Pedro Capó revela su escondite
Encuentra en La Cueva del Indio el silencio que lo libera de la tensión de la cotidianidad.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 13 años.
PUBLICIDAD
Llegar de Nueva York a la costa de Arecibo es un cambio que trasciende la temperatura.
Es un ejercicio de desintoxicación de la metrópoli para volver a conectarse con la naturaleza, con la simpleza, con las costumbres de un pueblo costero; es reencontrarse con todo aquello que forma a los puertorriqueños.
El cantautor Pedro Capó concretó ese recorrido. Lo hizo hace poco menos de un año y parece no cambiarlo.
Con su esposa y su hijo, convive en una casa casi frente a la Cueva del Indio en Arecibo, un escenario natural cuya belleza impresiona.
“Este tipo de lugar te da la posibilidad de escapar fácilmente; los sonidos, la belleza, te callan la boca, te callan la mente, todo es apreciación”, resalta el artista, nieto del recordado cantante y compositor Bobby Capó.
Bautizado en la religión católica, el artista lleva a cabo actualmente unos encuentros más personales con Dios. Hace 11 años practica el chamanisno peruano, a través de lo cual se limpia física y emocionalmente.
“Mientras más limpiecitos, más cerca de Dios nos sentimos”, concluye Pedro desde el interior de la cueva marítima, cuyos petroglifos dan testimonio de la presencia indígena.