Familiares, amigos y seguidores le dieron ayer, sábado, el último adiós a Fabio Andrés Legarda, el cantante fallecido el pasado 7 de febrero durante un tiroteo en el sector de El Poblado, en Medellín, Colombia. Las exequias se realizaron a las 5:00 p.m. en el cementerio Campos de Paz, al suroccidente de la ciudad, donde llegaron más de 200 personas, principalmente niños y adolescentes acompañados por sus padres.

“Vinimos a acompañar a la familia de Legarda, porque es algo que ha afectado mucho la ciudad. Mi hija Sofía, de 10 años, era seguidora de Legarda y le ha afectado bastante todo lo que pasó. No es justo que una persona buena tenga que pagar las consecuencias de lo que estamos viviendo en la ciudad, de tanta inseguridad. Vine aquí para mostrarle a mi hija que la violencia no vale la pena, que tenemos que unirnos más, ser unas buenas personas y que todo lo que hagamos debe ser para dejar un buen legado, como lo hizo Legarda”, afirmó Lina María Escudero, una de las asistentes al sepelio.

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Los restos del reguetonero serían cremados. (Guillermo Ossa / El Tiempo / Colombia / GDA)
Los restos del reguetonero serían cremados. (Guillermo Ossa / El Tiempo / Colombia / GDA)

Desde las 4:00 p.m. los asistentes comenzaron a rodear la capilla del campo santo, muchos de ellos portando globos blancos y flores, como símbolo de paz y solidaridad con la familia.

“Para mí, lo que ocurrió es algo muy triste. Legarda era una persona muy joven y su muerte representa una gran pérdida para nosotros. La noticia ha afectado mucho a mi hija Mariana. Desde que supo lo ocurrido ha estado muy triste. Yo creo que necesitamos ser más tolerantes y tener más respeto por la vida”, opinó Camilo Alberto Álvarez, cuya hija de 12 años era seguidora del artista.

“Es muy triste que una persona que apenas estaba comenzando a vivir, con tanto talento por delante se haya ido, todo a causa de la violencia de la ciudad. Para mí es muy injusto que una persona inocente muera en esas circunstancias”, lamentó Lina Arbeláez, quien estaba en el cementerio visitando los restos de un familiar y decidió quedarse para participar del homenaje.

La subsecretaría de Espacio Público, en compañía de la Policía, dispuso un perímetro alrededor de la familia para preservar su privacidad. Más de 60 agentes de Policía custodiaron la ceremonia desde las primeras horas de la mañana, acompañados de varios funcionarios de la Alcaldía que ayudaron a la logística de la concentración.

Finalmente, los restos del cantante atravesaron el umbral de la capilla a las 5:00 p.m., mientras los seguidores lanzaron al aire sus globos blancos que fueron arrastrados por el viento hasta perderse entre las nubes.

El cuerpo del artista sería cremado en la noche del sábado, confirmaron a El Tiempo fuentes cercanas a ese proceso.