Hay distintas maneras de terminar una relación. Optar por una separación amistosa es lo ideal, pero muchas veces eso sólo queda en deseo y los reclamos, pedidos y demandas se suceden de manera mediática y legal. Lo curioso es que cuanto más dinero hay en el medio, más complicado se pone el asunto. O por lo menos, así ha ocurrido entre Shakira y Antonio de la Rúa.

Más de una década en pareja. Él le manejaba la carrera a ella o eso se decía; compartían todo, hasta que... el amor mutó y cada uno formó su propia familia. Shakira acaba de tener un hijo Milan con el futbolista Gerard Piqué y Antonio, una hija Zulu con la modelo Daniela Ramos. Pero más allá de eso, las peleas por dinero no cesan.

Hace algún tiempo, De la Rúa demandó a su ex pareja por 100 millones de dólares, monto que él consideró justo por todo lo que colaboró en la carrera de ella. Según el diario colombiano El Caracol, la demanda fue presentada oficialmente el 15 de enero de 2013 ante la Cor te Suprema de Nueva York y lo que la ex pareja de la cantante pide es el embargo de las cuentas que tiene en el Banco Safra de Ginebra, Suiza, como medida preventiva para evitar que la artista oculte sus bienes.

He tratado varias veces, tan to personalmente como a través de un abogado, de resolver este litigio de forma amistosa.

En el mejor de los casos, estos intentos se han encontrado con el silencio, y en el peor de los casos, con la hostilidad. En resumen, a través de sus acciones y declaraciones, la señora Mebarak ha mostrado una clara intención de tomar todas las medidas necesarias para impedir que tome posesión de los bienes que son legítimamente míos, dice en la demanda.

De la Rúa afirma que por siete años él y Shakira trabajaron codo a codo para crear una empresa global que ahora vale cientos de millones de dólares y que como ex socio tiene derecho a una parte.

La colombiana, según la revista TV y Novelas, interpuso una querella en la que acusa a De la Rúa de hurtarle 3 millones de dólares y haber gastado medio millón con una tarjeta de crédito perteneciente a su empresa; y aseguró, además, que le dio trabajo a su ex porque se encontraba desempleado, pero que nunca fueron socios.

El argentino respondió a través de la demanda, de la siguiente manera: La señora Mebarak me pidió que tomara el control del negocio que hay detrás de la marca Shakira después del final de su primera gira mundial, que en realidad perdió dinero. En ese momento ella y yo habíamos estado involucrados sentimentalmente por algunos años, durante los cuales yo había estado asesorándola de manera informal, basado en gran medida en mi experiencia profesional como gerente de campaña política y demostrando las habilidades empresariales y la visión creativa necesarias para dirigir el negocio.