La actriz cubana Ofelia Dacosta les dice adiós a dos escenarios: al de la sala teatral y al que la cobijó desde 1962, Puerto Rico.

La despedida de las tarimas está vinculada a sus 84 años de edad, pero la razón para irse del país se puede resumir con un solo nombre: Luis Fortuño, gobernador de Puerto Rico. ¿Radical? Sí, pero a tono con sus convicciones, según aseguró la recordada villana “Emperatriz Arizmendi”, de la telenovela Tanairí.

“Siempre dije que iba a ser peor que Aníbal (Acevedo Vilá) y Sila (María Calderón) y lo está demostrando porque va a trabajar para los grandes intereses y su consejero es Richard Carrión. Es un traidor”, dijo con seguridad Ofelia Dacosta, quien tras finalizar su participación en la comedia Adorables enemigas se mudará al sector Hollywood, en Florida.

“Soy estadista y todo el mundo lo sabe, y quiero para Puerto Rico lo mismo que para Cuba. Amo a este país, y cuando me muera, quiero que me incineren y me dejen ir por El Yunque. Pero, dije que si ganaba Fortuño me iba y lo voy a hacer… Él es un lobo disfrazado de oveja. Es un hombre que miente con una facilidad pasmosa. Él no es estadista. Estuvo cuatro años afuera y lo único que supo decir fue que no había ambiente para la estadidad”, agregó al admitir que le “duele mucho esta decisión de marcharme”, pero “no hay vuelta atrás”.

Ofelia Dacosta visualiza el peor panorama económico y social para la Isla, en los próximos años. Para ella, no se trata de una actitud pesimista, sino realista.

“El panorama será un desastre si este señor no cambia la manera de dirigir este pueblo”, expresó a quien líderes del Partido Nuevo Progresista la instaron a participar activamente en la política, específicamente en el pueblo de Carolina, lo que no le interesó.

La veterana actriz aplaudió que el 1 de mayo miles de trabajadores hayan expresado su descontento ante los eventuales despidos de más de 30 mil empleados públicos cuando finalice el año fiscal.

Otro destino que no pisará será su natal Cuba, mientras continúen en el poder Fidel y Raúl Castro.

“Mientras esté Fidel y Raúl Castro, no. Y si ellos dos se mueren, porque algún día tendrán que morir, Dios sabrá cuándo, y existe el mismo sistema comunista, menos. A ese sistema no le dejo ni un chavo prieto”, reaccionó ante la posibilidad de retornar a su tierra por el fin de varias restricciones para visitar la vecina isla, como anunció hace unas semanas el presidente Barack Obama.

En Cuba, dijo, sólo le quedan varias hermanas por parte de padre que nunca ha conocido. Ofelia Dacosta partió en 1962, tres años después de la revolución cubana. En ese momento, sólo tuvo la opción de irse, porque confesó que ella recogía dinero para las familias de los presos políticos.

Pero, esa partida no la puede comparar con su actual decisión de irse de Puerto Rico, porque en esta ocasión no está “huyendo” ni se siente “amenazada”.

Ante estas situaciones, dijo, existe algo más fuerte: su imaginación para transportarse a cualquier lugar.

“Cierro los ojos y puedo ir a la casa en que vivía, a la finca, recorro todo la casa. Así, hago todo el tiempo”, comentó con tono nostálgico porque hace más de 40 años que está lejos del suelo cubano.

Ofelia Dacosta se irá acompañada de su hija Ofelia, de 54 años y quien tiene problemas de aprendizaje.

Se lleva los aplausos

La actriz goza de 60 años de carrera artística en los que ha sido merecedora de múltiples aplausos, el mejor premio para cualquier actor.

“Los aplausos me llenan… He tenido una carrera gratificante y no me cierro las puertas para hacer televisión en Miami, porque se trabaja con apuntador”, bromeó. “Y si no aparece algo en televisión, descanso y voy al cine, que la última vez fue hace 30 años”, agregó con un brillo de emoción en sus ojos.

Ofelia cierra con “broche de oro” con su participación en la comedia Adorables enemigas, que se presentará a partir del 5 de junio en el Centro de Bellas Artes de San Juan.

Compartirá tarima con Luz María Rondón, Ernesto Javier Concepción, Yezmín Luzzed, Doel López y Omar Martínez, quienes serán dirigidos por Sonia Valentín. Quizás, luego regrese a las tablas para cumplir con un compromiso anterior en la obra El niño que enloqueció de amor, sin embargo, “no hay vuelta atrás”.