Mayagüez. Keylla Hernández tenía 45 años al momento de fallecer, pero los últimos tres y medio los vivió con intensidad, con urgencia por hacer y por construir en la memoria de sus hijos recuerdos felices que los acompañarán por siempre.

Lo más hermoso es que lo logró. Se evidencia al escuchar a su viudo Robin Rodríguez reconocer que la fortaleza de su esposa lo sorprendió, porque ella decidió vivir y vivir agradecida. Se refleja también cuando sus hijos Kevin, de 18 años, y Gustavo, de 13, le agradecen ahora los valores que les inculcó y el estímulo que es para ellos en la búsqueda de sus sueños.

Ejemplo de esto fue el hermoso gesto que compartió el hijo mayor para que su hermano no dejara de tener una alegría esta Navidad.

“Como estas Navidades fueron bien difíciles para mi papá y sabía que no me pudo comprar nada de regalos, yo me tomé a la tarea y le compré unas cosas a mi hermano, y me senté después que mi hermano abrió las cosas y le dije (a mi mamá), ‘qué regalo más lindo ustedes me pudieron dar, que yo aprender a través de los años que le des algo a alguien y se sienta tan feliz”, relató el estudiante universitario sobre las últimas conversaciones que tuvo con su progenitora, cuando ya entraba en la gravedad de la enfermedad, la cual pasó entre su casa y el Hospital Auxilio Mutuo. Fue allí donde murió el pasado 31 de diciembre. En ese momento, el mayor de los hijos viajaba hacia Puerto Rico.

La periodista no perdió un instante desde su diagnóstico de cáncer del pulmón con metástasis en el hígado y en los huesos para disfrutar cada momento, y plantearse anhelos que para su esposo parecían imposibles, como fue el viaje que realizaron a Europa por 21 días del verano de 2017, y que resultó un tiempo espectacular como familia.

“Cómo decirle que no”, dijo Rodríguez, quien ayer, en el inicio de las exequias de su esposa en el Palacio de Recreación y Deportes de su pueblo natal, dejó a un lado la timidez para agradecer el apoyo desbordado que los tres han recibido por parte de los puertorriqueños.

El velatorio abrió al público a las 10:00 a.m. y desde ese momento hasta el cierre a las 6:00 p.m., la fila no cesó y tampoco las expresiones de admiración, cariño y tristeza por la pérdida de un ser humano tan querido.

A las 3:30 p.m., Javier Rivera, comisionado de la Policía Municipal, estimó que seis mil personas se habían dado cita para rendirle sus respetos a la mujer ancla que les informó, les alegró y les inspiró por más de dos décadas a través de la pantalla de Wapa.

El féretro permaneció abierto. Lleva puesto el vestido blanco bordado con brillo -como le gustaba- que lució el pasado mayo en el baile de graduación de su primogénito.

No se permitieron fotos ni vídeos, tampoco coronas de flores. Sí hubo mucha música, incluido El cardenalito, que tanto le gustaba a ella, y un homenaje cantado que le ofreció José Nogueras al final de la tarde. 

La familia prefiere que en lugar de flores se hagan donaciones a la Liga Puertorriqueña Contra el Cáncer y al Hospital St. Jude, instituciones con las que la comunicadora se identificó.

El mensaje

“El cáncer es una enfermedad que te quita ánimos, los medicamentos te ponen débil; no obstante, podemos vivir con dolor, podemos vivir con tristeza, pero podemos vivir”, afirmó el viudo, de 46 años, que como dijo, tiene mucho futuro por hacer para encaminar al hijo menor.

“Mi mensaje para el resto de las familias que están pasando por este momento es disfrutemos cada momento. Hay pequeños detalles que muchas veces los tenemos en nuestra cara y no sabemos agradecer, cosas tan sencillas como levantarnos cada día... Así que aprendamos a agradecer”.

Entre las prioridades y anhelos de mujer ancla de Noticentro al amanecer estaba que su hijo pudiera estudiar en una universidad en Estados Unidos y lo está logrando con excelencia. Tan reciente como el pasado Día de Acción de Gracias reveló que quería ir a la Parada de Macy’s en Nueva York. Esto posiblemente lo cumplirán su esposo e hijos el próximo noviembre.

“Keylla luchó por sus sueños. Ella desde chiquita, me contaba su madre, quería ser reportera, así que llegó, incluso entra al canal por otras posiciones hasta que se le da la oportunidad y muchos de ustedes saben la fortaleza. Pero nunca pensé que tuviera la fortaleza que tuvo durante estos tres años y tres meses. El cáncer destruye, por supuesto. La palabra cáncer ya suena mega negativa, no obstante ella la obvió, decidió vivir, decidió ser un ejemplo y lo logró hasta el día de su muerte”, puntualizó el viudo antes de dar las gracias nuevamente y despedirse con un “Keylla, te amo”. Su hijo Gustavo lo reafirmó, “yo igual”.

Las exequias de Hernández continúan hoy en la funeraria Puerto Rico Memorial, en Santurce, a partir de las 10:00 de la mañana. En la noche habrá una misa privada para la familia y posteriormente el cuerpo será cremado.

La fila no se ha detenido desde que abrieron las puertas del Palacio de Recreación y Deportes de Mayagüez a las 10:00 a.m.