Escritores se adaptan al habla infantil
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 17 años.
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No debe sorprender que se estrenen en la literatura infantil, porque para crearla han pasado por el mismo proceso que caracteriza la producción literaria para adultos, el de los ajustes.
Del grupo de escritores que han adaptado leyendas de la tradición oral puertorriqueña en la nueva colección del sello Alfaguara-Santillana para niños de escuela elemental e intermedia, al menos Mayra Montero y CJ García escriben por vez primera textos de este tipo.
“Cuando yo estoy escribiendo lo mismo para adultos que para niños, no me estoy planteando llevar un mensaje, sino cómo contar lo mejor posible y ya eso es enseñar”, comentó a PRIMERA HORA la autora de novelas como “Aguaceros dispersos” y “Tú, la oscuridad”.
Dado que los textos de estos dos autores abordan temas como la prostitución, el maltrato emocional y la corrupción gubernamental, sin ceñirse al discurso moralista que suele identificarse en los textos para niños, podría pensarse que esta nueva tarea les trajo conflictos editoriales a la hora de presentar sus trabajos incluidos en esta colección, titulada “Leyendas de Puerto Rico”.
Pero, según CJ García, “cuando se escribe, es el mismo proceso siempre, con unos ajustes” que también realizaron Georgina Lázaro, Ana María Fuster, Zulma Ayes, Mayra Santos Febres, Kalman Barsy y Edgardo Sanabria Santaliz, el resto de los autores involucrados en el proyecto.
Y es que no se puede perder de vista que sus lectores serán críticos implacables que no escatiman en eufemismos a la hora de decir lo que les tripea: los dibujos, por ejemplo, y lo que les soquea: “las cantaletas”.
“Lo que hice fue incorporar un lenguaje más cercano, sencillo; eliminé los excesos en la descripción y le puse más oscuridad, más suspenso al ambiente, como le hubiera gustado a mi hijo de cinco años”, Miguel, enumeró Ana María Fuster las estrategias que también emplearon sus colegas.
“La campana del ingenio” y “El Mago de Aguas Buenas” son las leyendas que aportó en el libro “Leyendas de misterio”, modelo de dos escritos por tomo que se sigue en el resto de los 10 ejemplares de la serie, con excepción de “La sortija de rubí”, de Rosario Ferré.
La asimilación de la estructura del género literario del cuento, usualmente colmado de suspenso, fue la otra pieza clave para lograr satisfacer a los alumnos según demostró una investigación realizada por Santillana antes de lanzar a la venta este proyecto, dijo Neeltje Van Marissing, directora de Ediciones Generales.
El terreno se hace escabroso cuando se trata, por ejemplo, del estatus de héroe que se le ha otorgado al pirata Cofresí, leyenda que reescribió Georgina Lázaro.
“Me pasó que me pregunté: ‘¿Cómo tú vas a presentar a este tipo que era un pillo, pero que a mí me enseñaron toda la vida que fue un héroe?’”, cuestionamiento que Georgina Lázaro superó al plantearse que estaba escribiendo sin distinguir el tipo de público.
“Los niños son inteligentes, son buenos lectores, y al final son ellos los que se preguntarán: ‘¿Fue un pillo o fue un héroe? ¿Por qué lo mataron?’”, continuó al ejemplificar los estímulos que a la búsqueda de conocimiento pretende provocar esta serie en los niños.
En el caso de CJ García, este rechazo a un discurso lineal que diga “qué es lo bueno y qué es lo malo” se tambaleó en cuanto a la concienciación sobre la excesiva construcción en Puerto Rico, admitió.
Santillana también ha lanzado la colección “Isabel Freire de Matos”, con cuentos de esta fallecida autora, y la serie “Gongolí”, que incorpora a los mismos escritores de las leyendas.