Daymé Arocena destella con una propuesta sonora tan colorida como profunda
La cantautora presenta el álbum “Alkemi”, producido por Eduardo Cabra.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 6 meses.
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Cuando Daymé Arocena comenzó a escribir algunas de las canciones que dan forma al álbum “Alkemi”, estaba lejos de la persona que es ahora. Aquella mujer de 22 años, cubana, parte de esa gran diáspora dispersa por el mundo, no entallaba en su propia piel. Su cuerpo entonces no era un aliado, sino el reflejo de sus inseguridades.
Pasó una década antes del nacimiento de esta pieza discográfica en el mercado. Ahora Daymé tiene 32 años y su cuerpo es el mejor espejo de la mujer que disfruta ser. Llegar a este punto dolió. Costó dejar su amada Cuba en el 2019 para aventurarse a una nueva vida en Canadá. Pero ese no era su lugar. Ella pertenece al Caribe, a la playa, al sazón. Llegó a Puerto Rico en busca del productor Eduardo Cabra y terminó pariendo nueva música y adoptando esta isla como su casa.
“Alkemi” es un término yoruba para alquimia, concepto que implica unos procesos de transformación. Ella es fruto de una transformación muy íntima que a su vez cambió su acercamiento a la vida, con todos sus recovecos.
“He transitado mucho y me he transformado mucho para llegar aquí, a este proceso alquímico que estoy viviendo, donde finalmente mi cuerpo puede cargar mi alma. Finalmente, mi alma y mi cuerpo están en paz”, compartió la cantautora en el marco del lanzamiento de su disco.
“Por mucho tiempo fui una persona que no me sentía bien conmigo misma físicamente. Es un proceso por el que pasamos mucho las personas, sobre todo las mujeres, porque hay mucha toxicidad y mucho estereotipo alrededor de la figura de la mujer. Pero, especialmente, si eres una mujer como yo, negra, gorda, en un mundo occidental, porque probablemente si hubiera nacido en África no hubiera lidiado con una serie de cosas que he tenido que lidiar siendo diáspora”.
Daymé Arocena creció huyéndole al bullying, pero no pudo escapar. Entonces, afloraron los temores y conoció el prejuicio, los estereotipos y el acoso. No recuerda una experiencia en particular que la expusiera a ese tipo de violencia no verbal, pero sí sus intentos por zafarse de ello. “Recibí tanto, tanto bullying de niña, que si veía gente en una esquina conversando, cruzaba la calle y daba la vuelta con tal de que la gente no me viera”, recordó.
“Pasé de ser invisible a querer que me viera todo el mundo, porque justamente al esconderme de otras personas era una forma de querer ser invisible. Pero recuerdo que esa misma niña que tenía terror, porque cualquiera en la calle se burlaba de mí, sentía que si me daban la oportunidad de cantar, era mi superpoder; lo que cambiaba la forma de verme y de percibirme era mi voz y mi posibilidad de hacer música”, puntualizó.
La música me ha transitado por todo este viaje y me ha traído hasta aquí, por lo tanto han pasado muchos procesos espirituales, energéticos, estéticos, de sanación, para que, finalmente, yo me mire en el espejo y en vez de que me den ganas de transformar lo que soy, me den ganas de bailar lo que soy”
-Daymé Arocena, cantautora
Sus canciones son el diario que escribió por 10 años. Si diversas fueron sus vivencias durante ese tiempo, igual es el arcoíris de letras y géneros que se encuentra en el repertorio, todas pintadas con los distintos matices que da su voz. El nuevo sencillo, “A fuego lento”, en colaboración con Vicente García, es resultado de una mezcla de jazz con reggae, pero en su música ella no busca una definición que la limite.
“Una de las cosas que he intentado con este álbum es que me saquen de la casilla de jazz. Para mí los géneros musicales son teorizaciones de la música, son maneras de nosotros humanamente nombrar, explicar y darle sentido y concepto a lo que no tiene sentido ni concepto. La música es música y es mucho más grande y más compleja que un género musical”, expuso.
Eduardo Cabra (Calle 13) es su productor preferido y lo es por su conocimiento del folclor latino y caribeño sobre el que ella tanto explora. “Eduardo es como una combi completa, porque sabe de géneros y de ritmos, y de autencidad y ancestralidad latina, caribeña y cubana, y al mismo tiempo conoce al dedillo la industria. Sabe cómo comunicar la música de una manera que el público menos especializado y menos conocedor conecte con ella también. Entonces, para mí es the one and only. No sé si existen otros, el que conozco es él, y me parece mandado a hacer para mí, musicalmente hablando”, subrayó la artista.
Daymé Arocena es una de los 19 talentos latinos en el ojo de la revista Rolling Stone para este año. Según la publicación especializada, la cantante y compositora entra en una nueva etapa tras cautivar con su poderosa voz en el jazz. Ahora comienza a experimentar en un pop irregular que la acerca a estilos diferentes, como su fusión con el intérprete urbano Rafa Pabón en “Suave y pegao”, dando muestra de su versatilidad y... vulnerabilidad.