Fallece Santiago Villar
El empresario fue el fundador del Paseo de la Fama de Puerto Rico.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 7 años.
PUBLICIDAD
El propietario de la joyería Cartier y fundador de Paseo de la Fama de Puerto Rico, en el Condado, Santiago Villar, falleció anoche a los 75 años, en un hospital de San Juan dejando tras de sí mucho dolor en la clase empresarial y artística del país.
Este cubano de nacimiento y boricua de corazón que llegó a la Isla en la década de los 60 con sus bolsillos vacíos pero con una gran ilusión en el alma que nunca lo abandonó, contaba como algunos de sus mejores atributos con su humildad y generosidad.
“Llevo tantos años en Puerto Rico y les debo tanto que quiero hacer algo por este país, dejar un legado en lo cultural y en lo social ayudando a los niños. Hace 25 años que tengo esta idea en la cabeza y me ha tomado mucho trabajo realizarla... En Puerto Rico necesitamos hacerle llegar al mundo que, per cápita, es uno de los países que más artistas, compositores, científicos y deportistas abundan, como no lo hay en otro lugar”, dijo Villar recientemente.
Luego de muchos años de lucha, Villar logró los permisos para materializar uno de sus grandes sueños, Paseo de la Fama de Puerto Rico hace dos años, un espacio para honrar a las figuras más grandes de nuestro país en el arte y el deporte.
Desde su inauguración, figuras como Ricky Martin, Chayanne, Ednita Nazario, Lin Manuel Miranda, Daddy Yankee, Tito Trinidad, Miriam Colón, Lucecita Benítez, Rafael Ithier, Gilberto Santa Rosa y Marisol Malaret, entre otros, fueron reconocidos en el Paseo de la Fama, en ceremonias que atrajeron la atención de gran cantidad de público.
Villar tuvo la visión de que, el lugar que ocupaba el otrora Centro de Convenciones en el Condado, fuese convertido en un espacio de música y esparcimiento, idea que luego fue desarrollada por la gobernadora Sila María Calderón y que se convirtió en Ventana al Mar.
Además se destacó por ser patrocinador de muchas fundaciones culturales y educativas del país. Extendió su mano para muchas entidades locales y exiliados.
Al empresario le sobreviven su esposa, a quien amó como a nadie, Glendys, su hijo Manuel que reside en Nueva York, y su hija Glendys, quien trabajaba con Santiago en Cartier, y su sobrino Luis.
Al momento no se han dado a conocer los detalles de las exequias.