La cantante Giselle dijo hoy que en horas de la tarde de ayer varios individuos escalaron su residencia en Juncos, de donde hurtaron prendas, cámaras y una computadora portátil.

En entrevista radial hoy en la mañana, Giselle dijo que su esposo, el pelotero Mickey Negrón, fue quien se percató de la presencia de los vándalos cuando entró a la residencia.

Según el informe de la Policía, divulgado hoy a las 8:45 de la mañana, la dueña de la residencia, identificada por la Uniformada como Giselle Ortiz Cáceres, de 42 años de edad, alega que el valor de las prendas hurtadas asciende a $22,000, mientras que reportó el hurto de una computadora de $1,300, una cámara Sony de $400 y una cámara Kodak de $300.

"Ellos forzaron dos ventanas de dos habitaciones, pero no pudieron entrar porque son de seguridad. Llegaron hasta mi cuarto. Tantearon y el cristal sobre la puerta, en el marco, no tenía sensor y se percataron. Con un pico de sembrar lo rompen. Suben por una silla, entran y desarman el sensor que está en la puerta", relató Giselle.

"En el pasillo hay otro sensor, que si llegan a salir al pasillo se dispara la alarma, pero nunca salieron. Ellos sacaron al perro de la habitación y cierran las puertas", agregó.

Según la cantante, cuando Negrón llegó a la casa notó que el perro estaba en el pasillo ladrando y las puertas del cuarto estaban cerradas.

"Él dio reversa y sale a llamar al guardia, porque las puertas de mi cuarto nunca están cerradas y están justo al principio de la escalaera", agregó. "Llamó al guardia. Llegó la policía. Él activó la alarma. En ese momento se fueron". 

Precisó que al entrar al cuarto vieron que había gabetas abiertas, algunas alborotadas y otras que "aparentemente"  no tuvieron tiempo de rebuscar.

"Uno siente que te violaron. La cabeza se queda como en un limbo", expresó Giselle."No es por las prendas… en la laptop había unas fotos de la graduación de mi hijo, de vacaciones con mi esposo, cosas con significado mayor que lo material".

En la entrevista, Giselle indicó que el área donde está ubicada su casa en la urbanización Ciudad Jardín "la tienen de relajo" los vándalos y señaló que es el tercer robo domiciliario en su casa. 

"La primera vez no pasó nada, porque no me había mudado. Había unas herramientas de los empleados que estaban trabajando aquí. La segunda vez fue terrible. Fue hace cinco años", dijo Giselle, sin entrar en detalles.

En uno de los casos pasados, sí pensó que se trató de un trabajo con ayuda desde adentro de la exclusiva urbanización, que tiene control de acceso, pero comentó que los problemas vienen de las áreas boscosas circundantes a las casas. De hecho, dijo que ayer mismo en la noche los residentes de la urbanización tenían una reunión para hablar del tema.

Giselle explicó que hoy mismo instalaría más cámaras de seguridad y sensores, incluyendo los que tiene su vecino, que se activa cuando alguien accede al perímetro alrededor de la casa. Dijo que tomará las medidas porque no quiere mudarse.

"Esto es como una cárcel. Uno se tiene que blindar, como uno dice, porque a veces estoy aquí sola", manifestó Giselle.

"A mí me encanta mi casa. Estoy entre el campo y la ciudad", afirmó. "Estoy cerca de mis papás, cerca del trabajo. No me quiero mudar".