La Casa del Trovador en Caguas luce hoy, sábado, un crespón negro en la puerta por la que decenas de personas vestidas de luto pasan para despedirse del músico que le da nombre al museo, Luis “Pico de Oro” Miranda, quien murió el jueves a los 89 años, luego de décadas entregadas a la exposición de la trova y las décimas puertorriqueñas.

Al fondo de la casa, ubicada en la calle Alejandro Tapia y Rivera, en el corazón de Caguas, se colocó el ataúd donde descansa el cuerpo del improvisador, justo al frente a de un mural con su imagen y la de la también fenecida trovadora Ernestina Reyes, “La Calandria”, con el que se le rinde tributo desde 2012.

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A las afueras del recinto, se llevó a cabo una fiesta de celebración de la vida de quien ha sido considerado el mejor trovador de Puerto Rico.

De Caguas, Cidra, San Lorenzo, Carolina y otros pueblos respondieron a la invitación abierta que hizo el Municipio de Caguas y la familia del artista para despedir a El Pico de Oro como se dice adiós a un trovador boricua, al son de cuatro, güiro y guitarra. Por allí pasaron Quique Domenech, Lucho Echeverri, Ángel Olmeda, Juan Acevedo y Gumersindo Reyes, entro otros.

Primero los dolientes hicieron guardia de honor y luego salieron a cantar acompañados por el Taller Típico Criollo.

Entre ellos, el abogado y trovador Casiano Betancourt, quien conoció a Miranda para la década de 1980, destacó que por dominar los tres talentos que constituyen la trova, escribir, improvisar y tener la voz para cantar, El Pico de Oro era considerado uno de los trovadores más completos que ha dado Puerto Rico.

“Sabía decir las cosas más bien dichas con las mejores palabras con las que se podían decir”, dijo sobre su amigo.

Explicó, además, que como a los trovadores siempre los han identificado con los gallos y Luis Miranda tenía un talento prodigioso, Rafael Quiñones Vidal lo bautizó como El Pico de Oro.

Pero, además de su talento en la música, distinguía a Miranda su humildad y desprendimiento por el público que lo escuchaba, resaltó Betancourt.

El alcalde de Caguas, William Miranda Torres, se refirió al trovador como uno de los hijos predilectos del municipio. “Nos toca mantener su legado, es una responsabilidad muy grande que debemos asumir”, expresó Miranda Torres al asegurar que la administración municipal seguirá incluyendo la música de trova en sus festivales de pueblo.

Luis Miranda, nacido en 1924 en el barrio Tomás de Castro de Caguas, falleció en el hospital de Veteranos de San Juan, como consecuencia de una pulmonía. Hubiese cumplido 90 años el próximo 12 de diciembre.

Le sobreviven su viuda, Elena Maldonado Navarro, y sus hijos Evelyn, Sylvia, Nydia, Nilsa, Ángel Luis, y una hija de crianza, Luz Delia Maldonado.

Dejó, además, un legado musical concentrado en más de 30 discos de larga duración (lp’s) con grabaciones en las que cantó a la naturaleza, al amor y a la puertorriqueñidad, y más de 10 de música cristiana, a la que dedicó su empeño desde que se entregó a la religión en 1997.

 “Con mi décima yo voy donde el pueblo lo pidiera, y yo le haría hasta que me muera, una defensa total, porque yo la quiero igual que a mi patria y mi bandera”, decía parte de una de sus conocidas trovas.

Justo con un gran respeto a ese amor por la música puertorriqueña que Miranda profesó a lo largo de su vida, sus compañeros en la trova lo despiden en Caguas, entonando sus décimas más famosas, con la intención de seguir cantando hoy hasta que anochezca.

Según describió Betancourt, la vida terrenal ya pasó para El Pico de Oro, pero, para los creyentes en una vida eterna, le esperan en otra dimensión otros grandes músicos y trovadores que se fueron antes que él, los Hermanos Morales, Ramito, Moralito y Luisito; Germán Rosario, Víctor Lluveras Ríos, Maso Rivera, Chuito el de Bayamón, Chuito el de Cayey y Richie Abril, entre otros tantos.

Mañana, domingo, 30 de noviembre, se efectuará un servicio religioso en la Iglesia de Dios Pentecostal Mission Board M.I., en la avenida Rafael Cordero de Caguas. Después la comitiva fúnebre con los restos del trovador partirá a la 1:00 p.m. al Cementerio Monte Calvario, también en Caguas, donde se llevará a cabo el sepelio.