Ser invitado para llevar a la India su talento en el “beatboxing” y dejar una huella como educador e intérprete en representación de su tierra natal es una de las experiencias que llena de orgullo al boricua Edgar García Cruz, conocido artísticamente como Black Rhythm.

Se trata de la tercera ocasión que visita el país asiático, esta vez dentro de su Black Rhythm Indian Experience Tour 2025. El “beatboxer” estuvo del 21 de enero al 10 de febrero visitando las ciudades de Kharagpur, Guwahati y Kochi.

“Este servidor fue seleccionado, invitado para varias paradas. Lo que estuve haciendo fue ir en calidad de ‘speaker’, juez y ‘performer’ ”, resaltó con orgullo el también presidente de Beatbox Puerto Rico, quien además de contar con más de una década en realizar presentaciones, ha apropiado la misión de educar sobre esta disciplina.

La primera visita fue a la ciudad de Kharagpur (norte de India) para el festival Spring Fest del Indian Institute of Technology. La segunda fue a Guwahati (noreste) para el Festival Alcheringa. Además de presentaciones artísticas, en ambas participó como juez de competencias de “beatbox”.

En Kochi (sur) participó del evento Deccan Alternative Music Conference ofreciendo un taller sobre el “beatbox” y como invitado del show de la cantautora Meera. Educar sobre el concepto es una de las tareas que le brinda satisfacción.

“Me disfruté hablarles de que el ‘beatboxing’ es un arte que es accesible para cualquier persona, ya que todos tenemos una voz, un cuerpo y lenguaje que provee una base sonora sobre la que podemos jugar y experimentar”.

De paso, explicó de qué se trata esta rama.

“El ‘beatboxing’ no es otra cosa que el arte de utilizar nuestra voz, esos músculos y huesos que los seres humanos utilizamos para comunicarnos verbalmente, y con esa herramienta crear sonidos de todo tipo. Se organizan y comunican un pensamiento, un sentimiento, una idea, principalmente. Puede ser musical”, detalló quien ha participado en competencias como el Campeonato Mundial de Beatbox, el Campeonato Latinoamericano de Beatbox y el Campeonato Panamericano Maestro Beatbox América, entre otros.

La primera vez que Black Rhythm viajó al evento fue en 2023. Regresó al año siguiente. “Se toparon con mi contenido, principalmente, por redes sociales”, expuso con entusiasmo al revelar cómo logró ser sido invitado.

“Me siento muy contento de poder aportar a la internacionalización de los artistas independientes en Puerto Rico, cosa que si no se hace reguetón se complica un poco”, analizó el intérprete natural de Monacillo, en San Juan. Además de llevar su talento, Black Rhythm disfrutó resaltar las virtudes del suelo boricua.

“Yo he hablado más de Puerto Rico que de cualquier otra cosa. La mayoría de las personas con las que interactué, estudiantes y demás, nunca habían interactuado con un puertorriqueño. He ido a, literalmente, plantar bandera y decir ‘mira, este puertorriqueño está aquí’ ”, expuso con orgullo.

“De este viaje han salido otras invitaciones para otros festivales”, celebró.

Black Rhythm repasó cuando el “beatboxing” conquistó su interés, en su niñez.

“Temprano en mi vida, como en el 2001, 2002, a mis 8 o 9 años, comencé a experimentar con ritmos y sonidos vocales, pero no tenía conciencia realmente de que existía tal cosa como el ‘beatboxing’ ”, rememoró el vocalista acústico, quien compartió que cuenta con un bachillerato en sicología y una segunda concentración en educación de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras. “Hasta que vi un video de un ‘beatboxer’ australiano en YouTube y mi vida no volvió a ser la misma”, recordó haciendo referencia al artista Joel Turner.

“Yo vi ese vídeo y quedé totalmente atrapado con lo que esta persona estaba haciendo y dije ‘wow, déjame buscar si hay otras personas que hacen esto’. Me sentí inspirado. Identifiqué quizás que había como un vacío cultural en Puerto Rico en aquel momento”, expuso.

Su interés, que despuntó a nivel profesional en 2015, lo ha llevado también a presentaciones en Estados Unidos, Europa y América Latina, además de Puerto Rico.

Black Rhythm resaltó la complejidad del “beatboxing” y cómo la dedicación es determinante para sobresalir. “Cualquier persona puede ir a un piano y tocar una tecla, y la tecla va a sonar. No tienes que ser pianista para que suene. Pero si queremos dominar el instrumento y producir piezas y provocar todas estas emociones en la gente, pues hay que dedicarle tiempo y esfuerzo. El ‘beatboxing’ es igual”, comparó sobre el compromiso que requiere.

A su vez, reveló que en la población femenina no se ha notado un interés mayor para dedicarse a este arte. “No hay muchas chicas en el ‘beatboxing’. Es una disciplina que está mayormente dominada por los varones. Aunque sí hay mujeres y las que están son buenísimas, son excelentes en lo que hacen”.