Lunna, quien participó en el conjunto Allegro en la década de 1970, explicó a este diario que su familia siempre le recalcó la importancia de estudiar, pero como se casó muy joven, a los 17 años, con Charlie Robles, junto a quien procreó una hija, dejó los estudios universitarios para más tarde.

De hecho, tomó el College Board y aseguró haber obtenido “una de las notas más altas”, pero no solicitó admisión en ninguna universidad, pues su carrera musical comenzaba a despuntar.

Más adelante, luego de pasada su época de gloria, terminó un bachillerato mientras estudiaba también en el Conservatorio de Música, pero no pudo culminar luego de su segundo divorcio, esta vez de Ángel “Cucco” Peña.

“Cuando me divorcié, me quedé sin ningún apoyo, sola, y no pude terminar el Conservatorio, me faltaba un año, y me fui a trabajar. Pero fue una posposición, no una cancelación. Decidí volver a estudiar, terminé la maestría en Recursos Humanos de la Universidad Interamericana. El próximo paso es un doctorado, cuando termine Objetivo fama empiezo a pensar en eso”, manifestó la artista, quien representó a Puerto Rico en el Festival OTI de la Canción en 1981 y recibió una nominación al Grammy en 1988.

En el ámbito musical, Lunna reconoció que en un momento pensó en retirarse, pero ni ella pudo abandonar su pasión, ni el público se lo permitió. Por lo tanto, espera regresar con un disco de nuevas versiones de éxitos de antaño, al igual que temas inéditos.

El álbum, que incluiría algunos de sus clásicos como Yo perdí, Son cosas, Fugitivo amante y No digas nada, contará con la participación de algunos amigos artistas influyentes en su carrera, como Glenn Monroig.