Del éxito a dormir en el piso en Miami: dura vida de actor de Pasión de Gavilanes
Dejó la actuación y emigró a tierras estadounidenses con un claro propósito.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 2 años.
PUBLICIDAD
Las razones para migrar a Estados Unidos son distintas para cada uno. Muchas veces, quienes emprenden el viaje deciden dejar todo atrás en sus países de origen, en busca de mejores oportunidades, pero el costo que se paga también es alto. Para Andrés Felipe Martínez, el actor colombiano que le dio vida a Malcolm Ríos en la telenovela Pasión de gavilanes, ese motor fueron sus hijos. A sus 60 años, dejó la actuación en un plano menor, mientras emigró a tierras estadounidenses con un claro propósito.
En una entrevista que compartió Caracol Televisión a través de su canal de Youtube, los seguidores del artista fueron testigos de su cambio radical. Andrés Felipe Martínez había comenzado su carrera en la pantalla chica. Sin embargo, no estuvo exento de la realidad de Latinoamérica y la economía lo superó. Ante el panorama, decidió que sus hijos merecían mejores oportunidades. Hace un año, según relató él mismo, vendió todas sus pertenencias y emprendió el viaje. “Yo vine acá primero para radicarme localmente, ya tengo social security, ya tengo permiso de trabajo. Conseguí una abogada para solicitar una visa de talentos o habilidades especiales”.
De acuerdo con los Servicios de Ciudadanía e Inmigración de los Estados Unidos (USCIS), dicho visado es para personas que destacan en las ciencias, artes, educación, negocios o atletismo, quienes hayan demostrado un récord de logros en esos sectores. “Como digo, yo no tengo ni talento ni habilidades especiales, pero sí 40 años de experiencia y eso me ha servido”, compartió el actor.
En su testimonio, aseguró que su situación económica no fue la mejor en los últimos dos años. Fue así que, al llegar a Estados Unidos, probó de todo para subsistir, incluso limpiar casas. Hoy en día trabaja en una empresa de envíos, desde donde realizó la entrevista con el medio citado.
La falta de casa, un sentimiento común en los migrantes
Cuando Andrés va en su auto camino a su hogar, relató, tiene momentos de duda, que no son ajenos a quienes viven el fenómeno de la migración: “Me digo: ‘¿Que estoy haciendo aquí?’ Esto es como estar en Marte, es como estar en la luna. Si yo vuelvo, la falta de mis hijos es una cosa atroz y hay momentos de crisis muy profundas. Lo estoy haciendo por ellos”, enfatizó.
El reconocido actor de telenovelas tiene tan claro su objetivo que sabe que es también un motor para superar las adversidades: “Si no tuviera a mis hijos yo estaría en Colombia. Aquí se sufre mucho, las condiciones son muy difíciles, pero hay una gran diferencia. Mientras ahí haciendo un trabajo como el que hacia el año pasado no me daba para comer, aquí sí. Y no solo para eso, sino para mandarle plata a mis hijos y también para ahorrar”.
Dormir en el suelo
Acerca de sus rutinas, dejó entrever que la vivienda en la que reside es compartida con otras personas, pero el lugar parece no importarle: “Me tocó dormir en el suelo a veces, porque prefería quedarme en un sitio específico y no regresar a mi hogar, porque eso me costaba tiempo y dólares”, señaló.
Así, un día terminó en una estación en el centro de Miami, hasta que un “ángel de la guarda”, como lo llamó, lo reconoció y le pagó su boleto. Sin importar si debe caminar a casa bajo el calor infernal o las tormentas, hay en su mente una frase tatuada: “Mis hijos, mis hijos”, siguió Martínez.
“Cuando hablo con ellos, la soledad más grande es que están allá, en Colombia. Que mi hijo que está en España me dice: ‘Papi, me haces falta’. Que mi niño chiquito me diga eso me parte el corazón. Me hace sentir que las fuerzas me faltan”.
A pesar de que todos los días son un reto, la actuación está en él casi como un gen y ha podido hacer teatro en varias ocasiones. Además, en este tiempo escribió guiones. Tiene la esperanza, aseguró, de que para su familia esos sacrificios valgan la pena