Jacobo Morales y Blanca Eró. La productora y el cineasta. Él y ella. El orden de mención es lo menos importante porque son como los dos brazos de un mismo cuerpo.

Uno no se imagina sin el otro. Juntos integran un equipo que disfruta de vivir de las artes.

El director de cine y teatro y la mujer que él escucha antes de tomar una decisión están unidos desde que tenían 15 años.

Los artistas coincidieron en la Escuela Superior Central en Santurce en 1949, cuando iniciaron un “viaje” que hoy no se diferencia de esos años porque, aseguraron, conservan la misma emoción cada vez que emprenden un proyecto y aún se deslumbran con los arcoíris, los pájaros y las flores. Cuando todo eso se mantiene intacto es muy difícil que la gente crea que ella tiene 80 años y que él la alcanzará en noviembre.

“Es que empezamos en la adolescencia. Me sentiría como incompleto. ¿Con quién consulto? ¿Quién me aconseja? ¿Con quién discuto? Blanca tiene un gran sentido para evaluar las cosas y darle su justa gradación. La mayor parte de las veces pongo en práctica lo que ella me indica. No concibo no hacer las cosas juntos”, confesó Morales mientras toca las manos de su esposa.

Eró habla con profunda admiración del talento de su marido, además de que reconoció que ella lo empuja a la realización de diversos proyectos. Confesó que dejó a un lado su pasión por el piano porque su familia fue prioridad, pero ese espacio lo llenó con trabajos artísticos en el cine y en el teatro.

“Desde un principio que nos casamos, le pasaba los poemas, los recitales, para que todo estuviera en orden. En el teatro, que me encanta y lo amo, tengo experiencias imborrables de cuando nos íbamos por la Isla con los tereques de utilería. Es que me encanta el arte, siento que es parte de mí”, expresó.

“Pero, más que nada, admiro a este señor”, dijo mientras el director le da las gracias. “Es un genio creativo tremendo, y me da alegría cada vez que está escribiendo. Le digo: ‘Sigue, sigue, quiero más’. Es que tiene tanto que dar”, añadió al lamentar que aún el cineasta tenga cuatro guiones engavetados por los altos costos en la producción de películas.

Ella dijo que el talento de su marido no tiene fin. “Mi interés es que Jacobo se siga realizando como artista creativo que es y que eso lo pueda transmitir al pueblo. Eso sensibiliza, une y es bello. Lo que tiene belleza y te toca el alma, te tiene que transformar de alguna manera”, agregó la productora sobre el director de Dios los cría y Lo que le pasó a Santiago.

Coincidieron en que mantienen su “alma joven” cada vez que se ilusionan con un nuevo proyecto cinematográfico o teatral. “Me encanta que tenga algo entre manos”, dijo ella mientras él aseguró que siempre “estamos ilusionados con algo”.

Eró recordó que después del estreno de Ángel hubo un lapso de quietud, pero ella motivó a Morales a escribir para el teatro. De sus insistencias, nacieron las piezas Bypass y Al final del eclipse. Este último proyecto se presentará del 7 al 9 y del 14 al 16 de marzo en el teatro Victoria Espinosa, en Santurce. Esta pieza tiene como tema central la homosexualidad.

“Es un tema importante y que él lo haga es importante para acabar con el tabú. Se hace en comedia o en burla y esto es serio. Son personajes de carne y hueso”, dijo la productora.

Esta producción inaugurará el Festival de Teatro Puertorriqueño del Instituto de Cultura Puertorriqueña, que se le dedicará a la pareja. “Es un gran honor. Cuando ocurren estas cosas, ya en esta etapa, uno tiende a echar vistazo a toda la trayectoria que has tenido. Es hermoso y un detalle que nos llena de satisfacción”, comentó el director.

Para Blanca es una inyección de energía para que no se queden quietos. “¿Tú te crees que pienso que tengo 80 años? No, es como tú te sientas. Y uno tiene que seguir aprendiendo. La gente piensa en retiro. No, tienes que aprovechar. Es como un aprendizaje diario y que tengas esta maquinita con esa ilusión y ganas de vivir. La vida es una riqueza”, comentó Blanca al tiempo que Jacobo añade que es esencial deslumbrarse con “los arcoíris, las flores y los pajaritos”. Eso les da vida.