Sus aspiraciones artísticas han volado lejos desde que las imaginó cuando era una niña soñadora que asistía en la ferretería de su familia. Pero la lista de anhelos en la actuación todavía tiene páginas por completar, y la actriz Suni Reyes continúa trabajando para ello.

Tocar puertas persistentemente en Nueva York desde 2003 le ha permitido nutrir su trayectoria en el baile y la actuación, tanto sobre las tablas como frente a las cámaras de la televisión.

Pero la puertorriqueña criada en Santurce aspira a más, en especial cuando experimenta el trato diferente en el campo de las artes en la ciudad neoyorquina por ser afrolatina.

“Encontrar mi voz y cultivar mis talentos en la comedia ha sido un proceso descomunal”, manifestó a Primera Hora por teléfono pocas horas después de participar de una audición para un sitcom o una comedia situacional. “Estamos en temporada de pilotos. Las audiciones vienen varias a la vez. La competencia es fuerte”, compartió la egresada de la Universidad de Puerto Rico, del Recinto de Río Piedras, donde estudió comunicación pública y drama.

“Pero yo no me quito. El año pasado, en medio de la pandemia, audicioné en persona para Denzel Washington. Estreché su mano. Lo hice reír a carcajadas en la audición. Me fue excelente. Hago mi parte. Pero en este mundo, eso no es suficiente”, lamentó en cuanto a la realidad que ha vivido en más de una década, y que la ha llevado a rechazar personajes que no aportan a la cultura latina.

“Muchos han ofreciendo papeles estereotipados, porque la comedia es un mundo bastante blanco”, reflexionó pensativa la artista de madre dominicana, quien el año pasado tuvo su aparición en Nora From Queens (Comedy Central).

“Hice de una puertorriqueña de los años 60 que era enfermera (”Carmen”). Un papel muy bonito, no estereotipado. No sabes todas las veces que tuve que decir que no para ser ama de llaves o de prostituta, que me llegaron a millones, hasta los otros días”, confesó Suni, quien ha participado en series como Baby Steps, The Village, Billions, Murder, Seven Seconds y A Crime to Remember, entre tantas otras.

Fue en 2003 cuando Sunilda Caraballo, su nombre verdadero, tomó la determinación de tocar puertas en la nación norteamericana.

“Me fui a Estados Unidos, con pasaje para ir directo del aeropuerto a una audición de bailarina, acabadita de graduar”. El llamado artístico le trajo un contrato con el Ballet Hispánico. “De ahí seguí trabajando con diferentes compañías. Trabajé en la (Metropolitan) Opera, y siempre tenía la vena de la actuación para hacer mi transición, porque de bailarina, la espalda no aguanta después de los 25”, dijo entre risas quien entrenó en el Raúl Juliá Training Unit y ha tomado numerosos de cursos y seminarios para perfeccionar su don actoral, principalmente en la comedia.

Su monólogo Hardware Dreams, que originó inspirada en sus vivencias de infancia, le mereció una beca en 2009.

“Mi familia tenía un negocio de una ferretería. Nos criamos los cuatro hijos, mamá, papá, hasta los cuatro perros estaban en la ferretería, todo el mundo. Era una dinámica bien cómica, como te puedes imaginar. Con ese monólogo audicioné para una beca de NBC para estudiar comedia improvisada en el teatro de UCB”, repasó la comediante, quien también tomó cursos y realizó presentaciones en Peoples Improv Theatre (PIT).

“El primer dato que aprendes es que esas clases están diseñadas para gente adinerada, estudiantes jóvenes que su recurso (económico) va a directamente a esa clase, porque son muy caras”, analizó. “Me convertí en madre durante mi primer año de estudios, en comedia improvisada, entonces decido hacer mi trabajo de madre y seguir mi sueño de comedia a la misma vez. Paralelamente estudiaba lo que era el formato de comedia americana, con sus referencias culturales, y trataba de darme a conocer”, expresó la también madre de un varón de 10 años.

Aunque ha visto una evolución en cuanto a oportunidades en la actuación para las minorías, por experiencia entiende que todavía falta progreso.

“Las cosas han cambiado. Llevo más de diez años, pero ahora mismo uno puede decir que hay un poco de esperanza”, destacó pensativa, y expuso una observación.

“No es hasta hace tres, cuatro años, que castean (audicionan) en SNL (Saturday Night Live) a una mujer negra, y a la latina la audicionaron también hace cuatro años. Es un sistema bien patriarcal, machista, blanco, en realidad, y para uno romper y encontrar su espacio, es cuesta arriba”, sostuvo la boricua, quien hace un tiempo sometió su propuesta al show.

“¿Dónde está In Living Color? ¿MADtv? ¿Estos shows que era bien variados, no solo en temáticas, sino también en las audiciones? Había representaciones de gente negra, latina, pero ya no existen”.

Mientras continúa tocando puertas, su compromiso artístico no descansa.

“Termine el año 2019 haciendo un show de comedia pura escrito por mí (A Very Merry Barrio Holiday). Lo produje, con un casting entero de boricuas. Era sobre lo que son las navidades puertorriqueñas, en el Museo del Barrio, que es uno de los más importantes en la Quinta Avenida. Fue un lleno total, los 600 asientos, en la primera semana”, manifestó con júbilo la actriz, quien también ha presentado stand-up comedies.

“Si me hubiese quitado, no hubiese podido hacer eso”, afirmó sobre su persistencia. “Ahora es que tengo el conocimiento. Sé lo que es escribir un show de pie a cabeza, producir, dirigir. Sé lo que es escribir un chiste, educar sobre lo que somos”.

La pandemia, como a muchos, alteró su rutina actoral, pero no su interés en mantenerse activa laborando.

“Como los teatros no están abiertos, que son esenciales para nosotros, para conectar con el público y crear material, lo que he hecho es tomar inspiración de los titulares (de las noticias) de lo que está trending en la cultura popular, en la política, y crear parodias y personajes, y me ha ido bien. Varias veces mis videos se han ido virales”.