Samuel Hernández: “Lalo no está muerto, está descansando, el que muere es al que se olvida”
Durante una hora, el cantante de música sacra se presentó en las exequias del salsero Lalo Rodríguez, donde entonó canciones llenas de esperanza y fortaleza.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 2 años.
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Temprano en la tarde, las bocinas que sonaban los éxitos de Lalo Rodríguez en la Funeraria Ehret, tomaron un alto en la capilla ardiente para darle paso a la voz del cantante de música sacra, Samuel Hernández, quien durante una hora impartió palabras alentadoras tanto a la familia como a los fanáticos, mientras iba entonando sus canciones acompañado de la guitarra.
Allí permeó un ambiente de reflexión y espiritualidad, donde el público en diversas ocasiones levantó sus manos, como acto de adoración, mientras algunos músicos amigos de Rodríguez –todos vestidos de negro- se apostaron en la parte posterior del féretro para rendirle guardia de honor.
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Entre palabras esperanzadoras y reconfortantes, Hernández entonó varias canciones, durante una hora, pero antes pidió un aplauso para quien fuera Lalo Rodríguez y así celebrar su vida.
“Pude conocer en vida y compartir muchas veces con Lalo. En los últimos años se congregaba en busca de esa paz, esa paz que no la logró encontrar en los Grammy ni en la fama, ni en el dinero. Esa paz que solo Cristo nos puede dar y que nos ayuda a entender y sobrepasar este dolor”, expresó el vocalista y músico.
Temas musicales como “Paz en la tormenta”, “La Gloria de Dios”, “Dios sabe lo que hace” y “No me digas adiós”, entre otros, fueron coreados también por las personas, a quienes les recordaba que “solo Dios es quien puede dar la fortaleza en medio del dolor”.
“Entonces Lalo dijo, ‘he peleado la buena batalla y he acabado la carrera. He guardado la fe por los demás, tomó un descanso y este ha entrado a cantar a la gloria de Dios. Dios no improvisa y sabe lo que hace. Yo perdí dos hijos, eso está violento. Yo era un poquito bravo, pero comprendí que A Dios no hay que entenderlo; su voluntad es agradable, es perfecta y es “, dijo mientras añadió que la última vez que vio a Lalo, lo vio muy bien en Carolina y le habló sobre su deseo de grabar canciones cristianas y de buscar a Dios. “”Dios lo salvó. Nadie sabe lo que pasó él minutos antes de morir. Él estaba en una batalla como en la que han estado un montón de salseros, que el mundo los quiere arropar y absorber, pero él había reconocido que el camino verdadero es Cristo”.
El artista de música sacra, a quien le ha tocado despedir y darle “el último adiós” a un sinnúmero de personas, aprovechó para hacer un llamado a la esperanza. “Le estoy cantando a gente que tiene esperanza en Cristo. Esto es un velatorio diferente, aquí hay gente que tiene esperanza. Lalo no está muerto, está descansando; el que muere es el que se olvida. Nadie nos va a quitar esa esperanza. El martes pasado, aproximadamente a las 2 de la tarde se mudó, porque el que muere es el que se olvida”, manifestó el artista previo a salir de viaje de Puerto Rico.
Hernández mencionó que Lalo “Este hombre venció la muerte en más de 10 ocasiones, que sepa yo. Cuando llegó su hora simplemente se rindió no ante lo que le pasó ni la enfermedad, sino que se rindió ante el que lo vino a buscar”, agregó Hernández, a la vez que resaltó que este nunca dejó de visitar el lugar en donde se crió porque era “demasiado leal”.
En el popular tema “Levanto mis manos”, los hijos del fenecido artista entonaban la canción, sentados en la primera fila, junto a su exesposa. Sobre ellos Hernández pidió extender sus manos. Les oró y declaró paz y fortaleza a su familia “que no lo abandonó en los momentos de crisis”.
“Que descanse en paz uno de los grandes de la salsa, Lalo Rodríguez. ¡Qué viva!”, gritó mientras se dio una ovación de pie. Al no saberse la lírica, Hernández finalizó su presentación con la popular canción “Tú no sabes querer”, del propio Lalo, para la que invitó a un fanático a entonarla mientras él tocaba la guitarra.
Como si no se quisieran despedir, hubo espacio para la espontaneidad e improvisación, y como parte de eso fue el que una dama entonara “La Última”, tema con el que Rodríguez enamoró a quien fuera su esposa, según lo reveló esta misma. “Yo siento un gozo en mi alma” y “Por si no hay mañana” culminaron la ceremonia de recordación, que se transformó en una llena de festejo por la vida, en la que, entre anécdotas de sus seguidores, músicos y amigos resaltaron cualidades de Rodríguez, como un ser dadivoso, desprendido y talentoso.