El Anfiteatro Tito Puente en San Juan se siente como un lugar extrañamente mágico. Esta noche del sábado, en particular, se respira un aire místico. Por todas partes se pueden observar vestidos llenos de brillo y maquillajes complicados. Miles de fanáticos emulan el estilo distintivo de Buscabulla. Han llegado hasta aquí para escuchar al grupo en su primera presentación en Puerto Rico en años y las expectativas son altas.

La selección de este lugar como cuna del regreso de Buscabulla no fue casualidad. El Anfi, como es conocido comúnmente, ha sido el escenario de algunos de los espectáculos musicales más reconocidos en Puerto Rico. El espacio, en forma de semicírculo, se siente rústico y su diseño es extremadamente simple. No hay butacas ni sillas, tampoco carpas o techo, solo escalones de cemento sobre los que la mayor parte del público permanece de pie. La escena alternativa y la música independiente siempre han podido llamar a este sitio un hogar. Para Raquel Berrios y Luis Alfredo del Valle, creadores de la agrupación, es como volver a casa.

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Una joven lleva puesta una camisa de flecos y tiene los ojos maquillados completmente de negro rodeados de pequeñas piedras en forma de diamante. Su nombre es Joyce Santana. Ha seguido a la banda por mucho tiempo y está muy emocionada por este regreso. La música de Buscabulla le ha acompañado en algunos de sus mejores y peores momentos, y explica que conecta a un nivel muy profundo por el cuidado de las letras y el estilo particular del grupo. “Lo que lo define es la vibra, cómo ellos transmiten lo que sienten a través de una canción. Cuando los escucho, mi corazón se aliviana”.

Nicolle Aponte también viste de manera extravagante. Su pelo corto está decorado con brillo y tiene puesto un abrigo de pelo blanco en medio del verano. Confiesa que es una admiradora un poco más reciente de la banda. Estudió diseño de moda y pensó que este evento sería perfecto para ponerse un outfit deslumbrante. Como ella también piensan cientos de personas que han llegado hasta aquí esta noche vestidos para impresionar. Ricardo Rivera tiene a penas 19 años. Es estudiante de la UPR y esta noche usa una camisa blanca con lentejuelas transparentes, también trae algo de maquillaje en los ojos. Llegó al grupo musical durante el inicio de la pandemia y asegura que fue a través de ellos que se atrevió a darle una oportunidad a un lado femenino que hasta entonces no había explorado.

Eso es parte de la magia de Buscabulla: despertar cosas en la gente.

Una noche llena de talentos

Cerca de las 8:30 de la noche, comienza el espectáculo. Una transformista llamada Imperia funge como maestra de ceremonias. Es delgada y esbelta y modela un traje anaranjado que contiene la imagen del nacimiento de Venus de Boticelli, una pieza original del diseñador Héctor Omar. Una vez da la bienvenida formal, introduce a la primera banda.

Un grupo virtualmente desconocido, llamado Chuwi, toma el escenario. Abren de manera sólida los actos de la noche con una fusión moderna y extremadamente experimental que incluye sonidos de bolero, salsa, rumba, merengue y hasta rap. La agrupación fue creada por los hermanos Wilfredo, Wester y Lorén Aldarondo, esta última siendo la cantante principal con una voz y presentación que transmite la esencia de grandes cantantes de antaño. Sobre su estilo musical, Lorén explica que todavía es algo en desarrollo. “Creo que aún no tiene descripción, porque en ese proceso de encontrarnos no nos limitamos a ningún género en particular”.

Luego de una pausa breve, llega la próxima artista a la tarima. Su nombre es Naomi Ramírez y su carrera se va moviendo al paso de un fuego salvaje. Mejor conocida como RaiNao, esta noche viste una pieza que parece un corsé color tornasol y pantalones anchos. Es recibida con fuertes aplausos por parte del público y da inicio a su set poniendo a perrear a las miles de personas presentes entre un mar de sudor y sensualidad. Luego de terminar su presentación, explica que estar aquí significa mucho. “Nosotras hacemos música para que hable por nosotras. Lo estamos haciendo con el corazón. Estoy bien feliz porque somos un gran corillo de mujeres aquí hoy. Y me siento muy orgullosa de poder ser parte de esta noche”.

Mientras tanto, en el camerino se van preparando para el evento principal los integrantes de Buscabulla. El lugar es pequeño pero está lleno de gente. Hay algunos refrigerios y se pueden ver niños jugando. Imperia está sentada con un abanico eléctrico en la mano mientras un grupo de personas atendienden su maquillaje y su traje. También se siente extremandamente honrada de estar aquí esta noche. Explica que ser maestra de ceremonias fue algo accidental, pero que aceptó con mucho gusto. Conoció al dúo cuando vivía en Estados Unidos y halló en ellos una amistad inesperada. Habla también sobre porqué cree que tienen un público tan diverso. “Yo pienso que la gente se siente atraída a su música porque tiene una energía muy femenina. Tiene mucha perrería, que por alguna razón resuena con la comunidad LGBT. Yo digo que Raquel es como nuesta Madonna. Siempre me dan importancia y promueven un espacio seguro para todo el mundo”.

Mientras habla, Luis Antonio está siendo maquillado y Raquel habla con varias personas mientras se prepara para su presentación. Una niña pequeña juega entre los vestidos que cuelgan de un tubo.

Al camerino entran y salen artistas de todos los campos. Personalidades como PJ Sin Suela, Fofé Abreu, Lourdes Quiñones, Juan Pablo Díaz y Mima se han dado cita aquí en apoyo a sus colegas y amigos.

Naima Rodríguez es una de las productoras del evento y esta noche se ha convertido casi en una presencia que está en todas partes a la misma vez. Entre el corre y corre, hace una pausa para resaltar la importancia de este concierto. “Estamos celebrando el regreso de Buscabulla luego de dos años de no haberse presentado en Puerto Rico. Estamos celebrando también con mujeres que celebran bandas, como RaiNao y Chuwi. Además, las productoras somos mujeres y es un proyecto enfocado en que podemos hacer las cosas diferentes a como usualmente se hacen. Aquí lo que queremos es que la gente se lleve la ricura de compartir su diversidad y de querernos”.

Un concierto lleno de energía

Son poco más de las 10:15. El calor es infernal, pero las 4,000 personas aquí presentes parecen no sentirlo y se mantienen firmes en sus lugares. Las filas para todo son kilométricas y conseguir hasta una botella de agua parece una hazaña imposible.

Finalmente, llega el evento principal. Los músicos de Buscabulla empiezan a acomodarse en tarima. Tienen vestidos color plata y capas que se mueven en el viento leve de la noche. Cuando Raquel Berríos hace su entrada, los aplausos de celebración ahogan cualquier otro sonido. Una participación sorpresa de la Banda del Recinto Universitario de Mayagüez les acompaña durante la apertura, con el tema “Vamono’”.

Durante el trasncurso de más de una hora, la agrupación toca sobre 16 temas, entre ellos “Ta’ Que Tiembla”, “Mío”, “Tú Loco Loco”, “La Fiebre”, “El Aprieto” y “Métele”. Varios artistas, entre ellos cantantes, músicos y bailarines como Vento Alejandro, Tanicha López, Chango Menas y Pipiotah, acompañan a la banda en distintos momentos. Pero hay una colaboración en particular que, aunque no fue anunciada, es probablemente el evento más esperado de la noche. Desde muy temprano se rumoraba que el artista urbano Bad Bunny llegaría para interpretar el exitoso tema “Andrea”, parte de su más reciente producción musical y canción que introdujo a Buscabulla a millones de nuevas personas. Cerca de la tarima, las personas miran por todas partes y permanecen en alerta.

Las señales de que Benito Antonio Martínez Ocasio cantará esta noche no se hacen esperar. En el área VIP, se puede ver a su pareja, Gabriela Berlingeri, junto a un grupo de amistades. Gabriela dice que no puede hablar sobre por qué está aquí mientras una sonrisa pícara se le forma en el rostro. Se queja del calor, pero expresa gusto de poder estar en el Anfi de nuevo. Sobre Buscabulla, dice que es un grupo al que admira mucho. “Es un tipo de música que le puede gustar a cualquiera”, expresa. Luego, regresa su atención al concierto. Se acerca el momento que todos esperan.

Luego de hacer una falsa despedida, Buscabulla regresa a la tarima. Una pausa breve. Silencio. Se escuchan entonces las primeras notas de la canción. A la voz mágica de Raquel se une de repente un “eh, eh, eh” en el tono inconfundible de Bad Bunny. Benito Martínez Ocasio sube a la tarima y se pueden sentir las gradas temblar por los aplausos y brincos de celebración. Viste lo que parece ser una falda escolar, un abrigo de cuero negro y botas. Su rostro es enmarcado por un par de gafas oscuras. A ambos interpretes se une el coro de miles de voces que cantan juntos, por primera vez en vivo, “Andrea”.

Al terminar, Benito hace un llamado a apoyar a los artistas locales, agradece a la banda y al público, y se despide entre un mar de aplausos.

En esta canción, las miles de mujeres aquí presentes pueden verse reflejadas. Así lo piensa Pamela Cristina Llorens. “Siento que todas somos Andrea, por decirlo de alguna forma. Creo que lleva ese sentido de equidad que impacta a través de la música y yo siento que era una voz bien necesaria. Decir que tu puedes janguear o vestir como quieras y mereces respeto como mujer”.

Pasada la medianoche, Buscabulla se despide interpretando “Tártaro” y agradecen al público que les ha acompañado en su regreso a casa. La energía mágica de esta noche se quedará con muchos por algún tiempo.