“Quédate conmigo”
El poema musicalizado de Wilkins fue el llamado de amor que una esposa utilizó para comunicarse con su marido, mientras este yacía en coma.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 11 años.
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Le rogó que se quedara con ella… y él se quedó. En el momento más oscuro de su vida, cuando Carmen del Rosario “Charo” Aponte le imploraba a su esposo que se aferrara a la vida, unos emotivos versos de Wilkins contribuyeron a que Manuel Ovett Rodríguez Meléndez superara el trauma de un aparatoso accidente automovilístico. Por eso, ella asegura que si hoy día continúan juntos, viviendo su propia historia de amor, se debe, en gran medida, al enérgico reclamo del poema musicalizado “Quédate conmigo”.
La sensible historia fue de conocimiento de Wilkins, quien no dudó en comunicarse con la pareja para expresarles su emoción al saberse partícipe de tan monumental evento en sus vidas. De paso, el rockmántico intérprete les informó que su concierto de hoy -que tendrá lugar en el Centro de Bellas Artes Luis A. Ferré y que, apropiadamente se titula, “Íntimo, donde todo comenzó”-, abriría, precisamente, con “Quédate conmigo”, en honor a ellos.
Casualmente, Charo y Manuel, quienes llevan 22 años de casados y son padres de dos hijas, ya tenían planificado acudir al concierto de Wilkins y se sintieron profundamente emocionados con tan cariñosa distinción.
Una odisea inesperada
Según relató Charo a Primera Hora, “hace como tres semanas le envié por inbox (de Facebook) la historia a Wilkins”, dijo, refiriéndose a un llamado que el cantante hiciera por medio de dicha red social, pidiéndole a su fanática que compartieran con él sus más emotivas anécdotas de amor. “No la envié para concursar”, advirtió Charo. “La envié por inbox porque quería que él supiera lo importante que había sido (para nosotros) el poema ‘Quédate conmigo’. Lo hicimos nuestro y fue nuestro apoyo”.
Y es que, según informó Charo, cuando hace casi siete años Manuel fue impactado por un auto, mientras transitaba en motora, debido a la gravedad del trauma, “el pronóstico era reservado”, dijo. Por supuesto, mientras estaba en un coma inducido debido al daño sufrido durante la colisión, Charo no se separaba de él y en los breves ratos en que le permitían verlo, ella le recitaba los versos de “Quédate conmigo”.
“Cuando éramos novios”, rememoró, y Manuel se montaba en el auto de ella, “yo siempre tenía un cassette de Wilkins. Lo escucho tanto y tanto, que se aprendió el poema. Ese poema lo hicimos de nosotros, era nuestro poema”. Por ello, “cuando él estaba en coma, le decía siempre: ‘Quédate conmigo’”.
El amor obra su magia
Como suele suceder justo cuando el héroe y la heroína se encuentran al borde de un abismo, el amor interviene y los rescata. Y así mismo ocurrió con Manuel. “Le iban a hacer una traqueotomía porque llevaba mucho tiempo entubado” y el médico quería ver si respondía mejor.
En cuanto lo desentubaron, en lo que Manuel salía de la sedación, “me dejaron un tiempo con él y empecé a hablarle. (Él) no sabía lo que le había pasado, estaba perdido”. Los médicos le habían advertido que, probablemente, no podría hablar por un tiempo, pero enseguida “empezó a preguntarme por las nenas. Yo le pregunté, ‘¿Te acuerdas de nuestro poema?’ y él asintió con los ojos. Y empezamos a recitarlo juntos”.
Un final feliz
Esta noche, cuando Charo y Manuel estén junto a sus “dos princesas” -como ella les llama a sus nenas- la pareja será parte de una inspiración hecha realidad. Como bien le expresó el propio Wilkins a Charo, “Tu historia tiene más significado que cualquier canción”. “Cuando hay un amor genuino, uno puede sobrellevar las situaciones más adversas de la vida”, acotó Charo. Y esta noche, todos lo comprobarán.
“Quédate conmigo”
Quédate conmigo y hagamos que el tiempo
sea lo suficiente para elevar todo.
Quédate conmigo no lo pienses mucho.
No me des palabras, no me des razones.
Tú eres mi aliciente, mi sendero claro.
Tú y yo somos bosque donde el sol penetra.
Regálame el tacto sereno y tu mano.
Yo quiero tus labios sobre mi mejilla.
Tu cuello ternura que yo conocía.
Quédate conmigo, vas a ver que un día
valió bien la pena tu sí inseguro.
Vas a ver que el mundo sin sentir es falso
y mi mundo ahora sin tu olor a campo,
s suave, a ternura, sin ti, es amargo.
Quédate conmigo.
Busca en tu resumen de lo que has vivido.
Si te soy distinto, si lleno tu día;
si la noche aquella
todavía la llevas sobre tus desvelos.
Rasga ese dilema que en cuatro segundos
te calla la boca y te excita el sueño.
No sueñes despierta, no esperes.
El tiempo me roba tu vida,
me roba tu aliento que respiro ahora,
me roba tu cuerpo con el que yo vibro.
Quédate conmigo. Quédate conmigo,
que yo, que yo te lo juro,
voy a quererte mucho.