Cuando recibió la llamada para ofrecerle participar en la competencia Mira quién baila, de Univisión, el famoso estilista cubano Samy creyó que sería “para peinar a las celebridades”.

No imaginó que el interés de la cadena de televisión hispana era él como talento.

Y no lo creyó así porque, según contó, cuando niño no lo integraban o consideraban, más bien era marginado. Es por ello que, aun sin haber iniciado el reality show, se siente ganador.

“Ahora como que me mi vida ha terminado el ciclo de que ya lo he hecho todo”, afirmó el experto en belleza, de 58 años de edad.

“Es importante porque, cuando era niño, se burlaban mucho de mí; era un niño que nunca encajé en nada, era gordito, cubano refugiado, gay y sufrí mucho ese tipo de discriminación, y eso de negativo lo hice en positivo; me encapsulé en el mundo de la belleza y me dije: ‘Voy a ser famoso y me voy a hacer millonario’”, relató ayer en entrevista telefónica.

Y así fue. En agosto de 2008, Samy vendió los derechos de su nombre y todo su imperio de belleza a una firma japonesa por la jugosa cifra de $60 millones.

“Pero estoy superaburrido porque siempre he sido muy activo. No tener la presión de antes, que ahora hago lo que quiero, cuando quiero, por eso para este reto de Mira quién baila, tengo que ponerme las pilas, tengo que bregar con esto de una manera seria”, comentó el colaborador de programas como Despierta América.

Samy dice ser “muy buen bailarín”. Lo mismo puede bailar un merengue que un tango.

“La música me fascina y gracias a Dios que tengo ritmo”, aseguró el compañero de Alicia Machado y Henry Santos en la competencia.

Los demás participantes aún no han sido anunciados, aunque se mencionan a María Antonieta de las Nieves, Fernando Arau y Maripily.

De resultar el favorito del público, el estilista donará el premio en metálico a una entidad dedicada a la lucha contra el cáncer.

“Mi mamá murió de cáncer de hígado hace tres años y quisiera donarlo al Cancer Society porque eso es lo que más me preocupa”, concluyó.