Ni se justifica, ni echa culpas más allá de las propias. Tampoco busca la pena de nadie, pero sí un poco de empatía, porque hasta hace muy poco, de él solo se conocían sus grandes aciertos y desaciertos artísticos y personales. Pero ahora, cuando recién cumple 48 años, Manny Manuel comienza a revelar su verdadera realidad.

Por más de 35 años no se atrevió a hablar de su orientación sexual, no solo por temor a echar al abismo su carrera musical, sino porque de quien primero sintió el rechazo, fue de su papá, al punto de negarle la comida y cerrarle las puertas de su casa, porque no era el varón que él esperaba.

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Es un pasado que en la actualidad, como parte de las intensas terapias a las que asiste para tratar su dependencia al alcohol, lo volvió a sacudir y lo está llevando a identificar si esa, u otras vivencias ligadas a su carrera o a sus relaciones de pareja, fueron la raíz de la esclavitud que vivió hasta hace dos semanas, cuando en un simpático vídeo compartido en las redes, acompañado de su madre, Luz Freida Santiago, ella lo ayudó a confesar su homosexualidad.

“Ay, mijo, ya eso es viejo”, respondió la mamá cuando él le preguntó si cuando ella muera, quiere que salga del clóset.

Esa aceptación por parte de su progenitora la tuvo desde los 16 años, cuando llegó agobiado adonde ella, a confesarle lo que estaba experimentando, las burlas de las que estaba siendo víctima en la escuela y la presión de su padre (fallecido en el 2005) y también desde el punto de vista de la iglesia.

“Me fui en brote llorando a donde ella, y le dije, ‘Mamá, esto está pasando’, y ella me levantó por los hombros y me dijo, ‘Tú eres mi hijo, no me importa ni te debe importar nada ni nadie, ni tu papá ni tu escuela, tú eres mi hijo, eso es lo más que me importa’. Esas palabras fueron un bálsamo, pero de igual manera no me atrevía a salir a la calle”, compartió el artista de la experiencia que comienza a abordar con honestidad y paz.

“Vivía encadenado, con un tape en la boca, porque en cierta manera él (padre) me hizo entender -porque fue la primera persona de quien vi ese rechazo- que yo estaba mal, entonces cuando salía a la calle con el sentimiento de que estaba haciendo algo mal, era horrible. En la escuela, desde intermedia, la high school, seguía sintiendo que algo diferente había en mí que a la gente no le gustaba”, rememoró ayer, en videollamada, con buen semblante, tranquilo y optimista ante la nueva oportunidad que se está dando de recuperarse a sí mismo.

“Estoy en paz, tranquilo, sin ningún cargo de conciencia”, afirmó.

El siempre “Rey de corazones” tuvo su primera experiencia íntima con un varón mientras cursaba la escuela superior. Fue una relación “tormentosa”, que ambos ocultaron. Igualmente tuvo relaciones con mujeres en búsqueda de resolver su lucha interna.

“En vez de intentar solucionar el problema, traía más frustración, más frustración, y llevo demasiados años encadenado, preso, castigado por la opinión pública, y por la sociedad, porque si tengo un manerismo o mi manera de hablar, entonces hacen un chiste, y uno se da cuenta. Vivía con esa historia, una historia que no contaba y que en cierta manera sabía que mucha gente podía ver, como dice Juan Gabriel, lo que se ve, no se pregunta, pero decía, ‘Mientras lo mantenga conmigo (estaré bien), porque tenía mucho miedo a decirlo y que mi carrera se fuera al borde del abismo”, manifestó el artista.

Se suelta una cadena muy pesada, me siento tranquilo. No voy a decir, lo hubiese hecho antes, porque tenía que ser ahora, donde tengo la capacidad de poder platicarlo”

-Manny Manuel, cantante

Manny visitó por primera vez un centro de rehabilitación para atender su alcoholismo, y más adelante su dependencia a sustancias controladas, a los 25 años, llevado entonces por quienes dirigían su carrera, Rafy Mercado y Angelo Medina. Eso le sirvió para reenfocarse en su carrera por tres o cuatro años. Luego cayó en un nuevo entorno de amistades que, según contó, lo llevaron a recurrir en los vicios.

“Arriba del escenario también me hicieron bully, y lo digo con todo respeto, porque los amo, pero también hubo ese rechazo porque Manny era más amanerado, cantaba bien, tenía todas las nenas arriba de mí, y ellos no entendían esta cosa”.

Por primera vez está siendo honesto

El cantante está asistiendo tres días semana a terapias en la clínica 911 que dirige Choco, según lo nombró. De igual manera se está cuidando físicamente con ejercicios, y ocupa sus tiempos de ocio en lecturas que lo ayuden a entender su proceso, o viendo alguna película, pero no se sobrecarga, para no acumular detonantes que lo lleven a recaer.

“En esta ocasión he sido más agresivo con mi tratamiento y estoy más tranquilo, no me importa, no tengo vergüenza en decir que soy una persona con un problema mental, porque el alcohol no es una adicción, va más allá... No puedo decir qué es lo que me lleva al consumo de alcohol, pero quiero ver si esto tiene que ver”, dijo en referencia a si el haber ocultado su orientación sexual estaba o no directamente ligado a su dependencia, la cual ya no tiene que ver con drogas.

“Se suelta una cadena muy pesada, me siento tranquilo. No voy a decir, lo hubiese hecho antes, porque tenía que ser ahora, donde tengo la capacidad de poder platicarlo, tengo el conocimiento de lo que se trata clínicamente hablando”, expuso quien, en ninguna de sus crisis, ha perdido el deseo de seguir cantando.

“La gente ve lo que ve, pero no sabe realmente el calvario que uno va pasando durante tantos años, y quisiera que entendieran y fueran más empáticos en ese sentido. Yo no vuelvo a ser esclavo del qué dirán, no vuelvo a ser esclavo de cuál es mi vida real, el que me quiera, bienvenido, el que no le guste mi manera de ser o entienda que estoy pecando y que no me voy a ganar el reino de los cielos, o que estoy blasfemando, esa es su opinión”, puntualizó.

Manny Manuel se plantea que, una vez logre su rehabilitación y se sienta fortalecido, dedicará parte de su tiempo a extender su mano a quienes han estado en la calle como él, a quienes han vivido esclavizados por su orientación sexual al igual que él, o inclusive, a las mujeres que son presas de relaciones tóxicas. Hacia ese destino se quiere encaminar.