegó al camposanto a eso de las 2:25 de la tarde, aunque desde antes de la 11:00 de la mañana decenas de personas esperaban el arribo de la comitiva fúnebre.
Para sorpresas de los fanáticos, nadie podía entrar al cementerio, lo que creó cierto resentimiento, pues San Juan recibió por dos días al cantante. “Entiendo que es injusto que los preparativos fueran en San Juan, con dos días, con comodidades. San Juan lo conocía como artista, pero aquí él era nuestro vecino, nuestro amigo. Nos dieron tres horas y en un lugar a millas del pueblo”, dijo José Ernesto Torres, quien al salir la familia del cantante, entró al cementerio para con un grupo rendirle un verdadero homenaje.
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Una vez calmados ante la decisión de la familia, varias personas entraron para elogiar el legado musical y humano del intérprete.
“En momentos de dolor, la gente puede equivocarse, pero el pueblo es sabio y esperó para rendirle un homenaje. Siempre nos iluminó con su música y enseñanzas… Cheo tiene que vivir entre nuestros recuerdos y cada vez que escuchemos su voz nos dará alegría y paz”, expresó frente al féretro Héctor Bermúdez Zenón.
“Este país ha parido muchos cantantes extraordinarios, pero para que el pueblo se lance a la calle hay que ser más que extraordinario, un ser humano extraordinario”, mencionó, por su parte, Julio Muriente, del Movimiento Independentinta Hostosiano de Puerto Rico, quien se confundía entre la gente porque, como dijo, su presencia era la de un fanático más del artista.
El tributo fue en la calle
Desde antes que se le diera cristiana sepultura a Cheo Feliciano, las afueras del cementerio ponceño recibieron a decenas de seguidores de distintas edades. La gente sabía que la espera sería larga, por lo que muchos cargaron con sus sillas, sombrillas y neveras de playa. Otros cargaron con afiches, discos de vinilo y letreros que expresaban el cariño inmenso que sienten por el bolerista.
La humildad y la sonrisa amigable era lo que muchos repetían al recordar a Cheo Feliciano. “Él reía por la boca y por los ojos. Era todo sonrisa”, dijo la vecina Georgina Quiñones, quien lucía una camisa que tenía escrito “Yo soy ponceña pa’ que tú lo sepas”.
“Era muy amable, pero siempre me encantó el sentimiento en sus canciones”, comentó, por su parte, Carmen Quiñones, quien estudió con el artista en la Escuela Elemental Barbosa.
Mientras, la gente esperaba solo se escuchaba la voz de Cheo, especialmente una canción en la que dice que “los entierros de mi gente pobre son un verdadero espectáculo”, lo que se comprobó al frente del camposanto.
José Rodríguez viajó desde Orocovis con el disco de vinilo “Profundo” y un afiche de la Fania. “Era un ser humano maravilloso que significaba cultura y amabilidad”, señaló.
Mientras la gente bailaba y cantaba, iban llegando artistas como Gilberto Santa Rosa, Quique Lucca, Ismael Miranda, Yolanda Rivera, José Nogueras y otros. Este grupo estuvo junto a la viuda Socorro Prieto León, conocida como Coco, y los hijos del cantante.
Los restos del artista fueron expuestos hoy, lunes, a partir de la 9:00 de la mañana en el Centro de Convenciones Juan H. Cintrón de Ponce, donde el pueblo que lo vio crecer se despediría de él.
Antes de su llegada a la Ciudad Señorial, Feliciano estuvo el sábado y el domingo en el coliseo Roberto Clemente, en Hato Rey, donde se dieron cita familiares, artistas y fanáticos para elogiar el legado musical del intérprete de “Amada mía”.
Cheo Feliciano murió el pasado jueves en la madrugada, cuando su automóvil impactó un poste del tendido eléctrico en la carretera 176 en Cupey, en Río Piedras. El bolerista, de 78 años, se dirigía a su residencia y no tenía puesto el cinturón de seguridad, según informó la policía.