“Esto no es una rabieta mía. Realmente, esto es horrible”, así se expresó la comunicadora Keishla Rolón tras exponer el viacrucis que enfrentó ayer, lunes, tras encontrar su silla de ruedas motorizada destrozada a su arribo a Texas para integrarse a una convención para personas con atrofia muscular en la columna (SMA, en inglés).

La carolinense expuso en entrevista teléfónica con Primera Hora que luego del incidente con su equipo médico, mantiene comunicación directa con American Airlines, aerolínea en la que viajó.

“He sido muy responsable de las cosas que, como viajera, me han tocado realizar para llenar la documentación requerida y todo eso desde el primer día, pero una cosa que me sorprendió, y espero que resulte en algo mejor, es que nosotros lo que llenamos es una reclamación de equipaje —la misma que llena una persona si le raspan la maleta o le rompen una tirilla— y no hay forma de estipular el daño de esto”, indicó Rolón, quien se dio a conocer en los años 90 como “Niña Símbolo” de la Asociación de Distrofia Muscular.

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La comunicadora se destacó como joven símbolo de la lucha contra la distrofia muscular y como reportera que se movilizaba en silla de ruedas.

La oficina de comunicaciones de American Airlines coincidió, en declaraciones escritas, que mantiene los canales de comunicación abiertos con la conocida figura, al tiempo que se disculpó por el incómodo suceso.

Queremos que cada cliente que vuele con nosotros tenga una experiencia de viaje positiva y sabemos lo importante que es apoyar la independencia de clientes que utilizan sillas de ruedas u otros dispositivos de asistencia. Nuestro equipo se comunicó inmediatamente con el cliente para disculparse e iniciar el proceso de reclamo. Hemos permanecido en contacto regular y continuaremos trabajando junto con el cliente y su técnico para brindarles un reemplazo completo”, escribió la aerolínea.

En la foto tomada por Keishla Rolón Rivera se observan los daños a su silla de ruedas.
En la foto tomada por Keishla Rolón Rivera se observan los daños a su silla de ruedas. (Suministrada )

No obstante, Rolón catalogó el incómodo suceso como “una ironía”, dado que su participación en el evento Cure SMA se concentraría en abogar por mejores condiciones para las personas que viajan con silla de ruedas, sin saber que ella iba a vivir la experiencia en carne propia.

“El manufacturero de la silla, Permobil, estaba presente en la convención, y ellos tuvieron la oportunidad de analizar las fotos que yo les presenté. Ellos me dijeron que la silla, bajo las condiciones en las que se encontraba ahora, era un riesgo de seguridad, que ni siquiera yo me sentara en esa silla por el daño que sufrió”, manifestó.

“Estos son mis pies. Esta silla está adaptada para acomodarme en una posición correcta y segura, pero también me ayuda en mi independencia en el diario vivir, porque tiene aditamentos que la elevan, que eso me ayuda a prepararme mis propios alimentos, ir al baño por mí misma, tengo la oportunidad de manejar mi propio vehículo. Pero como la silla tiene posiciones, una de las cosas que me dijeron es que me imaginara guiando, y que el daño electrónico provoque que, de momento, la silla empiece a operar las posiciones mientras conduzco ¡Eso es muy peligroso!”, destacó sobre el dispositivo de asistencia valorado entre $32,000 a $35,000.

La situación llevó a la boricua levantar su voz por mejores políticas públicas para atender los contratiempos de las personas con sillas de ruedas adecuadamente, como establecer un número mínimo de empleados adiestrados para transportar estos equipos y desarrollar formularios sensibles para que ciudadanos con diversidad funcional puedan especificar sus necesidades específicas.

“Yo soy bendecida y siento que, de alguna manera u otra, yo lo pueda lograr resolver, pero mi deseo es que esto no le siga sucediendo a personas que, quizás, no tienen el talento que tengo yo, de ser tan vocal, o que no tienen las oportunidades de vida que he tenido. Y son cosas sencillas que, a lo mejor, podríamos lograr si ellos tienen un poco de sensibilidad, un poco de empatía, tanto con el viajero como los trabajadores”, manifestó.

Hay muchas cosas que se pueden hacer si ellos están abiertos a escuchar a nuestra comunidad, de cómo ellos pueden establecer unos modelos que sean puntuales, sensibles y empáticos para atender la situación. No tiene que ser nada extraordinario, con que, quizás, ellos tengan un personal debidamente adiestrado que pueda trabajar con este equipo, que ellos proveer protección a este equipo, en que puedan determinar un espacio digno y seguro donde pueda viajar esa silla de rueda. Lo único que eso requiere es voluntad”, apuntaló.