Quien en algún momento se le acercó al fenecido actor Luis Raúl gozó de una rutina de comedia. Un intercambio de palabras era suficiente para encender su chispa creativa y para que, inmediatamente, montara un monólogo en el que hilvanaba sus anécdotas y comentarios de forma divertida.

Solo sus familiares y sus allegados conocieron a otro Luis Raúl. A un año de la partida de este maestro del stand-up comedy, el presentador de televisión Silverio Pérez recordó la relación “de padre e hijo, pero a la vez de hermanos” que compartió con el artista. 

“Nunca se dio esa relación de jefe a empleado. Éramos amigos, pero poco a poco era una relación como de papá o hermano. Me consultaba cosas y, cuando iba a tomar decisiones difíciles, me llamaba para ver qué creía, aunque en última instancia hacía lo que le daba la gana”, mencionó uno de los pocos que formó parte de este círculo íntimo. 

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Ese vínculo especial con Luis Raúl se mantiene incluso después de la muerte. El conductor de ¿Qué es la que hay?, de la estación Puerto Rico TV, compartió una “maldad” que le hizo su entrañable amigo. 

Entre risas y por momentos mirando hacia arriba como si Luis Raúl lo estuviera observando, Pérez se acordó que hace unos días buscaba un pantalón en su cuarto y, sin darse cuenta, se puso uno que utilizó en un sketch en el que interpretó a una gallina de palo. En ese segmento, Luis Raúl interpretó a un mono, recordó.

La “maldad” consistió en que ese pantalón tenía un roto por donde salía el rabo de la iguana y así, enseñando su ropa interior, salió a la calle. “Ese se tenía que estar riendo de mí porque tuve que hacer malabares para entrar a la reunión. Eso fue una maldad que me hizo”, comentó mientras señalaba hacia arriba.  

En el plano artístico, Silverio resaltó que el intérprete de “Tito Párpados”, “Piquito” y “el Bebé” fue un actor “polifacético”, a pesar de que siempre se le relacionó con la comedia. Más allá de nacer con la espontaneidad para hacer reír, Luis Raúl se destacó en la televisión, el teatro y el cine. En el medio cinematográfico, sus últimos trabajos fueron Chiquito pero juguetón: The Muvi (2008) y Broche de oro (2012),  ambos del director Raúl Marchand, y 200 cartas (2013), de Bruno Irizarry. Luis Raúl, quien estaba enfocado en el cine en sus últimos días, no pudo culminar el filme dominicano Un lío en dólares, del cineasta Francis Disla.  

“Luis logró dejar un legado de lo que es un actor polifacético. Un tipo que fue capaz de ser un stand-up comedian, el mejor sin lugar a dudas, pero por otro lado si le pedías un papel, como el de Broche de oro o lo ponías en teatro, era muy bueno. Esa diversidad no es fácil de conseguirla”, expresó quien conoció a Luis Raúl cuando le tocó entrevistarlo por la obra El patito feo en el desaparecido programa En serio con Silverio. 

Después de ese encuentro, el comediante se encargó de “calentar” al público media hora antes de que iniciara el espacio televisivo. Una vez se integró al programa, nació la amistad entre ambos que para Silverio continúa intacta, pues aún pone en duda su muerte. 

“Por momentos, no me lo creo. Todavía pienso en él, cuando necesito a alguien que me sustituya en el programa, como si todavía estuviera. Para mí, su imagen sigue en el presente, no está archivada en el pasado”, concluyó.

Qué haría “Luisra” en un show sobre…

La crudita:  “Creo que hubiese hecho un espectáculo, y siguiendo la onda de sus títulos, sería algo así como ‘Cocíname este’”. 

Ausencia de policías: “Hubiese combinado lo de la ausencia de los policías con las noticias que han salido de las policías y los policías en ciertos actos. Seguro hubiese propuesto algo parecido a un ‘Playboy Channel’ en la policía o un reality show. Le hubiese sacado un partido extraordinario”. 

Quita y pon de jefes de agencia: “Creo que, como eso tiene que ver con gabinete, él se hubiese vestido de ebanista y hubiese aparecido con un serrucho y con martillos para reparar un gabinete apolillao”.  

Acusaciones sexuales a curas: “Todo este asunto de los curas y del obispo de Arecibo se lo hubiese vacilado, a lo mejor, con un espectáculo haciendo referencia a debajo de la sotana. Me lo imagino con una sotana levantada porque tenía un issue particular con eso y le molestaba mucho la hipocresía que se escondía detrás de los hábitos”.