Cano Estremera: el showman de la salsa
El cantante celebró ayer su 30 aniversario en el Centro de Bellas Artes de San Juan, donde se echó al público al bosillo con su picardía y talento. (Vídeo)
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 12 años.
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La descarga que ofreció ayer en la tarde Cano Estremera en su concierto de aniversario dejó establecido por qué sigue siendo de los más odiados y más queridos de la salsa.
El artista llevó a cabo su concierto 30 años: La profecía ante casa llena en el Centro de Bellas Artes de San Juan, donde lejos de dar rienda suelta a su carácter irreverente y tirarle con to’ a sus colegas músicos, lució más comedido en sus comentarios y en sus soneos.
Desde el principio del evento, el Cano le pidió al público que no lo agitaran porque eso le “costaría” muchos bailes y guisos, pero al final, el público seguía tentando a su artista. Algunos de los presentes le gritaban: “Viene, vamo’ a lo que vinimos”, mientras otros lo agitaban con comentarios como: “Haz lo que Bobby (Valentín) te enseñó” o “Cano, abusador”.
Cano Estremera le contestó a su público enviándole un caluroso saludo: “Un saludito a los que están sentados allá arriba, que es toda esa gente que tiene Internet gratis en San Juan. Y a los de abajo, también, que son los que tienen pillo de luz en la casa, por supuesto”, expresó el solista, provocando la risa de los presentes.
“Yo sé que muchos de los que están aquí no me quieren mucho, pero la mayoría de los que vinieron sé que sí me quieren”, confesó el cantante al principio del concierto, que arrancó a las 4:00 de la tarde.
Los fanáticos del sonero se gozaron de principio a fin la presentación, a juzgar por los gritos, aplausos y comentarios que sazonaron la velada.
Cano Estremera dio cátedra de buen ritmo y fue tremendo showman, al echarse al público al bolsillo con su jocosa personalidad, buena interpretación y una que otra tiraera.
“Sé que muchos están aquí porque quieren saber quién es ‘Boca de burro’”, comentó sobre uno de sus soneos en el que hace alusión a un colega salsero. El nombre del músico no lo reveló el vocalista, pero sí “Papo Swing”, personaje interpretado por el actor Raulito Carbonell, quien fue el invitado del concierto.
“¡Ay, Rafael Ithier!”, se limitó a exclamar “Papo Swing”, después que Cano Estremera le dijera “el secreto”.
El repertorio del concierto incluyó temas como Avísale a mi contrario, El caimán y Muñeco, que fueron magistralmente orquestados por un grupo de músicos dirigidos por José Lugo. A estas canciones les siguieron las versiones salsersas de Me va a extrañar, Ámame en cámara lenta y Pero me hiciste tuyo.
“Ya se pueden ir todas las románticas que vinieron acompañadas de sus maridos. Para ustedes, ya el show se acabó”, comentó después de estos números.
Seguido vino un set de canciones que popularizó cuando fue cantante de la orquesta de Bobby Valentín, siendo de las más aplaudidas La boda de ella.
Un popurrí de boleros y Boranda, con la que Cano aprovechó para cambiarse su traje de seda gris por uno violeta, tampoco faltaron.
“Esto para la segunda parte del juego, papi... Ahora me dicen Pepto-Bismol”, bromeó.
Uno de los momentos emotivos del concierto fue cuando el artista presentó a su madre, Juanita Colón, de 86 años, por quien pidió un aplauso.
“Supiste sacar la comida de la boca para dárnosla a nosotros”, expresó emocionado sobre su progenitora.
El evento continuó con buen ritmo con la canción El toro, en la que el cantante aprovechó para tirarles a los alcaldes del país que no lo contratan.
“La mejor manera de saber qué municipio es corrupto en Puerto Rico es cuando el Cano Estremera no toca en ese municipio”, enfatizó el cantante para soltar su “toro”.
El final del concierto vino con las canciones La profecía, su nuevo sencillo en promoción, y Mi gente, que interpretó acompañado de Raulito Carbonell, quien personificó al cantante Héctor Lavoe.
“Mi frustración fue que no pude cantar con los mejores soneros porque ya están muertos. Pero en esta ñapa imaginen que estoy con mi sonero favorito”, concluyó el vocalista albino oriundo de Barrio Obrero, quien ayer cumplió su profecía de ser el mejor.