Manejador de Bad Bunny es demandado por su expareja
Gretchen Hernández Rivera le solicita al empresario puertorriqueño Noah Assad un 50% de las ganacias muebles e inmuebles que generaron durante los 10 años en los que convivieron.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 2 años.
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El cerco de confidencialidad con el cual Noah Assad tenía rodeada su vida privada y la de sus negocios se ha desmantelado parcialmente en los pasados días. Esto se debe a la divulgación de una demanda, con fecha del 23 de marzo de 2022, en la cual la ex pareja del manejador de Bad Bunny, Gretchen Hernández Rivera, sometió una demanda en la cual solicita recibir el 50% de los bienes y negocios generados durante los años en los que convivieron.
Hernández y Assad nunca se casaron, aunque mantuvieron una relación de pareja por unos 8 años, donde vivieron bajo el mismo techo, engendraron dos hijas en ese periodo, y donde se indentificaban a terceras personas como “esposos”. De hecho, la relación terminó el año pasado, luego de que Assad, de 32 años, cancelara la boda que tenían organizada en el hotel St. Regis de Río Grande, luego de que le indicara a Hernández que tenía otra relación amorosa, razón por la cual abandonó su hogar.
Todos estos detalles se revelan en la mencionada demanda, radicada ante el Tribunal de Primera Instancia de San Juan, y en la cual se alega que las empresas vinculadas a Assad y Hernández han generado sobre $1,000 millones en ingresos.
Según la demanda, la pareja compuesta por Assad y Hernández crearon exitosos negocios, adquirieron valiosas propiedades y generaron un andamiaje que produjo y produce ingresos sustanciales como “para un acomodado estilo de vida para toda la familia”.
El documento legal establece que el tener a Bad Bunny como representado por Rimas Entertainment, ha supuesto unos activos y un valor que se estima de manera conservadora en $500 millones para la empresa, mientras que el resto de cantantes que tienen como representados, habrían supuesto activos valorados en otros $500 millones. A esto habría que sumarle el valor neto de $5 millones de la empresa GMESPR y la suma del resto de las corporaciones, que tendrían un valor en activos de netos valorizados en sobre $10 millones.
Por otro lado, Hernández también solicita la parte que le corresponde con relación a una serie de inversiones que hicieron mientras estuvieron juntos, que incluye una residencia en la urbanización Los Paseos, en San Juan, una residencia familiar ubicada en el resort Casa de Campo, en La Romana, República Dominicana, así como cuatro apartamentos ubicados en un complejo de walk-ups en Carolina, los cuales se alquilan bajo la corporación GMESPR.
“Todo lo anterior (muebles e inmuebles) se estima en un valor en exceso de $1,000 millones, de lo cual corresponde a las partes (Hernández y Assad) por lo menos la mitad. Es de esa mitad que la demandante Hernández reclama su división, adjudicación, repartición y liquidación con el 50% que se alega le corresponde”, añade la demanda.
En la demanda se especifica que, hasta la fecha, “Assad se había negado a dividir, adjudicar y repartir los bienes y negocios generados por las partes en esta relación, alegando que todo le pertenece a él”. Debido a esto, Hernández, se habría visto forzada a presentar la demanda.
Según fuentes cercanas al proceso, el equipo legal de Assad, en lugar de contestar la demanda, presentó mociones de desestimación ante la jueza Elisa Fumero Pérez. En cambio, la parte demandante desistió “sin perjuicio” en contra de las corporaciones, por lo que por el momento queda solamente Assad en la demanda en su carácter personal. “Sin perjuicio” significa que en cualquier momento que quieran, la parte demandante las puede volver a incluir en el pleito.
La moción de desestimación que presentó Assad alega que bajo el nuevo Código Civil, que entró en vigor en noviembre del 2020, no aplican los derechos de las personas que viven en concubinato. Los abogados de Hernández Rivera sometieron su caso expresando su opinión en contra de esto y están esperando que la jueza tome una determinación al respecto. Una vez esto suceda, cualquiera de las dos partes puede apelar la decisión.
Por otro lado, según una de las fuentes, durante los pasados meses hubo unos intentos por parte de Assad de llegar a unos acuerdos fuera del tribunal, pero aparentemente no se vislumbra al momento que esto ocurra.
En una acción legal por separado, Hernández Rivera reclama los derechos de custodia, relaciones filiales, patria potestad, pensión alimentaria, hogar seguro y otros detalles para sus hijas.
Financiamiento inicial
Por otra parte, la demanda también aborda cómo el empresario obtuvo la financiación inicial para comenzar lo que hoy día es la casa promotora Rimas Entertainment, según la expareja. Esta empresa le brinda servicios a reconocidos artistas de la música urbana como Bad Bunny, Tommy Torres, Arcángel y Jowell & Randy, Eladio Carrión, Corina Smith, Karol G, Mora, Mickey Woodz, Amennazi, Rafa Pabón, Súbelo NEO, Urba y Rome, entre otros.
El documento legal de 20 páginas hace un repaso histórico de cómo comenzó en 2011 la relación entre Assad y Hernández (en el estacionamiento del Burger King de la avenida Domenech), cuando ambos tenían 20 años. En aquel momento, el hoy exitoso empresario puertorriqueño, estaba desempleado y no estudiaba, mientras que Hernández, sí trabajaba y estudiaba. A los dos años comenzaron a vivir juntos en un apartamento en Carolina. La historia continúa narrando cómo Assad comenzó a estudiar en la Universidad Interamericana a instancias de Hernández y cómo convivían con los bajos recursos que tenían.
De acuerdo con la demanda, en 2014 “Assad conoció a un venezolano de nombre Rafael Ricardo Jiménez Dan, exviceministro del gobierno de Hugo Chávez, que en ese momento acababa de salir de Venezuela para residir en Weston, Florida”, explica el documento, que también incluye a Jiménez Dan entre sus demandados. “Jiménez Dan le prestó y/o invirtió dinero a Assad para abrir un estudio de grabación. Ese mismo año, Hernández y Assad lograron hacer realidad uno de sus sueños cuando se incorporó Rimas Entertainment, con dinero adicional que aportó el venezolano Jiménez Dan ($2 millones), quien también pagó deudas personales de Noah Assad”.
Según varias publicaciones digitales, la figura de Jiménez Dan ha sido una controversial desde que sirvió como viceministro de Seguridad Jurídica en el Ministerio de Relaciones Interiores y Justicia de Venezuela desde el 30 de enero de 2006 hasta el año 2013. Un año más tarde llegó a Estados Unidos, donde se estableció en una zona al norte de Miami. Según algunos medios en contra del gobierno de Hugo Chávez y Nicolás Maduro, actual presidente de Venezuela, Jiménez Dan tuvo acceso a archivos que correspondían al Tribunal Supremo de Justicia y se especula que el exviceministro logró hacer arreglos y convertirse en confidente de autoridades estadounidenses.
En el documento se incluye también entre la lista de demandados un sinnúmero de corporaciones que Assad creó junto a Hernández según alega la demanda, como Rimas Classics LLC; Noah Assad LLC; CT Corporation Systems; Habibi Management, Inc.; GMESPR LLC; Noah Assad Presenta, Inc.; Skyline, Inc.; NAB Development Corp.; y Brumma LLC. La mayoría de las compañías se dedican al manejo, representación y administración de artistas, espectáculos y otros negocios, particularmente en el mundo de la música urbana, mientras que otras se dedican a la compra, remodelación y reventa o alquiler de propiedades inmuebles en o fuera de Puerto Rico.
Más adelante en la demanda se detalla que Jiménez Dan tiene el 51% de las participaciones propietarias de Rimas Entertainment, mientras que el 49% son de Assad y Hernández, según expresa el documento. Además de eso, se indica que el sudamericano podría tener el 51% del resto de las corporaciones, aunque no se sabe con exactitud.
Relación con Bad Bunny
La demanda también detalla el momento en el que comienza la relación profesional entre Rimas Entertainment y Bad Bunny, que ha explotado hasta convertirse en un fenómeno a nivel mundial. “En el 2017 Assad tuvo contacto por primera vez con un joven ‘bagger’ de un supermercado que quería ser cantante, por lo que subía sus canciones a Soundcloud, donde Assad lo escuchó. El joven tenía una forma muy peculiar de vestirse y se hacía llamar Bad Bunny”, explicó el escrito. “Assad lo escuchó y le gustó, fue a verlo a un espectáculo en un pueblo de la isla, entonces dos días después le pidió a Hernández que lo escuchara; ella le dijo que también le gustaba y que lo conociera”. Fue así que, después de varias reuniones Benito Martínez Ocasio firmó con Rimas Entertainment para que la empresa lo representara y manejara.
Según está escrito en el documento, Bad Bunny renovó su contrato recientemente por cinco años más con la empresa, que incluye los servicios de representación, manejo, distribución, disquera y espectáculos.