Allá en lo alto de una loma, subiendo por el camino Los Romeros ubicado en el barrio sanjuanero de Caimito, existe un santuario salsero único en su clase y que ha recibido en sus pasillos a fanáticos del género de distintas partes del mundo, que a veces es como para no creerlo.

Seguidores de la salsa llegados desde Japón, China, Portugal, Bulgaria, España, Argentina, Austria, los países caribeños, centroamericanos y de Estados Unidos, se han maravillado por la colección especial salsera que custodia, protege, administra y maneja el boricua Robert Padilla, quien desde el 2015 se ha entregado en cuerpo y alma en este proyecto.

Padilla, desde muy jovencito cuando cursaba los grados intermedios en la escuela José Colombani Rosario, ‘La escuelita’, ubicada en Río Piedras Heights, era admirado por su pares desde entonces ya que solía tener y conseguir discos de orquestas de salsa que nadie o muy pocos tenían.

“Esa fue mi base desde jovencito. Me interesaba coleccionar discos de salsa”, dijo Padilla, quien recordó que ya todo un adulto y con un taller de trabajo propio, acostumbraba un día en una semana cualquiera, coger un vuelo bien temprano a Nueva York, ir a las tiendas y comprar un buen surtido de discos de larga duración, y luego regresar a Puerto Rico en otro vuelo, el mismo día, en horas de la tarde.

La entrada al museo es libre de costo, pero se aceptan donativos para ayudar con el mantenimiento.
La entrada al museo es libre de costo, pero se aceptan donativos para ayudar con el mantenimiento. (Pablo Martinez Rodriguez/Staff GFR Media)

“Me jugaba esa maroma”, dijo. “Un día perdí un vuelo de regreso y hasta ahí llegó la cosa”.

La idea del Museo de la Salsa inició en el 2015, cuando Padilla decidió mostrar una especie de colección de memorabilia y galería salsera, con algunos videos, en unos ‘banners’ o vagones de su propiedad que ubicaba en el terreno donde hoy está el Museo de la Salsa.

“Era un área como de taller de mi trabajo”, expuso Padilla, que manejaba un taller de mecánica liviana en Caimito.

Cercano a ese mismo espacio había una casa semidestruida, propiedad que pusieron a la venta, y que Padilla proyectaba comprar ya que analizaba la oportunidad de tener parte de su colección en los ‘banners’ y ya en la casa, una vez reconstruida, hacer el museo salsero.

“Pero dejé pasar la oportunidad de comprar esa propiedad y un terreno de alrededor de dos cuerdas. Otra persona la compró y más tarde la puso en venta, entonces la adquirí, pero me costó el doble de lo que originalmente hubiese pagado por la casa la primera vez. Se me fue esa”, indicó.

Quienes deseen visitar el Museo de la Salsa son bienvenidos siempre que hagan cita previa.
Quienes deseen visitar el Museo de la Salsa son bienvenidos siempre que hagan cita previa. (Pablo Martinez Rodriguez/Staff GFR Media)

Padilla agregó que una vez compró la casa comenzó un proceso de reconstrucción en la que también tuvo que invertir una buena suma de dinero. Tardó como dos años en ponerla en condiciones para que albergara el museo. Lista la casa, la convirtió en museo, pero entonces, en 2017, el potente huracán María le pegó fuerte a la propiedad y el museo quedó destruido y buena parte de la memorabilia se afectó por la lluvia y el viento.

“Y hubo que empezar otra vez”, reveló Padilla, quien tiene más de 2,000 horas de videos en formato análogo relacionados con salseros y su música.

Padilla aprendió a trabajar la madera para hacer marcos y aprendió a cortar cristales. Esto luego de decidir que tenía una muy buena cantidad de fotos y en vez de enfocar en presentar videos, decidió hacer ‘collages’ de fotos de artistas particulares.

“Comencé con marcos tan grandes como de 40x32, pero me percaté rápidamente que las paredes se estaban haciendo chicas, y bajé los marcos a 20x32. Hoy día tenemos sobre 250 ‘collages’ de fotos de artistas y músicos en nuestras paredes”, dijo quien gusta retar a los visitante al museo, ofreciendo $20 si logran decir los nombres de los 17 salseros boricuas y tres extranjeros que están en una de las paredes.

Colaborador en la estación radial Z-93 con el veterano locutor Néstor Galán, en donde hacen el programa ‘Tesoros de la salsa’, Padilla tiene una colección personal de sobre 30 mil discos.

“Y esa colección ha crecido y es más grande ahora. Me regalaron la colección de don Mariano Artau y la recibo con mucho orgullo y humildad. Los coleccionistas son importantes en la vida y en la cultura de un país, la gente que investiga viene donde ellos a consultar, a buscar información, etc…”.

En la década del 2010, Padilla colaboró junto al periodista y especialista en el género de la salsa Hiram Guadalupe, así como con el diario Primera Hora, para la realización de alrededor de 250 suplementos como parte de la serie “Historia de la Salsa”.

“Le pedí a Hiram que me copiara muchas de la fotos y las junté a las que yo tenía, y eso me trajo la idea de trabajar ‘collages’, como en la década de los 60″, apuntó Padilla, quien ha sido reconocido y premiado por Z-93 durante el tradicional evento del ‘Día Nacional de la Zalsa’, cuya próxima edición será este domingo.

En el Museo de la Salsa hay además memorabilia especial de cantantes y músicos.

“Tengo el primer piano eléctrico que utilizó Raphy Leavitt, de La Selecta. Me lo donó su esposa. Recientemente la familia de Ismael ‘Pat’ Quintana me trajo mucha memorabilia del fenecido cantante, hasta las maracas que usaba cuando cantaba. Así tengo muchos objetos que me han regalado los mismos músicos. Muchos de ellos han venido a visitar el museo”, explicó Padilla, quien tiene allí una vellonera, la que se activa con una peseta.

Retirado hace 15 años, Padilla argumenta que hacer un museo no es fácil, “mucho menos mantenerlo. La gente que nos visita, esa misma gente, hace fotos y videos del lugar y lo postean en las redes. Esa publicidad nos ayuda mucho. Yo no tengo el tiempo para mantener la página. Este es un museo sin fines de lucro. No se cobra por entrar, el que quiera y desee puede dejar una propina que se utiliza para ayudar en el mantenimiento del lugar”, sostuvo Padilla.

Pata visitar el Museo de la Salsa es necesario hacer una cita previa, llamando al 787-630-9809.

“Yo los recibo lunes, martes y miércoles, y hasta sábado y domingo, pero en la mañana. Me gusta madrugar. Pero todo el mundo es bienvenido”.

En pasados años, el género ha perdido a grandes cantantes y músicos, como Lalo Rodríguez, Cano Estremera, Ismael Quintana, Roberto Roena, Héctor Tricoche, Johnny Pacheco, Larry Harlow, Junior González, entre otros.

“La razón de este museo en parte, es preservar esa obra de ellos, sus legados. Yo tengo todo ese material. En discos, videos, revistas, etc… Por eso lo importante del coleccionista. Como yo digo, el conocer no ocupa espacio y el aprender no está demás”, señaló.

“Puerto Rico tiene y tendrá mucho talento. En el deporte, las artes, la música y demás. Y si bien es cierto que en el museo enfocamos en los artistas de Puerto Rico, también tiene que haber espacio para salseros y músicos grandes de Panamá, Venezuela, Colombia y demás países. Hay que seguir trabajando en ese asunto”, finalizó Padilla.