A días de iniciar la temporada de huracanes en el Caribe, la Ciudad Señorial abrió sus puertas para celebrar a su ciclón ganador, María del Pilar Rivera Borrero, tras su triunfo en el programa televisivo La casa de los famosos 4, de Telemundo.

Con una bandera de Ponce en mano y a son de plena, la modelo llegó a su ciudad natal a donde recibió el calor y amor de su gente que llegó, masivamente, para participar de una caravana en su honor, convocada por el ayuntamiento.

El desfile salió de las icónicas letras de P-O-N-C-E, ubicadas en la autopista Luis A. Ferré, a la entrada del pueblo, a donde la esperaba un mar de gente ondeando la monostrellada, quienes saludaban con euforia a su querendona con gritos y bocinazos.

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Así continuarían un largo trayecto por las principales avenidas y calles del pueblo que la vio crecer, tal como ocurrió minutos antes en el centro comercial Plaza del Caribe en el cual la esperaban cientos de personas para compartir su alegría tras salvarla en varias ocasiones con sus votos.

La modelo y empresaria sigue la celebración en la tierra donde creció

Una de las que cruzó la carretera PR-10 desde Arecibo a Ponce fue Yesiré Rodríguez, una joven de 18 años que llegó con su familia a ver de cerca a su heroína.

“Ella es una mujer fuerte, poderosa e inquebrantable. Para mí, personalmente, es un modelo digno de seguir, de lo que yo he aprendido de ella”, confesó la muchacha que se apostó en primera fila para no perderse la visita del llamado ‘huracán boricua, categoría ganadora’.

Junto a Rodríguez estaban sus abuelos, su madre y la hermanita de ocho años quien convenció a los suyos a participar del multitudinario evento.

Precisamente, el patriarca de la familia, don Héctor, dijo que “no me perdí ni una sola gala. Fuimos a Arecibo a ver la final, pero no pudimos llegar al recibimiento en San Juan. Pero lo más que me gustó (del ‘reality show’) es que ella siempre llevó los pantalones”.

Otra que llegó temprano al atrio central fue María Pérez con su hermana Marta, residentes en la Perla del Sur.

“Para mí, Maripily es un ejemplo a las mujeres que son madres solteras de que se puede seguir hacia adelante y que no necesita de un hombre para triunfar”, expuso la fémina que llevaba una bandana con el distintivo de ‘huracán boricua’.

Entre los presentes también estaba Dionisio Morell, quien fue maestro de Maripily en la escuela elemental Librado Net.

“Yo me siento bien orgulloso de ella y quiero que lo sepa”, expresó el educador retirado al describir a la empresaria como “una estudiante que siempre se destacó por su forma de ser; se dejaba sentir”.

“Le deseo todo lo mejor y quiero decirle que me alegro mucho de su triunfo, porque ella se lo merece. Ella es una muchacha luchadora que es pro-familia porque ella siempre se ha mantenido ayudando a su familia”, manifestó.

Mientras tanto, la algarabía se apoderó del atrio central cuando el público se percató de la llegada de su ‘huracán’, precisamente al lugar que representó su primera oportunidad de trabajo y en donde exhibirá los ocho vestidos que utilizó para las galas del programa televisivo.

Todavía me acuerdo cuando trabajaba aquí en JCPenney, y al estar aquí, no me lo creo. Todavía lo estoy asimilando porque, el verlos aquí sacando de su tiempo, con su alegría… todos votaron por mí, lloraron conmigo, pelearon por mí”, manifestó Rivera Borrero al dirigirse a su gente.

“No fue fácil estar ahí encerrada esos cuatro meses y en que mi salud se vio afectada. Quería en un momento salir, pero ustedes me mantuvieron allí. Ustedes estuvieron desde afuera defendiéndome, peleando por mí y salvándome. ¿Cómo yo me voy a rendir? Gracias a Puerto Rico, gracias, Ponce. En tierra nací y en tierra moriré. Yo piso firme”, insistió.

Igualmente, resaltó que, a pesar del sufrimiento que vivió, “vale la pena después celebrarlo”.

“Vamos a celebrar, a celebrarnos y a demostrarle a ese público internacional que nos está viendo que, Puerto Rico y Ponce se respetan. Trataron de minimizarme, trataron de decir que, yo no era nadie y miren ahora mismo quienes son los que hablan… ustedes”, sentenció.

Sobre su crianza en la Ciudad Señorial, recordó su casa en la urbanización Villa del Carmen y compartió su deseo de recuperar la estructura que fue su hogar “o pasar por allí”.

“Yo estoy aquí en Ponce y poco estoy analizando todo lo que viví, las emociones, el tenerlos a ustedes, no lo puedo creer todavía. Estoy todavía como en una nube y es normal. Ustedes me están haciendo asimilar que esto es el amor que yo merezco y gracias”, esbozó.

De otra parte, la ‘Maripilymanía’ siguió creciendo con la interminable caravana que paseó a la ponceña por las calles que recorrió en las primeras etapas de su vida.

El ambiente en la ciudad era comparable a una fiesta nacional, a juzgar por miles de almas que se arremolinaron en las aceras, negocios, puentes y desde cualquier rincón por donde pasó la celebridad y que culminaría en el casco urbano con varias presentaciones artísticas.