Luisito Vigoreaux cumple 70 años contemplando el retiro, pero sabe que no duraría tres días
Confiesa que el proyecto de redes sociales “Date un palo con Luisito”, que inició en pandemia, lo tiene trabajando más que en el 2019.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 3 años.
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Si los 30 años son los nuevos 20 y los 40, los nuevos 30, pues los 70 no son más que un número para el experimentado presentador y productor Luisito Vigoreaux, quien hoy llega a la séptima década con el mismo humor -desde vacilador hasta refunfuñón-, la misma energía y sobre todo, con un entusiasmo admirable por seguir creciendo como figura y descubrir nuevos retos.
“Si uno se pone a pensar un poquito, se van en na’. No me he dado cuenta de llegar a esta edad”, dice en la antesala a esta nueva etapa de vida que inicia con la agenda llena de proyectos hasta el 2022, y eso incluye una celebración de los 70 con un especial de televisión, un evento masivo en octubre del concepto “Date un palo con Luisito”, lanzamiento del canal en YouTube, Vigorizante TV, donde recopilará gran parte de sus producciones, y el estreno de un programa de viajes para las plataformas digitales que ya bautizó como “El camino de Luisito”.
“Mi hija Andrea me dice, ‘El día que dejes de inventar, ahí es que te vas a poner viejo de verdad’, y digo, ‘Pues tengo que seguir inventando’. Pero lo celebro con alegría”, sostiene, reconociendo que entre el 2020 y lo que va del 2021 ha sido “bien extraño”. Ha tenido pérdidas de amigos que lo han acompañado desde la juventud y de familiares cercanos que le han tocado emocionalmente. “Y no es porque uno tenga más años ni menos años, pero uno dice, ‘Espérate’”.
- ¿Te sientes viejo?
- No pienso en eso. Siempre estoy pensando en qué voy a hacer nuevo. Lleno mi agenda yo solo. Siempre estoy buscando hacer más, tratando de resolver cosas que uno deja pendiente.
Llegado al séptimo piso, como se dice comúnmente cuando se alcanza una nueva década, le ha dado con botar, con despegarse de efectos personales y aquellos que han sido parte de su historia de casi 40 años en el mundo del entretenimiento, entre la televisión, el teatro y la producción de eventos.
-Teniendo siempre tanto trabajo, el 2020 debió ser uno atípico para ti.
- Pues no, porque surgió ‘Date un palo con Luisito’. Yo trabajé más en la pandemia, que lo que había trabajado el año anterior, que estuvo normal. Esto fue una idea de mis hijos. Mi hija vivía en Nueva York, me la traje por la pandemia, y llegó a casa y al segundo día, me dijo, ‘Vamos a hacer un Tik Tok’, le dije, ‘No sé lo que es un Tik Tok, pero lo hacemos’, y empezamos por ahí y no hemos parado. Llevo desde marzo 17 (2020) hasta el día de hoy y espero que por los días que vienen, haciendo un trabajo diferente.
La iniciativa de publicar una foto diaria, con la sugerencia de una bebida o trago en sincronía con la celebración del momento, o la ambientación que él decida darle, le ganó auspiciadores, seguidores en las redes sociales, donativos para entidades como SER de Puerto Rico, y más trabajo.
- ¿Cuál es la etapa que más has disfrutado de tu vida?
- Sin duda, la más que ha durado, que es la parte del entretenimiento, pero todas me las he disfrutado. Hice mi bachillerato de noche, porque trabajaba de día en un banco. Después me fui a hacer mi maestría y ahí entonces entré en la publicidad, pasó lo de papi (muerte del animador Luis Vigoreaux, 1983), y entré en la televisión, y creo que esos han sido los más intensos. Siempre digo que los años productivos de las personas, desde mi punto de vista, y no soy un gurú ni Walter (Mercado) ni nada de esas cosas, son entre los 35 y los 50. Lo que no hiciste entre los 35 y los 50, forget it. Esos para mí fueron los años más activos, más productivos; a mí me duró un poquito más, me duró como hasta los 60.
Luisito es un hombre agradecido de las oportunidades que ha tenido, primero visto como el hijo de Luis Vigoreaux, y más adelante convertido en una figura por mérito propio. Reconoce que sus producciones en la comedia, como “El kiosco Budweiser” y “Entrando por la cocina”, así como animador de los programas de juegos (’Eso vale’) y entrevistas, fueron la punta de lanza para muchos personajes y personalidades de la música y las artes escénicas, que aún están vigentes. “Muchos de los artistas que ahora son las primeras figuras, tuve la oportunidad de crecer con ellos, o ellos crecer conmigo, y nos hemos hecho amigos, nos hemos hecho compadres, hemos hecho de todo y para mí fue chévere, y más porque el grupo de trabajo que logré juntar era increíble”.
La fama de “bebedor” no es exactamente como la gente la percibe, pero sí es parte de su vida. Para él, los negocios más importantes se dan en un almuerzo con alguna cerveza, trago o vino sobre la mesa, además en su amplia carrera ha sido y continúa siendo imagen de muchas marcas de licores, lo que alimenta esa imagen de jangueador imparable.
“El que esté en este negocio tiene que entender que esto es parte del diario vivir, y lo tiene que tomar como es. Antes eran chismecitos, pero llegaron las redes sociales y los haters son duros, porque me ves a mí que tengo 27 mil comentarios, o cinco mil o dos mil, y hay 26,995 que son, ‘Ah, vamos pa’llá', ‘Trágame tierra y escúpeme en la piscina de Luisito’, pero de momento viene uno, ‘Eres un borrachón’, ‘Dios te va a castigar’, y la cosa es que le tienes que contestar también, porque no es que le contestes despectivo, pero lo tienes que atender, porque uno no es un billete de $100 para gustarle a todo el mundo”, expone el esposo de la nutricionista Danna Miró y padre de cinco hijos.
- ¿Qué te haría parar entre tanto agite de trabajo?
- Lo que pasa es que no me veo trabajando. Nunca he trabajado. He hecho lo que me entretiene, lo que entiendo que va a funcionar para conseguir lo que es el objetivo, que es que económicamente sea viable para cubrir mis necesidades, y así lo he visto. De verdad, nunca he trabajado. He hecho lo que quiero hacer y gracias a Dios me he podido salir con esa, que hay mucha gente que no tiene esas oportunidades, pero a mí se me presentaron y creo que lo aproveché muy bien.
- ¿Estás complacido?
- Creo que sí. La gente se lo disfruta. Mi familia se lo disfruta. He tenido mis altas y mis bajas, he tenido épocas duras como todo el mundo. En esta época tuve la suerte del Internet, si no estuviera haciendo otra cosa, estaría en un restaurante cocinando, que no hay empleados, estaría en la cocina feliz, o en la barra sirviendo tragos, porque hay que mirar la vida de forma positiva.
- ¿Cómo estás de salud?
- De salud estoy bien. Achaques de espalda que le dan a todos los viejitos, pero es por descuido. Es que creo que soy Douglas Candelario, o sea, yo quiero ser como Douglas con pelo. Le meto mano a lo que sea. Soy handyman igual que Douglas y me pongo a arreglar tuberías, inodoros y esas cosas y lo hago bien, pero se me olvida que a mi edad no puedes doblarte y meterte por debajo del inodoro o debajo del lavamanos, porque en lo que sales, se te movieron los discos, se te quedó un dedo pillado, pero soy un handyman full, de pintar, de hacer plomería...
Regresar a la televisión es un proyecto que siempre está cocinándose. Actualmente contempla crear algún programa que pueda ir a la pantalla una vez al mes o cada dos semanas, pero no volvería a la responsabilidad de estar frente a las cámaras diariamente. Tiene también el deseo de darle oportunidad al talento joven, tal como la tuvo él en su momento.
Tenía proyectado “retirarse” en el 2020 y pasar más tiempo en Asturias, España, donde tiene una residencia. La pandemia le retrasó el plan.
- ¿Realmente has considerado el retiro?
- Yo pienso retirarme, pero creo que voy a durar tres días. De verdad, me voy a aburrir, por eso me estoy inventando ‘El camino de Luisito’, porque me da la oportunidad de irme de vacaciones para España, conocer a España y me lo pagan.
- Si te fueras a presentar ante un joven que te conoce a partir de las redes sociales, ¿Cómo sería?
- No me presentaría como lo que hice, me presentaría como lo que estoy haciendo (de aquí) pa’lante.
- ¿Y qué le dirías?
- Nada, vamos a darnos un palo.