“Nadie se atreva a llorar, dejen que ría en silencio”
El pueblo salsero acompaña a su última morada terrenal a Raphy Leavitt.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 9 años.
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Con el deseo de un “buen viaje” y la petición de que prepare la banda con Luisito (Maisonet, músico fallecido en 1972) porque ellos también “van pa’llá”, los cantantes y músicos de la orquesta La Selecta despidieron esta tarde a su maestro, Raphy Leavitt.
“Señores, se fue parte de la decencia de la salsa. No va a existir nunca un molde como el de Raphy”, expresó el cantante Carlitos Ramírez antes de dejar escapar la tristeza a través del llanto.
Al unísono, decenas de fanáticos que llegaron hasta el cementerio Porta Coeli en Bayamón le daban el último aplauso y le decían adiós con frases como “nos vemos luego”, “dale saludo a Luisito” y “¡Que viva Raphy!”, quien falleció en 1972 víctima de un accidente automovilístico, en el que también Leavitt sufrió graves daños.
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El cantante Sammy Marrero despidió el duelo luego que Ramírez, abrazado a sus compañeros, les dijera: “Ha llegado el momento de la verdad, el momento de decirle hasta luego. Tu legado se queda y nosotros haremos nuestra parte para continuar con todo esto”.
Marrero recordó el momento en que fue escogido por Leavitt para ser el cantante de la orquesta que fundó en 1971.
“Yo solamente soy instrumento… y como siempre te dije cuando empecé, estaré contigo mientras tú creas que yo pueda cantar”, dijo Marrero.
Así, con la voz quebrada y acompañado de Edwin Rosario en la guitarra, introdujo el tema “Mi barrio”, que su maestro dedicó a Puerta de Tierra, y luego continuó con el clásico “La cuna blanca”.
“Para ti la canción que se me enseñaste a cantar y si se la he cantado a otros, por qué no cantártela a ti”, dijo la voz de La Selecta. Tan pronto se escuchó el primer verso: “Se ha escapado un angelito”, la viuda María Milagros Barreto y los hijos Sheila y Rafael Leavitt comenzaron a llorar pero la tristeza no les restó fuerza para unirse al coro: “Nadie se atreva a llorar, dejen que ría en silencio”.
El féretro del compositor y pianista fue entregado en el panteón a la 1:30 p.m. por los integrantes de la orquesta, momento en que soltaron varias palomas obsequiadas por un extrombonista de la orquesta.
La familia se retiró del área poco después, mientras rosas rojas continuaban cayendo sobre el ataúd de madera. Una de éstas la lanzó el band boy de la orquesta por 31 años, Carlos Estrella García o “Charlie Star”, como le conocen en la salsa.
“Fue el mejor amigo que he tenido en el mundo, el que me dio lo que nadie me ha dado. Me enseñó a vivir una vida buena”, compartió nervioso el encargado de velar por los instrumentos de la orquesta.
Leavitt falleció en la madrugada del 5 de agosto por complicaciones postoperatorias en un hospital de la ciudad de Miami.