Meses después de revelar que había quedado “brutalmente desfigurada” por un procedimiento estético, la modelo Linda Evangelista reapareció para sincerar su “dolor”.

“Me encantaba estar en la pasarela. Ahora temo encontrarme con alguien que conozco”, indicó. “Ya no puedo vivir así, escondida y avergonzada. Simplemente no podría vivir más con este dolor. Estoy dispuesta a hablar finalmente”.

La canadiense de 56 años habló en exclusiva con People. A sus 56 años posó para el lente de la revista, al tiempo que contó el tratamiento que tuvo, sus efectos secundarios y la demanda que entabló por $50 millones.

Evangelista explicó desde agosto del 2015 hasta febrero del 2016 se sometió a siete tratamientos de criolipolisis o CoolSculpting, que consiste en “congelar” la grasa del cuerpo. El procedimiento ha sido promovido como una alternativa a la liposucción.

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Tres meses después al tratamiento, Evangelista notó que le salieron protuberancias en la barbilla, los muslos y el área del sostén. “Traté de arreglarlo yo misma, pensando que estaba haciendo algo mal”, dijo al mencionar que realizó más ejercicios y dieta al punto de prácticamente no comer.

Posteriormente, le diagnosticaron hiperplasia adiposa paradójica, un efecto secundario en el que el proceso de congelación provoca que la grasa corporal se espese y expanda.

La demanda contra la empresa matriz de CoolSculpting, Zeltiq Aesthetics Inc., radica en que no ha podido trabajar a raíz del estado estético de su cuerpo.

“No creo que los diseñadores quieran vestirme así”, señaló. “No me miro en el espejo”.

“Siempre supe que envejecería. Y sé que hay cosas por las que pasa un cuerpo. Pero simplemente no pensé que me vería así”, dijo acerca de las protuberancias.

“Espero poder deshacerme de la vergüenza y ayudar a otras personas que están en la misma situación que yo”, sostuvo. “Ese es mi objetivo”.

Evangelista se destacó en la década de los 90 como una supermodelo. Engalanó la portada de la revista Vogue 11 veces.