“La fea más bella” le salvó la vida a Angélica Vale
La actriz habla sobre las inseguridades que tenía de su cuerpo y su persona.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 3 años.
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La actriz Angélica Vale recordó en entrevista con Yordi Rosado todo lo que significó la producción de Televisa que protagonizó en 2006 y 2007 junto a Jaime Camil y que es una adaptación de la novela colombiana “Yo soy Betty, la fea”.
“Me acuerdo ver a niñas disfrazadas de Lety, imitándome cómo bailaba. Yo hasta la fecha me lleno de emoción porque por fin alguien me imitó y una cosa que era muy mía porque ese baile de Ley era como yo bailaba para hacerme la chistosa en las bodas”.
Angélica Vale compartió que le dio tanto de sí misma a ese personaje porque ella sentía que era “Lety”.
“Yo me creía fea… bueno yo sabía que no estaba tan tirada a la calle pero como en la vida emocional no me había ido bien y me partían el hocico a cada rato y yo me dejaba porque mi autoestima estaba así (chiquito)...”.
En entrevista, Vale compartió las inseguridades que tenía sobre su cuerpo y su persona, pues aunque en el escenario se sentía muy bien, en el plano sentimental mientras más mal la trataban ella pensaba que era algo normal.
Además relató que vivió una historia con una persona de la que estuvo enamorada pero nunca le hizo caso, incluso un encuentro con él se dio mientras grababa “La fea más bella”.
“Me lo volví a encontrar, volvimos a pasar unos días espectaculares, yo juraba que ahora sí, ya el amor de la vida, y no es cierto, ya andaba con otra chava y me enteré después por el papá de la chava que me mandó preguntar si era cierto y le dije que no”, relató.
“Todas las escenas de las lloradas de Acapulco, todas, eran lloradas de verdad”.
Incluso explicó que en una escena en la que aparece “Lety” con un Chamán que le está haciendo una limpia de los personajes de “don Fernando” (Jaime Camil) y “doña María” (Elizabeth Álvarez) ella en su mente tenía los nombres de otras dos personas pues estaba llorando por él.
“Fue horrible, fue bello porque me empecé a curar ahí, Salvador Garcini me dice ‘¿sabes por qué no se acaba la telenovela?’ porque no te quieres, tú no has entendido a Lety, Lety se está empezando a querer y tú no te quieres”.
Entonces le recomendaron un libro que la ayudó a salir de donde estaba.
“Un día me levanté y me quité la mochila del divorcio de mis papás, del coraje que tenía de todos esos años… A mí de chiquita me traumaron mucho por no parecerme a mi mamá, yo tenía el diablo de mi papá, no el ángel de mi mamá, así me lo dijeron muchas veces. Traía muchos traumas yo y de pronto me quité esa mochila”.