Marisa Baigés: “La animación es algo que me fluye por las venas”
La presentadora habla de su pausa en la televisión, de su romance con Charlie Massó y sus planes en el teatro.
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La añoranza se refleja en la presentadora Marisa Baigés al recordar su paso por la televisión hace más de una década. Con su labor en programas como “No te duermas” y “Mira que TVO”, desde finales de los ochenta se convirtió en uno de los rostros más presentes para el público puertorriqueño que admiraba su personalidad enérgica y su actitud risueña.
Su desempeño se extendió a tareas más allá frente a las cámaras. Trabajó en otros escenarios como la radio y el teatro, hasta que en 2013 asuntos personales pesaron en la decisión de marcharse a Florida a una nueva etapa. Con los objetivos cumplidos, regresó a Puerto Rico en 2020. Desde entonces, se ha envuelto en diversos proyectos que, por los retos de la pandemia, continuaron manteniéndola alejada de ofrecimientos en el área del entretenimiento, hasta ahora, que está de regreso al ruedo actoral con su participación como “Beatriz” en la pieza teatral educativa “Malas juntas”, que presenta la vida de ocho jóvenes en situaciones relacionadas con problemáticas sociales como las drogas, el alcohol, la violencia, la deserción escolar y la presión de grupo, entre otras.
¿Por qué la pausa en los medios?
“Porque mi hijo estaba terminando ‘high school’. Sus planes eran estudiar en FIU, la Universidad de Florida. Entonces decidimos hacer ese movimiento. Definitivamente, su inglés, aunque aquí estaba en un buen colegio, el inglés es muy bueno, sí necesitaba otros recursos que yo entendía le ayudarían a luego competir de tú a tú con cualquier estudiante de universidad. Había que darle un poquito de herramientas. También, mi mamá. Tenía ambas piernas amputadas. Estaba bien viejita, 84 años, y por cuestión de salud también, nos movimos hacia allá”.
¿Por qué decides regresar a Puerto Rico?
“Con mi hijo cumplimos con las metas propuestas. Me tengo que quedar por ella, por los servicios, por las ayudas, por los médicos. Falleció en 2020 allá en Estados Unidos, por demencia senil, en plena pandemia. Tenía 90 años y medio. Ella estuvo con nosotros agarrada de la mano hasta el último suspiro, así que en ese sentido, mucha paz y tranquilidad para uno. Entonces, decidimos regresar (2020). Regresamos en una época donde no se estaba haciendo nada, pero a partir del 2021 empecé otra etapa de mi vida”.
¿Qué extrañas de tu etapa en la televisión?
“Creo que todo, la época dorada de la televisión. Creo que tuve la suerte de estar en esa última etapa de esa época dorada donde había muchas producciones locales, cuando llegaba a Telemundo una revolución de gente, producciones. Yo recuerdo que todos los fines de semana había muchas animaciones, actividades. Ahora hay sus producciones, pero es otra energía, y creo que extraño mucho toda esa actividad”.
¿Qué entiendes que te ayudó a ganar el respaldo del público?
“Ser uno. Yo soy yo. No hay nada creado. No hay nada inventado. Yo creo que a la gente le ha gustado, ha aceptado muy bien mi personalidad, mi forma de ser, porque realmente es eso. Yo soy yo”.
Estás de regreso al teatro con la pieza teatral “Malas juntas”. ¿Qué te fascina de la actuación?
“Feliz. El teatro es una de las facetas que más me encanta, recibir ese cariño, ese respeto, ese ‘feedback’ inmediato de lo que es la respuesta, la aceptación a tu trabajo, a lo que por tantos meses has estado construyendo, personajes, situaciones. Definitivamente, el teatro es lo que te da esa emoción, aunque por supuesto, la conducción, la animación es algo que yo creo que me fluye por las venas porque yo animo hasta los espacios vacíos (ríe). Así soy, me encanta, es algo que como dice Charlie (Massó), se me da solito”.
De la amistad al amor
Cuando soplaban los vientos sobre el romance entre la presentadora y el cantante y actor Charlie Massó, los dos se mostraron determinados en responder que solo se trataba de una amistad. Eventualmente, se encargaron de confirmar a través de las redes sociales la química que los unía desde 2001 más allá de un lazo de amigos. En la actualidad, se muestran inseparables. Incluso, durante la entrevista con Primera Hora, eran constantes las muestran de cariño entre ambos, y el esmero de cada uno para que la otra parte brillara en su encuentro con este medio.
Ya son más de dos décadas en pareja con Charlie Massó, ¿cuál ha sido la clave para una unión sólida?
“La amistad. Definitivamente, yo creo que precisamente el haber sido celosos con la relación, no exponerla. La gente se pasa vacilándome con lo de amigos, pero no hay relación que sea más fuerte, que sea más sólida, que una amistad. Y de verdad, así empezó. Lógicamente, ya tenemos una relación seria, formal, que se dio de la misma manera con el tiempo, poco a poco. Nunca hubo expectativas de una relación, y yo creo que esa es otra de las fórmulas, uno empezar una amistad que se va transmutando, pero que tampoco debes tener muchas expectativas. Creo que vivir el día a día con mucho cariño, con mucho amor, con mucho respeto, con mucha complicidad, con mucha lealtad. Nosotros tenemos otra cosita que nos ayuda mucho, que es que compartimos, básicamente, los mismos intereses. Los dos estudiamos lo mismo (publicidad y mercadeo). Nos entendemos perfectamente. Nos pasamos haciendo campañas el día entero, los dos, en el carro… Compartimos muchas cosas. Y definitivamente, el amor, la comunicación. La amistad. Son 23 años”.
¿Qué cualidades admiras de Charlie?
“¡Todas! Mira, me pongo hasta roja… El amor, el cariño… Me da sentimiento”, expresó mientras se le quebraba la voz y se le escapaban las lágrimas. Charlie se le acercó con un papel para que las secara. “Gracias, mi amor”, le dijo. “¿Ves lo que te digo? Es esto… Yo soy muy sentimental. Lloro de nada, y el que me conoce sabe. Pero sí, me da mucho sentimiento porque me transporta a muchas etapas que, definitivamente, si Charlie no hubiese estado en mi vida, no sé…”.
¿Puedes mencionar alguno de esos momentos?
“La etapa de mi mamá. Creo que Charlie es un hombre noble, con un corazón gigante, caballeroso, atento, siempre pendiente. Te digo que hemos pasado de todo, salud, enfermedad, tristezas, alegrías, momentos buenos, momentos no tan buenos, y la magia está en eso, en que hay mucho amor y él siempre ha estado de la mano conmigo”.
¿Hay planes de boda?
“En algún momento… (ríe). No es que no se ha hablado ni que no está en planes. Todo está en planes, pero con prioridades. Ahora mismo, se casa mi hijo (27 de abril). Hay que dedicarle ahora el tiempo y devoción para su boda, y después, sabrá Dios cuándo nos animemos”.
Tu hijo (Eduardo Javier González), ¿ha mostrado interés en el entretenimiento?
“Le gusta. Tiene talento, pero como que se ha enfocado en otras cosas. Ahora mismo está enfocado en administrar el negocio que tiene con el papá, que es una ferretería. Esa fue su carrera, administración de empresas y mercadeo internacional. Ya tiene 27 años, está por cumplir sus 28 años. Ya tiene su hogar, hace ya un tiempo. Es un chico del cual me tengo que sentir superorgullosa. Es bien estructurado. Él todo lo hace muy planeado (…) Estoy muy orgullosa de él. Es muy bueno, un nene noble. Es muy el responsable. Estuvo bajo, básicamente, la crianza de Charlie. Aprendió mucho de Charlie. Él es muy limpio, muy organizado, muy recogido. De verdad que muy orgullosa de él”.
Su lado empresarial
La pandemia, como a muchos, trajo el reto de reinventarse ante la escasez de taller en el campo del entretenimiento. Crear una marca de café junto con el exMenudo Charlie Massó se perfiló como un proyecto de interés. De ahí nació la marca de café Bagori, con la que se animaron a vivir una nueva faceta empresarial. También cuentan con Bagori Cherry Coffee Tea.
“En 2020 se cumplió todo lo propuesto, así que regresamos. Llegamos y ¿qué hacemos? Está la industria artística cerrada. Hay que buscar otros recursos. Siempre nosotros hemos hecho muchas cosas fuera de lo que es la television, de esta profesión. Hemos tenido agencias de viaje, agencias de publicidad”, afirmó la vivaracha animadora.
“No habíamos hablado del producto porque queríamos que tuviera su identidad propia, que no fuera porque es mi café o el café de Charlie, y gracias a Dios lo logramos”, confesó complacida. “Comenzamos buscando un producto nacional, algo que fuera de aquí, que con mucho orgullo pudiéramos ofrecerle a nuestra gente”, dijo como parte del proceso.
“Luego de un tiempo, encontramos al agricultor, porque estamos sacando un café 100% artesanal puertorriqueño. Somos los únicos en Puerto Rico que contamos con tres categorías de café: ‘médium roast’, ‘dark roast’ y ‘honey process’”.
El producto, que está disponible en diversos supermercados y a través de su página bagoricoffee.com, se vende en tres tamaños y se siembra en Juana Díaz.
“Hay una mezcla de dos granos, pero son sembrados aquí”, especificó con orgullo. “Son dos granos, Limaní y Catuaí arábica. Ambos granos se cosechan aquí en Puerto Rico en el área de Toro Negro, en la parte alta de Juana Díaz. No se trae de afuera”, enfatizó, y agregó que “nos tomó un tiempo encontrar al agricultor, a la persona que se envolviera con nosotros en el proyecto y le pudiera suplir el grano porque yo lo más que busqué fue que el grano fuera nacional, que no viniera de afuera”.
Para el nombre, adoptaron las dos primeras letras de bailando, gozando y riendo. “Son tres palabras que yo creo que son esenciales para tratar de vivir la vida lo más feliz posible, aparte de que siempre uno debe levantarse con una buena taza de café y con una buena actitud, que te la da esa buena taza de café”, analizó sonriente.
El proyecto de emprendimiento les ha derivado numerosas satisfacciones. “Ha sido todo una aventura. Tengo que decir… No quiero sonar trillada, pero el que quiere emprender, ni se crea, no es el 100 ni el 200 por ciento. Estamos hablando de miles de por cientos que tienes que dar. Es un trabajo fuerte, pero sumamente gratificante”.