Charlie Massó: “Yo quería ser piloto”
El artista conversó sobre su desarrollo como cantante, su interés en el bolero, su show “Tribolereando” y de los retos que vivió en Menudo.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 6 meses.
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Anhelaba convertirse en piloto. Esa ilusión llegó a su corazón antes de que el mundo del entretenimiento lo dirigiera por la ruta musical.
Mientras crecía, la fotografía también lo llamaba, así como el interés por aprender algún instrumento como el piano o el saxofón. Pero cantar se convirtió, desde temprana edad, en una de las vocaciones principales para el puertorriqueño Charlie Massó. Pasó sin forzarlo. Pero le fascina que ya son más de 40 años de aquel comienzo en Menudo que lo llevó a iniciar una trayectoria artística.
“Yo quería ser piloto. Me apasionaba la fotografía industrial en aquella época. Mis primeros comerciales los escribí a los 12, 13 años. La publicidad es siempre algo que se me dio. Yo estaba enfocado en ser piloto porque quería viajar a muchos lugares. Y luego, para que veas lo que son las ideas al universo, por alguna razón terminé viajando mucho”, manifestó el artista, quien formó parte de la icónica banda en su etapa más notoria.
“Me di cuenta desde pequeño que me gustaba la música romántica, que tocaba los cojines como bongós, congas. Cuando entré a la Escuela Libre de Música empecé el solfeo e instrumentos”, expresó el también actor. “Pero cuando entré al grupo me tuve que desconectar de esa parte de la educación porque ya lo hacíamos por estudios libres. De ahí en adelante, como no pude terminar instrumentos, seguí trabajando el instrumento vocal, así que la música es parte de mi vida”, agregó el cantante, quien como solista cuenta con temas como “Te me vas”, “Calla corazón” y “Aunque tú no estés”.
Su proyecto actual sigue la línea romántica, pero esta vez incursiona en el bolero. En febrero lanzó el sencillo “Algo contigo” con el legendario Trío Los Andinos, con el que presentará el espectáculo “Tribolereando” el 3 de mayo en el Monero Café, Teatro & Bar deel Centro de Bellas Artes de Caguas, y el 4 de mayo en el restaurante Rancho Grande, en Añasco.
Este género lo atrapó en su niñez.
“De pequeño mi mamá ponía un programa muy famoso en radio los fines de semana. Me acuerdo que en las mañanas se ponía a colar café... y los boleros. Yo interpretaba canciones de los grandes intérpretes de esa época”, recordó. “Conozco la música desde muy pequeño. Siempre me gustaron. Pienso que mi alma tal vez estuvo en esa época, en algún lugar donde se desarrollaron todos estos géneros, porque cuando la interpreto, cuando trabajo con ella, hay una satisfacción más allá de la cuestión artística. Hay algo espiritual que pasa con el género y estoy muy conectado con ello”.
“Algo contigo” es su tema debut en este género. “Yo tenía este proyecto hace más de 15 años. Lo había conceptualizado, ‘Tribolereando’ ”, dijo Carlos Javier Rivera Massó, y valoró contar con la colaboración del Trío Los Andinos y la asesoría y el apoyo en la parte musical de Ramón “Machi” Rodríguez”.
¿Cuánto disfrutas interpretar boleros?
“Me pongo en el contexto histórico, lo que piensa el autor. Yo, como he estudiado teatro, he hecho algo de teatro, televisión, algo de cine, utilizo mucho la parte histórica para tratar de entender un poco lo que cada autor estaba sintiendo en ese momento en que estaba escribiendo, y colocarme en ello para la atmósfera de cada tema”.
¿De qué se trata “Algo contigo”?
“Es un tema sutil, susurrado al oído. Es una demostración de amor donde el autor plasma que antes de morir, no quisiera hacerlo sin poder tener algo con ese amor inconcluso. Esta vida se trata de eso, de amar y ser amado, así que con cada una de estas canciones del repertorio vamos a traer imágenes, historias y poesías que tienen que ver con el tema del amor”.
¿Qué tuviste en cuenta al trabajar la canción?
“Yo traía un rollo musical en la mente que quería desarrollar. Era crear un sonido donde hubiera un poco de mezcla de dos estilos, el estilo de Los Andinos, que tienen unas armonías muy frescas y una pericia en la ejecución excepcional, e incorporarle un poco el estilo de interpretación a los temas con unas pinceladas y unos matices que acarician también otros géneros”.
¿Qué puede esperar el público del espectáculo “Tribolereando”?
“Es un concierto en homenaje a las madres. Cada canción me trae imágenes de cierta etapa de mi infancia. Habrá gente que le recordará un amor inconcluso, un amor que no pudo ser, un amor que ya no está por las razones que sean. De eso se trata, de ir tocando el corazón de las personas con cada uno de estos temas. Volvemos a lo básico, a la energía que conecta con el corazón, con el acompañamiento de las guitarras, al antiguo sonido de una serenata de balcón, donde no hay nada que distraiga”.
Su primera escuela
Con Menudo le tocó hacer historia internacional y escribir parte de la suya cuando entró a sus 12 años, en la década de 1980. Es una realidad que abraza con satisfacción, pero no sin dejar establecido que esa etapa fue solo el inicio de una trayectoria de más de tres décadas. El resto lo ha trabajado como solista. También, con sus experiencias en la actuación, que incluyen telenovelas, películas y teatro. A su vez, cuenta con un bachillerato en publicidad con un “minor” en mercadeo, motivado por el interés de evolucionar en otras facetas.
“Fueron los primeros cinco años y medio de mi carrera profesional como artista, de niño”, detalló sobre sus inicios en la famosa agrupación. “De ahí en adelante han pasado treinta y pico de años, y he hecho un sinnúmero de proyectos, así que lo veo como este ‘high school event’ ”, expuso, y enfatizó que no por ser un grupo juvenil, el trabajo era liviano. “En términos laborales, sí se trabaja muy duro, pero creo que eso también me sirvió en mis proyectos de adulto y tener esa ética profesional de siempre tratar de dar un 200%, y lo voy a recordar siempre con mucho cariño, con sus aciertos y sus desaciertos, y como una etapa de aprendizaje para continuar adelante”.
Menudo, ¿era una banda que te llamaba la atención?
“En esa época era el grupo más pegado… En aquella época escuchaba a Carole King, a Steely Dan, Gato Barbieri. Estaba de moda una película que se llama ‘Fame’. Cuando estudias en una escuela de música, y me acuerdo que era un ambiente similar, nos juntaban en el pasillo y uno agarraba un instrumento, el otro, otro, y tratábamos de empezar a crear un poco de música aún en el primer año. Sí conocía… aparte todas las chicas estaban locas por los chicos del grupo, pero musicalmente estaba en otro rollo”, enfatizó. “Había un programa (de Menudo) que era los fines de semana. Era un movimiento muy, muy caliente en ese momento. Era algo que estaba ‘in’, pero en la Escuela de Música no hablábamos de eso. Entre los estudiantes hablábamos de otras cosas. Te mentiría si te dijera que en la Libre hablábamos de eso (pertenecer a Menudo)”.
Una vez entras al grupo, ¿era lo que esperabas?
“Yo estaba en otro rollo musical. Yo quería ser del conservatorio. Yo quería tocar sax como Gato Barbieri… Creo que por ahí iba mi visión de música en ese momento. Pienso que lo del grupo fue asunto de destino. Sí, muchos chicos eran como… todos querían estar en el grupo, y a mí creo que el destino por alguna forma me dio esa oportunidad porque tenía que estar en ello”, analizó.
“Esa parte musical... era importante que yo hiciera eso para poder desarrollarme en otras cosas, y aun no queriendo hacerlo; queriendo tal vez irme a estudiar, yo quería irme a la universidad. No me pude ir hasta los 30, porque a los 18 seguí cantando, la vida te acomoda para que sigas haciéndolo. Entonces, uno tiene que entender un poco los mensajes también de la vida. Uno tiene un plan de vida. La vida ya tiene tu plan escrito y tú vas incorporándote en él y vas adaptándote”.
Los viajes constantes eran parte del trabajo. ¿Era dura la ausencia de tus padres?
“Yo creo que la parte más difícil de ser un artista a temprana edad es la desconexión familiar. Yo no sé si yo ahorita, en mi etapa de adultez, estaría en disposición de que si estuviera en esa circunstancia… No sé... Creo que esa parte es dura, porque a los 11 y 12 años viene la preadolescencia. Luego viene la adolescencia y hay una parte ahí en la conexión familiar que es importante que la mayoría de los niños que comienzan a ser artistas tienen que torearlo y lidiar con ello. Creo que el exceso de trabajo ayuda (a distraerte). Cuando estás en esa posición y trabajas duro, duro, porque es así, la industria es así, te demanda mucho tiempo, mucho esfuerzo. Viajar a las 6:00 de la mañana. Terminas a las 12:00 de la medianoche. Te levantas a las 4:00 de la mañana. Es duro para el adulto, igual para un artista juvenil o niño. No hay otra forma de hacerlo. No hay atajos”.
¿Qué aconsejas a los padres interesados en que sus hijos sean artistas juveniles?
“Hay un asunto de que hay papás que quieren que los niños sean artistas, pero no sabemos si el niño quiere ser artista. A lo mejor quiere ser artista, pero luego no quiere. Cuando tú eres niño tú quieres ser pelotero, karateka, artista, astronauta, y todos están en esa búsqueda. Pero si es así, creo que tienen que encontrar el balance siempre, de que él pueda ser niño, pueda hacer una parte artística, otra de estudios para desarrollo y la parte académica, y en esa ecuación sus papás van a tener que hacer muchos ajustes para estar con él 24 horas y que tenga el apoyo y la supervisión, y no haya la desconexión”.
¿Cuál fue el mayor reto cuando saliste de Menudo?
“Cuando salí del grupo ya era un adolescente. Quería hacer mis discos solo y quería hacer mi rollo musical, así que no tuve problema con eso. Todo lo contrario, ‘chévere, ya terminé, hice el trabajo, muy bonito, continúo, ahora voy a hacer mi disco solo, voy a hacer mis proyectos solo’, y como dije siempre, fue una etapa para desarrollarte y continuar creciendo hacia adelante, por lo menos para mí, no sé si tal vez para otros integrantes era algo un poco más ‘attached’ a la parte emocional. Yo quiero pensar que emocionalmente soy un poco abstracto, trato de aplicar la emoción lo más correcta posible a la situación”.
Hace años se habla de los escándalos sobre supuestos abusos de índole sexual. ¿Qué piensas?
“Pienso que eso es un tema bien triste. A mí, como a muchos, nos impacta sobremanera, al igual que al público. Los relatos que escucho son terribles y yo exhorto a las personas que están en esa posición a que continúen adelante con su cruzada, y si ese es su objetivo, que puedan llegar a lo que pretenden con ello. Terrible. Pienso que es terrible”.
¿Cómo va tu proyecto sobre un documental de tu vida?
“Sigo trabajando en ello como estos proyectos que tienes y vas construyendo un poquito, guardas, sigues esperando a que se den las condiciones, y sigo escribiendo historias. Ahora estoy en un proyecto también de emprendimiento, que no tiene que ver con lo artístico, que también es parte de mi historia. Pero al final, mi intención es que sea muy divertida. Creo que los proyectos autobiográficos son un asunto de enfoque. Yo trato de tomar la vida con humor y eso me ayuda bastante a pesar de que, como todo ser humano, también tengo mis días no tan contentos y no tan de buen humor, pero trato de tomar la vida con humor”.
¿Cuán pleno te sientes en esta etapa de tu vida?
“Siempre tengo metas. Siempre tengo objetivos. Siempre tengo proyectos. Tengo proyectos de emprendimiento, artísticos. Tengo proyectos conceptuales desde el punto de vista de desarrollo. Soy géminis y soy una mente creativa. Siempre estoy en un proceso de búsqueda y de desarrollar proyectos y me encanta esa parte. Lo más que disfruto de todo es el viaje. Llegar allí, esa parte me fascina, con todo lo que traiga, tropiezos; me levanto, te levantas, hasta que lleguemos ahí”.
Los boletos para “Tribolereando” están disponibles a través de Ticketera.