Fajardo. Con la misma habilidad que salta de un tema a otro en sus stand up comedies, Luis Raúl evita entrar en detalles sobre la reciente acusación que enfrentó por no rendir planillas desde el 2007 hasta el 2010.

“No voy a entrar en detalles”, es su frase repetida entre una diversidad de respuestas que parecen tan ensayadas como los monólogos que le han ganado fama en los escenarios locales y otros latinos fuera de la Isla.

“Como pasan los sucesos, no tienes idea de cómo pasan”, es su manera más “clara” de responder a si tenía conocimiento de sus responsabilidades contributivas. De lo que no escapa es de reconocer que es el único culpable.

Cualquiera que haya sido la realidad, la consecuencia no solo le abrió los ojos al punto de “ojones”; también lo obligó a tomar dos en lugar de una pastilla para controlar su presión arterial, y ahora lo invade la duda de si el público le pasará factura en su nuevo espectáculo.

“Siempre te preocupa, como figura pública, que algo negativo que te pase, mine tu credibilidad; yo no le llamaría preocupación, pero lo piensas”, señala el artista con serenidad, pero la sacudida fue fuerte.

Cuando recibió la notificación por debajo de su puerta de que estaba siendo investigado por evasión contributiva, dice que experimentó “un terremoto 7.2 en la escala Richter con aviso de tsunami”. “De ahí el título del show”, anota.

Luis Raúl, de 51 años, niega ser millonario, aunque en los cuatro años que no rindió planillas sus ingresos alcancen el millón de dólares. “Yo he vivido bien, pero no es todo lo que ves ni cómo se plantea”.

Con su peculiar humor, comentó que una tía lo llamó de inmediato para cuestionarle cómo no sabía que tuviera un sobrino millonario.

Si está flaca o robusta su cuenta bancaria, lo sabe su nuevo contable. Lo que deja establecido es que para cumplir con los departamentos de Hacienda y de Justicia, no pidió prestado. “El dinero de este show lo necesito para seguir viviendo”, dijo.

El ponceño se refiere a su acusación como un evento del pasado, que se convirtió en su una nueva línea de arranque.

“Tienes que aprovechar cuando te pasan cosas como estas para empezar otra vez o seguir desde ese punto en adelante, como tiene que ser”, reflexiona.

Su nuevo espectáculo, ¡Qué ojones!, que presentará el 14 de septiembre en el Coliseo de Puerto Rico, en Hato Rey, le servirá para desahogar esta y otras vivencias del último año.

“El asunto como tal no es para broma, pero cómo me siento, cómo lo he procesado, la gente puede estar esperando que yo le cuente”, anticipa de su primera cita en el Choliseo.