Beck Hansen busca nueva conexión con "Song Reader"
Al trabajar en los intrincados detalles de su nuevo proyecto musical "Song Reader" se sorprendió al ver lo social que solía ser la música.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 12 años.
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Nashville.- Beck quiere que sus admiradores piensen cómo ha cambiado la música en el último siglo y lo que eso significa sobre la forma en la que los humanos se relacionan entre sí en la actualidad.
Al trabajar en los intrincados detalles de su nuevo proyecto musical "Song Reader" se sorprendió al ver lo social que solía ser la música, algo que hemos perdido en la era de los audífonos.
"Si ves una película vieja puedes ver cómo bailaba la gente en la década de 1920, los 30 o los 40. La gente cambiaba de pareja de baile y eso era una forma de interacción social", dijo Beck. "Era algo de lo que unía a la gente. Interpretar música en casa es otro aspecto de lo que se ha perdido. No estoy haciendo una campaña para que la gente elija canciones y las toque en su casa o algo por el estilo, pero me interesa lo que implica la pérdida de eso".
Beck, cuyo nombre completo es Beck Hansen, espera que "Song Reader" inspire a algunos a tomar un instrumento musical y a ejercitar sus cuerdas vocales. Su proyecto incluye 20 canciones en partituras decoradas con el estilo popular a comienzos del siglo XX, cuando la composición era una industria y florecía con millones de partituras vendidas.
El cantante de 42 años señala en el prefacio del cancionero que "Sweet Leilani" de Bing Crosby vendió cerca de 54 millones de partituras en 1937, lo que significa que casi 40% de la población estadounidense se entretenía aprendiendo a tocarla. La interpretaban directamente, aumentaban su velocidad, la reducían, cambiaban la letra y creaban algo nuevo.
"Ahora hay bandas populares y la gente sabe las letras de sus canciones y las pueden cantar, pero interpretar la canción tú mismo o para tus familiares y amigos te permite crear algo diferente y habitar esa canción y por alguna especie de osmosis se convierte de alguna manera en parte de lo que eres", dijo. "Cuando pienso en la generación de mis bisabuelos, la música definió sus vidas de una forma distinta a como lo hace ahora".
Beck le propuso la idea a Dave Eggers de la editorial McSweeney's en 2004 y se convirtió en algo más ambicioso cuando el artista entendió que el reto no sólo era escribir una canción, sino de presentarla de una forma clásica que también llame la atención de los admiradores que no pueden leer música o tocar sus propios instrumentos.
También se dieron cuenta rápidamente de que no ganarían dinero, pero parecía una idea que valía la pena explorar.
"Y parecía que sólo Beck había pensado en eso", dijo Eggers a Prensa Asociada en un correo electrónico. "Es un proyecto muy generoso, pues escribió un montón de canciones y se las da al mundo para que las interprete. Esa es una forma muy expansiva de generosidad e inclusión de la que estamos muy complacidos de formar parte. A nivel formal, amamos proyectos como este, que no tienen precedentes y que dan como resultado un objeto hermoso con un gran arte y una gran escritura. Y todo comenzó con Beck, es una declaración de la innovadora forma en la que hace todo".
Beck espera que sus admiradores graben sus propias versiones y las suban a internet para que se vuelvan algo más universal.
En cuanto a sus propias grabaciones, Beck no está seguro de cuál dirección tomará en este momento. Grabó un disco en 2008 pero lo dejó en suspenso para trabajar con Charlotte Gainsbourg en "IRM", el cual escribió y produjo. También ha escrito canciones para películas y proyectos especiales, además de producir a artistas como Thurston Moore, Stephen Malkmus y Dwight Yoakam. Todo esto ha satisfecho su creatividad, pero reconoce que ha pasado tiempo desde que lanzó "Modern Guilt" de 2008, producido por Danger Mouse.
"El último año he estado pensando si terminaré esas canciones (de 2008), si son importantes o si vale la pena lanzarlas. Sé que eso no suena muy claro", dijo riendo. "pero ese es el lugar en el que me encuentro, es una especie de limbo, sí".
El proyecto de "Song Reader" le llevó a pensar sobre su propio trabajo desde una nueva perspectiva. Al pasar seis meses concluyéndolo, después de trabajar esporádicamente en él por años, le sorprendió cuanta maestría se necesita para la creación de cada canción y lo rápido que se crea música en la actualidad.
"Para mí hay demasiada música", dijo. "No sé si es por el momento en el que me encuentro en mi propio proceso de creación de música o si es producto de la cantidad de música circulando, pero creo que una pieza de música tiene que tener una cierta validez para exponerla y pedirle a la gente que la escuche. ... Siento que es imposible que todos se mantengan, ¿me explico?, creo que he estado pensando que quizá es importante elegir qué es lo que vas a presentar y en ser más selectivo sobre lo que presentas".