Mientras decenas de actrices de Hollywood de la talla de Angelina Jolie, Gwyneth Paltrow, Mira Sorvino y Ashley Judd han denunciado haber sido hostigadas sexualmente por el mogul del cine Harvey Weinstein, la también actriz Lindsay Lohan decidió ir a contracorriente al salir en defensa de Harvey e incluso criticar a la esposa de este, Georgina Chapman, por haberlo abandonado en medio de uno de los más grandes escándalos en la meca del cine estadounidense.

“Hola, soy Lindsay Lohan. Estoy en Dubái, en casa, y me siento fatal por Harvey Weinstein ahora mismo; no creo que esté bien todo lo que está sucediendo", afirmaba en un vídeo ya eliminado que compartió en la sección de Stories de su cuenta de Instagram, junto al nombre del señalado empresario rodeado de un halo angelical. 

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"Me parece que Georgina necesita tomar una posición y estar ahí para su marido. Él nunca me ha hecho daño ni nada parecido. Hemos hecho varios filmes juntos, así que sí que pienso que el resto del mundo tiene que parar ya. Creo que lo que está pasando está mal; así que paren ya", manifestó Lohan.

Otra figura que salió en defensa de Weinstein fue la diseñadora de moda Donna Karan quien en declaraciones en las redes sociales insinuó que la forma en que vestían las víctimas del productor de cine pudo haber motivado su conducta. Luego Karan emtió un comunicado de prensa en el que se disculpaba y aseguraba que sus expresiones habían sido sacadas de contexto. 

Harvey Weinstein fue destituido de su posición al frente de la productora fílmica que lleva su apellido luego que el New York Times publicara un reportaje con testimonios de víctimas de Weinstein. 

El escándalo ha sacudido a Hollywood, pues se alega que el patron de conducta de Weinstein, de hacer avances sexuales a actrices jóvenes y amenzarlas con detener sus carreras de no aceptar los mismos, era un secreto a voces que nadie se había atrevido a revelar ni enfrentar.  

Incluso han surgido versiones en el sentido de que los actores Matt Damon y Russell Crowe habrían tratado de utilizar su renombre e influencia para detener la publicación de un reportaje periodístico similar al actual, en el 2004, en solidaridad con Weinstein.